obispo ipadEl Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales ha hecho público el mensaje del papa Francisco con motivo de la cuadragésimo octava Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. En el mensaje, titulado La comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro, el Santo Padre destaca, cogiendo como guía la imagen del Buen Samaritano, cómo en la comunicación verdaderamente cristiana ”quien comunica se hace prójimo, cercano. El buen samaritano no sólo se acerca, sino que se hace cargo del hombre medio muerto que encuentra al borde del camino. Jesús invierte la perspectiva: no se trata de reconocer al otro como mi semejante, sino de ser capaz de hacerme semejante al otro“.

La  Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales se celebrará el próximo 1 de junio 2014.

Mensaje del Santo Padre para la 48ª  Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

Queridos hermanos y hermanas:

A menudo basta caminar por una ciudad para ver el contraste entre la gente que vive en las aceras y la luz resplandeciente de las tiendas. Nos hemos acostumbrado tanto a ello que ya no nos llama la atención.

Hoy vivimos en un mundo que se va haciendo cada vez más «pequeño»; por lo tanto, parece que debería ser más fácil estar cerca los unos de los otros. El desarrollo de los transportes y de las tecnologías de la comunicación nos acerca, conectándonos mejor, y la globalización nos hace interdependientes. Sin embargo, en la humanidad aún quedan divisiones, a veces muy marcadas. A nivel global vemos la escandalosa distancia entre el lujo de los más ricos y la miseria de los más pobres. A menudo basta caminar por una ciudad para ver el contraste entre la gente que vive en las aceras y la luz resplandeciente de las tiendas. Nos hemos acostumbrado tanto a ello que ya no nos llama la atención. El mundo sufre numerosas formas de exclusión, marginación y pobreza; así como de conflictos en los que se mezclan causas económicas, políticas, ideológicas y también, desgraciadamente, religiosas.

La cultura del encuentro requiere que estemos dispuestos no sólo a dar, sino también a recibir de los otros. Los medios de comunicación pueden ayudarnos en esta tarea, especialmente hoy, cuando las redes de la comunicación humana han alcanzado niveles de desarrollo inauditos. En particular, Internet puede ofrecer mayores posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos; y esto es algo bueno, es un don de Dios.

En este mundo, los medios de comunicación pueden ayudar a que nos sintamos más cercanos los unos de los otros, a que percibamos un renovado sentido de unidad de la familia humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una vida más digna para todos. Comunicar bien nos ayuda a conocernos mejor entre nosotros, a estar más unidos. Los muros que nos dividen solamente se pueden superar si estamos dispuestos a escuchar y a aprender los unos de los otros. Necesitamos resolver las diferencias mediante formas de diálogo que nos permitan crecer en la comprensión y el respeto. La cultura del encuentro requiere que estemos dispuestos no sólo a dar, sino también a recibir de los otros. Los medios de comunicación pueden ayudarnos en esta tarea, especialmente hoy, cuando las redes de la comunicación humana han alcanzado niveles de desarrollo inauditos. En particular, Internet puede ofrecer mayores posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos; y esto es algo bueno, es un don de Dios.

Sin embargo, también existen aspectos problemáticos: la velocidad con la que se suceden las informaciones supera nuestra capacidad de reflexión y de juicio, y no permite una expresión mesurada y correcta de uno mismo. La variedad de las opiniones expresadas puede ser percibida como una riqueza, pero también es posible encerrarse en una esfera hecha de informaciones que sólo correspondan a nuestras expectativas e ideas, o incluso a determinados intereses políticos y económicos. El mundo de la comunicación puede ayudarnos a crecer o, por el contrario, a desorientarnos. El deseo de conexión digital puede terminar por aislarnos de nuestro prójimo, de las personas que tenemos al lado. Sin olvidar que quienes no acceden a estos medios de comunicación social –por tantos motivos-, corren el riesgo de quedar excluidos.

