Mons. Gerardo Melgar Queridos diocesanos:
Doble es la enseñanza importante que recibimos en este Domingo que, por la cercanía de la llegada del Salvador, se le ha llamado el Domingo laetareo Domingo gaudete, el Domingo de la alegría:
La primera enseñanza es una invitación a la profunda alegría. El profeta Isaías da la razón: porque Dios viene en persona y os salvará. El apóstol Santiago recalca esta misma razón: la llegada del Señor está cerca. ¿Por qué esta insistencia en la alegría? Porque nuestro mundo es un mundo triste: aparentemente es un mundo alegre en el que hay jolgorio, bullicio, fiesta, ruido, etc. pero, en el fondo, es un mundo lleno de tristeza. Tristeza que lo invade todo y a todos: las personas (porque, tras tanto bullicio, ruido y fiesta, la persona se siente vacía y camina por la vida sin sentido), las familias (porque han perdido su rumbo ya que el amor se ha dejado morir en muchas de ellas y porque Dios no tiene ningún puesto en sus hogares, porque entre sus miembros existe el egoísmo y la falta de entendimiento), lasociedad entera (llena de problemas: falta de trabajo, el materialismo, la ausencia de Dios, etc.)
Por estas y por muchas más razones tiene sentido la llamada a la alegría: la alegría que experimentó el pueblo de Israel cuando se le anuncia la liberación del destierro y la llegada del Salvador. La alegría que se anuncia a los pastores en la noche santa de la Navidad.Vivamos, pues, con verdadera alegría este tiempo que nos queda de Adviento porque el Señor ya viene a librarnos de todos nuestros males.
Pero encontramos en el Evangelio una segunda enseñanza que nace de la pregunta de los enviados de Juan y de la respuesta que Jesús les da: “¿eres Tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”. A esta pregunta Jesús no contesta con un largo discurso ni con una sarta de razones para convencerlos y justificar la respuesta. Solamente da una respuesta proveniente desde lo que hace y que todos pueden comprobar: “Id y decid a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los enfermos son curados y los pobres son evangelizados”.
Pocas cosas hay tan importantes como el testimonio de vida en el seguimiento deJesús. Nosotros tenemos unas señas o signos de identidad que jamás podemos abandonar: la valoración de la fe y de los valores del Evangelio; la centralidad de Dios ante todo y sobre todo; el amor a Dios y a los hermanos; etc. Hoy, III Domingo de Adviento, se nos lanza una llamada a la autenticidad y a la coherencia, a que lo que decimos que somos lo confirmemos con nuestra vida, con nuestros actos. Autenticidad y coherencia que nos pide el propio Jesús y nuestra condición de ser seguidores suyos enviados a ser sus testigos por todo el mundo; un mundo que espera encontrar en nosotros no a unos expertos en palabras sino seguidores en la vida y desde la vida del Señor.
No olvidemos estas dos actitudes: laalegría para la que tenemos sobradas razones porque el Señor está con nosotros, nos quiere y quiere entrar en nuestro corazón; y la importancia del testimonio de vidaporque sólo así hemos de confesar a Cristo en medio de nuestro mundo.
¡Feliz Domingo de la alegría para todos!
Vuestro Obispo,
+ Gerardo Melgar
Obispo de Osma-Soria
Fuente:: Mons. Gerardo Melgar
Leer mas http://www.agenciasic.com/2013/12/18/domingo-de-la-alegria/