Mons. Walmor: «la vida sin ritos pierde su interioridad y, así, corre el riesgo de caer en la superficialidad»
Belo Horizonte – Minas Gerais (Lunes, 16-09-2013, Gaudium Press) «El segundo domingo de septiembre es día de Fiesta en el Santuario Estatal Nuestra Señora de la Piedad, Patrona del Estado de Minas Gerais».
El anuncio de los festejos en homenaje a la Madre de la Piedad hecho por el Arzobispo de Belo Horizonte, Mons. Walmor Oliveira de Azevedo, en su más reciente artículo, explica que la fecha coincide exactamente con el día 15, «cuando, en la liturgia, se celebra Nuestra Señora de los Dolores, la Madre de la Piedad».
Mons. Walmor afirmó que «reconocer la importancia de ese momento es fundamental» para los fieles, pues «las fechas especiales son componentes determinantes del movimiento que da ritualidad a la vida de cada persona, de una familia y de un pueblo».
Enfatizando la cuestión de la ritualidad, el prelado comentó que «la vida sin ritos pierde su interioridad y, así, corre el riesgo de caer en la superficialidad», agravando en grandes prejuicios y «comprometiendo el sentido de solidaridad, la consciencia del pueblo y los lazos culturales».
«Esa pérdida impone al día a día una rutina que esteriliza el vivir y no le permite un horizonte altruista, bello», dijo.
El Arzobispo resaltó que celebrar la fecha en memoria de la Patrona «y los siete días que lo preceden; meditando los siete dolores de María, es un ritual que puede y debe tornarse una gran fuente de fuerza para los mineros, con incidencias en la vivencia de la Fe y en la propia cultura».
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Arzobispo de Belo Horizonte, Mons. Walmor Oliveira de Azevedo. |
«Vale la pena tener presente que los rituales, incluso aquellos de gestos simples, abren caminos y amplían horizontes, en el conjunto de la vida de un pueblo y en el andamiento de las instituciones; califica relaciones interpersonales, tan importantes y urgentes en un tiempo de individualismos y aislamientos. La vivencia de todo lo que envuelve los ritos, incontestablemente, impulsa en la dirección de la fuente de referencias que pueden transformar la vida, particularmente con la comprensión adecuada del camino para vivir bien», resaltó.
Mons. Walmor considera los ritos como gestos concretos, «que ordenan la vida con ligereza y belleza», con «fuerza curativa» y propiedades suficientes para «rescates importantes y creación de las condiciones» que permitan la «reconquista de la entereza del vivir, la inserción social y cultural adecuadas, así como la capacidad de contribuir con la ciudadanía».
«El ritual, con todos los gestos, por más simple que sea, como la Celebración de la Patrona de Minas, se torna una oportunidad de dar a la propia alma, en la vivencia de la Fe y en la conducción de la vida, un nuevo orden».
Al escribir sobre la importancia de Nuestra Señora de la Piedad para Minas Gerais, Mons. Walmor fue preciso al ponderar que la Virgen Santísima «es un legado que tiene oficialidad sobrepasando más de 50 años».
El Arzobispo señaló que «el tesoro de esta Fe, enraizado en la magnífica arquitectura divina que es la Sierra de la Piedad», que «congrega el patrimonio paisajístico natural y la herencia histórica de gran relevancia, merece de todos un gran aprecio».
Al final del artículo, Mons. Walmor incentivó a los fieles, incluso distantes, a celebrar la Fiesta de la Patrona minera buscando, a través del mismo silencio que habita las montañas de la Sierra de la Piedad, proporcionar un acto de Fe y devoción a la Madre Santísima:
«Avistando lejos, se puede hacer la inigualable experiencia de creer, de transformarse por la fuerza de la belleza y de enorgullecerse santamente por el privilegio de este patrimonio sagrado. La oportunidad es de sembrar la alegría minera de esa herencia, unir y fortalecer al pueblo a celebrar solidaridades. Momento de mirar para Minas y su patrona con un amor nuevo. Es fiesta de la Patrona, de todos los mineros, una fiesta de todos», concluyó. (LMI)
Con información de la Arquidiócesis de Belo Horizonte.