Estos límites son reales, pero no justifican un rechazo de los medios de comunicación social; más bien nos recuerdan que la comunicación es, en definitiva, una conquista más humana que tecnológica. Entonces, ¿qué es lo que nos ayuda a crecer en humanidad y en comprensión recíproca en el mundo digital? Por ejemplo, tenemos que recuperar un cierto sentido de lentitud y de calma. Esto requiere tiempo y capacidad de guardar silencio para escuchar. Necesitamos ser pacientes si queremos entender a quien es distinto de nosotros: la persona se expresa con plenitud no cuando se ve simplemente tolerada, sino cuando percibe que es verdaderamente acogida. Si tenemos el genuino deseo de escuchar a los otros, entonces aprenderemos a mirar el mundo con ojos distintos y a apreciar la experiencia humana tal y como se manifiesta en las distintas culturas y tradiciones. Pero también sabremos apreciar mejor los grandes valores inspirados desde el cristianismo, por ejemplo, la visión del hombre como persona, el matrimonio y la familia, la distinción entre la esfera religiosa y la esfera política, los principios de solidaridad y subsidiaridad, entre otros.

Entonces, ¿cómo se puede poner la comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro? Para nosotros, discípulos del Señor, ¿qué significa encontrar una persona según el Evangelio? ¿Es posible, aun a pesar de nuestros límites y pecados, estar verdaderamente cerca los unos de los otros? Estas preguntas se resumen en la que un escriba, es decir un comunicador, le dirigió un día a Jesús: «¿Quién es mi prójimo?» (Lc. 10,29). La pregunta nos ayuda a entender la comunicación en términos de proximidad. Podríamos traducirla así: ¿cómo se manifiesta la «proximidad» en el uso de los medios de comunicación y en el nuevo ambiente creado por la tecnología digital? Descubro una respuesta en la parábola del buen samaritano, que es también una parábola del comunicador. En efecto, quien comunica se hace prójimo, cercano. El buen samaritano no sólo se acerca, sino que se hace cargo del hombre medio muerto que encuentra al borde del camino. Jesús invierte la perspectiva: no se trata de reconocer al otro como mi semejante, sino de ser capaz de hacerme semejante al otro. Comunicar significa, por tanto, tomar conciencia de que somos humanos, hijos de Dios. Me gusta definir este poder de la comunicación como «proximidad».

 ¿Cómo se manifiesta la «proximidad» en el uso de los medios de comunicación y en el nuevo ambiente creado por la tecnología digital? (…) Comunicar significa, por tanto, tomar conciencia de que somos humanos, hijos de Dios. Me gusta definir este poder de la comunicación como «proximidad»

Cuando la comunicación tiene como objetivo preponderante inducir al consumo o a la manipulación de las personas, nos encontramos ante una agresión violenta como la que sufrió el hombre apaleado por los bandidos y abandonado al borde del camino, como leemos en la parábola. El levita y el sacerdote no ven en él a su prójimo, sino a un extraño de quien es mejor alejarse. En aquel tiempo, lo que les condicionaba eran las leyes de la purificación ritual. Hoy corremos el riesgo de que algunos medios nos condicionen hasta el punto de hacernos ignorar a nuestro prójimo real.

No basta pasar por las «calles» digitales, es decir simplemente estar conectados: es necesario que la conexión vaya acompañada de un verdadero encuentro. No podemos vivir solos, encerrados en nosotros mismos. Necesitamos amar y ser amados. Necesitamos ternura. Las estrategias comunicativas no garantizan la belleza, la bondad y la verdad de la comunicación. El mundo de los medios de comunicación no puede ser ajeno de la preocupación por la humanidad, sino que está llamado a expresar también ternura. La red digital puede ser un lugar rico en humanidad: no una red de cables, sino de personas humanas. La neutralidad de los medios de comunicación es aparente: sólo quien comunica poniéndose en juego a sí mismo puede representar un punto de referencia. El compromiso personal es la raíz misma de la fiabilidad de un comunicador. Precisamente por eso el testimonio cristiano, gracias a la red, puede alcanzar las periferias existenciales.

Lo repito a menudo: entre una Iglesia accidentada por salir a la calle y una Iglesia enferma de autoreferencialidad, prefiero sin duda la primera. Y las calles del mundo son el lugar donde la gente vive, donde es accesible efectiva y afectivamente. Entre estas calles también se encuentran las digitales, pobladas de humanidad, a menudo herida: hombres y mujeres que buscan una salvación o una esperanza. Gracias también a las redes, el mensaje cristiano puede viajar «hasta los confines de la tierra» (Hch. 1,8). Abrir las puertas de las iglesias significa abrirlas asimismo en el mundo digital, tanto para que la gente entre, en cualquier condición de vida en la que se encuentre, como para que el Evangelio pueda cruzar el umbral del templo y salir al encuentro de todos.

