Ciudad del Vaticano (Lunes, 02-09-2013, Gaudium Press) Antes de la plegaria dominical del Ángelus, el Papa Francisco dirigió la acostumbrada alocución a los presentes y al mundo, tratando de forma exclusiva el tema del conflicto sirio.
«Vivo con particular sufrimiento y preocupación las tantas situaciones de conflicto que hay en nuestra tierra, pero, en estos días, mi corazón está profundamente herido por lo que está sucediendo en Siria y angustiado por los dramáticos desarrollos que se presentan».
El Pontífice manifestó el dolor que produce en su alma la situación en Siria, particularmente los acontecimientos de los últimos días: «Dirijo un fuerte llamamiento por la paz, ¡un llamamiento que nace de lo íntimo de mí mismo! ¡Cuánto sufrimiento, cuánta devastación, cuánto dolor ha traído y trae el uso de las armas en aquel martirizado país, especialmente entre la población civil e inerme! ¡Pensemos en cuántos niños no podrán ver la luz del futuro! Con particular firmeza condeno el uso de las armas químicas: les digo que tengo aún fijas en la mente y en el corazón las imágenes terribles de los días pasados! ¡Hay un juicio de Dios y también un juicio de la historia sobre nuestras acciones al que no se puede escapar! Jamás el uso de la violencia lleva a la paz. ¡Guerra llama guerra, violencia llama violencia!».
«Que no se ahorre ningún esfuerzo para garantizar asistencia humanitaria a quien está afectado por este terrible conflicto, en particular a los evacuados en el país y a los numerosos prófugos en los países vecinos. Que a los agentes humanitarios, empeñados en aliviar los sufrimientos de la población, se les asegure la posibilidad de prestar la ayuda necesaria». El Papa recordó así a todas las personas que están siendo afectadas y pide que la ayuda del mundo se vuelque sobre ellas.
«¿Qué podemos hacer nosotros por la paz en el mundo? Como decía el Papa Juan [XXIII]: a todos nos corresponde la tarea de recomponer las relaciones de convivencia en la justicia y en el amor».
Jornada de oración y ayuno
El Papa Francisco ha convocado a una gran jornada de oración por la paz del país de medio oriente. La jornada también será de ayuno: «El 7 de septiembre, en la Plaza de San Pedro, aquí, desde las 19.00 y hasta las 24.00, nos reuniremos en oración y en espíritu de penitencia para invocar de Dios este gran don para la amada nación siria y para todas las situaciones de conflicto y de violencia en el mundo.
¡La humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz y de escuchar palabras de esperanza y de paz! Pido a todas las Iglesias particulares que, además de vivir este día de ayuno, organicen algún acto litúrgico según esta intención».
Finalmente el Pontífice invocó la asistencia de la Virgen para conjurar la crisis: «A María le pedimos que nos ayude a responder a la violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza del diálogo, de la reconciliación y del amor».
Fuente:: Gaudium Press