Abrir las puertas de las iglesias significa abrirlas asimismo en el mundo digital, tanto para que la gente entre, en cualquier condición de vida en la que se encuentre, como para que el Evangelio pueda cruzar el umbral del templo y salir al encuentro de todos.

Estamos llamados a dar testimonio de una Iglesia que sea la casa de todos. ¿Somos capaces de comunicar este rostro de la Iglesia? La comunicación contribuye a dar forma a la vocación misionera de toda la Iglesia; y las redes sociales son hoy uno de los lugares donde vivir esta vocación redescubriendo la belleza de la fe, la belleza del encuentro con Cristo. También en el contexto de la comunicación sirve una Iglesia que logre llevar calor y encender los corazones.

No se ofrece un testimonio cristiano bombardeando mensajes religiosos, sino con la voluntad de donarse a los demás «a través de la disponibilidad para responder pacientemente y con respeto a sus preguntas y sus dudas en el camino de búsqueda de la verdad y del sentido de la existencia humana» (Benedicto XVI, Mensaje para la XLVII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 2013).

Pensemos en el episodio de los discípulos de Emaús. Es necesario saber entrar en diálogo con los hombres y las mujeres de hoy para entender sus expectativas, sus dudas, sus esperanzas, y poder ofrecerles el Evangelio, es decir Jesucristo, Dios hecho hombre, muerto y resucitado para liberarnos del pecado y de la muerte. Este desafío requiere profundidad, atención a la vida, sensibilidad espiritual. Dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir, acoger su punto de vista, sus propuestas. Dialogar no significa renunciar a las propias ideas y tradiciones, sino a la pretensión de que sean únicas y absolutas.

Que la imagen del buen samaritano que venda las heridas del hombre apaleado, versando sobre ellas aceite y vino, nos sirva como guía. Que nuestra comunicación sea aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría. Que nuestra luminosidad no provenga de trucos o efectos especiales, sino de acercarnos, con amor y con ternura, a quien encontramos herido en el camino. No tengan miedo de hacerse ciudadanos del mundo digital. El interés y la presencia de la Iglesia en el mundo de la comunicación son importantes para dialogar con el hombre de hoy y llevarlo al encuentro con Cristo: una Iglesia que acompaña en el camino sabe ponerse en camino con todos. En este contexto, la revolución de los medios de comunicación y de la información constituye un desafío grande y apasionante que requiere energías renovadas y una imaginación nueva para transmitir a los demás la belleza de Dios.

         Vaticano, 24 de enero de 2014, memoria de san Francisco de Sales

Fuente:: SIC

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En este nuevo año 2014, la Delegación  de Catequesis y Catequesis ofrece en la diócesis de Cuenca ofrece la oportunidad de hacer unos breves Ejercicios Espirituales, pensados especialmente para los catequistas, pero abiertos a toda persona que quiera tener un encuentro más vivo y fecundo con el Señor por medio de la oración, el silencio, los sacramentos, la Palabra, la reflexión,…

Serán los días del 21 al 23 de febrero, dirigidos por José Antonio Perez, delegado diocesano de catequesis en Albacete. Estaremos hospedados en la Casa de Cristiandad de Cuenca.

Escucha en tu interior la posible llamada a dejarlo todo durante esos días y vivir la aventura apasionante de quien se deja hacer por el Espíritu Santo.

Fuente:: SIC

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Federico Lombardi, Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de Radio Vaticano, respondió a los periodistas que preguntaban acerca de los próximos viajes internacionales del Papa Francisco. Al respecto dijo que se está estudiando una visita a Asia, en particular a Corea del Sur, con ocasión del gran encuentro de los jóvenes asiáticos que tendrá lugar a mediados de agosto en esa nación.
Además, explicó el Padre Lombardi, el Papa recibió la invitación de visitar Sarajevo, si bien por el momento no ha tomado ninguna decisión al respecto.

En fin, hay otra invitación que se refiere a Sri Lanka y a las Filipinas, que se está estudiando, pero que, de todos modos, no está en el programa del año en curso.

(María Fernanda Bernasconi – RV).

Fuente:: SIC

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Zamora Jornadas Diocesanas 2014Del 29 al 31 de enero se celebrarán en Zamora las XII Jornadas Diocesanas, bajo el lema “Renovar nuestra vida cristiana”. Constarán de tres conferencias que tendrán lugar en el salón de actos del Seminario San Atilano a las 20 horas, con entrada libre.

En consonancia con el objetivo pastoral diocesano del curso 2013/14 (“Renovar nuestra vida y nuestras comunidades cristianas”), las XII Jornadas Diocesanas abordarán tres temas importantes para la vida de la Iglesia y su relación con el mundo: la transmisión de la fe, la transformación de la realidad y el magisterio del PapaFrancisco.

Serán, una vez más, un momento de encuentro, reflexión y formación para laicos, consagrados y sacerdotes, que son invitados a participar. El vicario de Pastoral, Fernando Toribio, ha escrito recientemente una carta a todos los agentes pastorales, parroquias, comunidades religiosas y asociaciones de fieles, además de distribuirse los carteles y programas por las 303 parroquias de la Diócesis.

Las Jornadas comenzarán el miércoles 29 con la conferencia titulada “La transmisión de la fe: familia, parroquia y escuela”, a cargo del Obispo de Zamora, Mons.Gregorio Martínez Sacristán. Se trata de un tema al que la Iglesia en España está dedicando un gran esfuerzo de reflexión y clarificación, y sobre el que la Conferencia Episcopal ha publicado recientemente un documento.

El segundo día de las Jornadas Diocesanas, jueves 30, contará con María Teresa Compte Grau, directora del Máster de Doctrina Social de la Iglesia de la Universidad Pontificia de Salamanca (Campus de Madrid), cuya ponencia versará sobre los “Criterios para una sociedad reconciliada en la justicia y el amor”.

Por último, el viernes 31 el encargado de exponer “La luz de la fe, primera encíclica del Papa Francisco” será el párroco de Peñausende, Emilio José Justo Domínguez, que ha obtenido recientemente su doctorado en Teología en Bonn (Alemania).

 

Fuente:: SIC

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Lleida Viviendas sociales LOGO FINAL

Los voluntarios del Proyecto de las Viviendas Sociales del Seminario de Lleida han preparado otra visita guiada al edificio de la calle Maragall, que tiene que acoger a familias desahuciadas y en riesgo de exclusión social, después del interés que ha generado la jornada de puertas abiertas del pasado 30 de noviembre. La jornada esta abierta a todo el mundo a partir de las 12 del mediodía. Esta es sólo una de las diferentes actividades programadas por los voluntarios que trabajan en poder hacer realidad el proyecto y sobre las cuales han confeccionado un calendario.

Para el próximo 23 de febrero, gracias a la participación desinteresada de la compañía de teatro La Baldufa, el Escorxador acogerá tres representaciones del cuento de Oscar Wilde ‘El Príncipe Feliz’ (12, 17 y 18,30 horas). Para asisitir a este espectáculo se habrá de adquirir las entradas al precio simbólico de un euro.

El sábado 15 de marzo, el Auditorio Enric Granados, acogerá el concierto de las corales Shalom y Maristes, la recaudación del cual –las entradas también se pondrán al precio de un euro- servirá para financiar el proyecto de las Viviendas Sociales.

(Diócesis de Lleida)

Fuente:: SIC

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El Aula Magna del Seminario Conciliar (c/ San Buenaventura, 8) acogerá a partir de las 11,30 horas el desarrollo del acto académico, que estará presidido por el Cardenal Arzobispo de Madrid, y Gran Canciller de la Universidad Eclesiástica “San Dámaso”, Antonio María Rouco Varela. La presentación del mismo correrá a cargo del Rector de la UESD, Javier Prades. A continuación, la Profesora Titular de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Dra. Dña. Annelise Meis Wörmer, impartirá la lección magistral, titulada ‘Lectura de santo Tomás desde H. U. von Balthasar’.

La Capilla del Seminario acogerá, a las 13,00 horas, una Eucaristía, presidida por el Cardenal.

Fuente:: SIC

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Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales 48ª JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES 
La comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro
1 de junio 2014

 Mensaje del Santo Padre

 Queridos hermanos y hermanas:

 Hoy vivimos en un mundo que se va haciendo cada vez más «pequeño»; por lo tanto, parece que debería ser más fácil estar cerca los unos de los otros. El desarrollo de los transportes y de las tecnologías de la comunicación nos acerca, conectándonos mejor, y la globalización nos hace interdependientes. Sin embargo, en la humanidad aún quedan divisiones, a veces muy marcadas. A nivel global vemos la escandalosa distancia entre el lujo de los más ricos y la miseria de los más pobres. A menudo basta caminar por una ciudad para ver el contraste entre la gente que vive en las aceras y la luz resplandeciente de las tiendas. Nos hemos acostumbrado tanto a ello que ya no nos llama la atención. El mundo sufre numerosas formas de exclusión, marginación y pobreza; así como de conflictos en los que se mezclan causas económicas, políticas, ideológicas y también, desgraciadamente, religiosas.

 Presentación del Mensaje del Papa para la 48ª Jornada de las Comunicaciones SociaLes. La comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentroEn este mundo, los medios de comunicación pueden ayudar a que nos sintamos más cercanos los unos de los otros, a que percibamos un renovado sentido de unidad de la familia humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una vida más digna para todos. Comunicar bien nos ayuda a conocernos mejor entre nosotros, a estar más unidos. Los muros que nos dividen solamente se pueden superar si estamos dispuestos a escuchar y a aprender los unos de los otros. Necesitamos resolver las diferencias mediante formas de diálogo que nos permitan crecer en la comprensión y el respeto. La cultura del encuentro requiere que estemos dispuestos no sólo a dar, sino también a recibir de los otros. Los medios de comunicación pueden ayudarnos en esta tarea, especialmente hoy, cuando las redes de la comunicación humana han alcanzado niveles de desarrollo inauditos. En particular, Internet puede ofrecer mayores posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos; y esto es algo bueno, es un don de Dios.

 

Sin embargo, también existen aspectos problemáticos: la velocidad con la que se suceden las informaciones supera nuestra capacidad de reflexión y de juicio, y no permite una expresión mesurada y correcta de uno mismo. La variedad de las opiniones expresadas puede ser percibida como una riqueza, pero también es posible encerrarse en una esfera hecha de informaciones que sólo correspondan a nuestras expectativas e ideas, o incluso a determinados intereses políticos y económicos. El mundo de la comunicación puede ayudarnos a crecer o, por el contrario, a desorientarnos. El deseo de conexión digital puede terminar por aislarnos de nuestro prójimo, de las personas que tenemos al lado. Sin olvidar que quienes no acceden a estos medios de comunicación social –por tantos motivos-, corren el riesgo de quedar excluidos.

 

Estos límites son reales, pero no justifican un rechazo de los medios de comunicación social; más bien nos recuerdan que la comunicación es, en definitiva, una conquista más humana que tecnológica. Entonces, ¿qué es lo que nos ayuda a crecer en humanidad y en comprensión recíproca en el mundo digital? Por ejemplo, tenemos que recuperar un cierto sentido de lentitud y de calma. Esto requiere tiempo y capacidad de guardar silencio para escuchar. Necesitamos ser pacientes si queremos entender a quien es distinto de nosotros: la persona se expresa con plenitud no cuando se ve simplemente tolerada, sino cuando percibe que es verdaderamente acogida. Si tenemos el genuino deseo de escuchar a los otros, entonces aprenderemos a mirar el mundo con ojos distintos y a apreciar la experiencia humana tal y como se manifiesta en las distintas culturas y tradiciones. Pero también sabremos apreciar mejor los grandes valores inspirados desde el cristianismo, por ejemplo, la visión del hombre como persona, el matrimonio y la familia, la distinción entre la esfera religiosa y la esfera política, los principios de solidaridad y subsidiaridad, entre otros.

 

Entonces, ¿cómo se puede poner la comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro? Para nosotros, discípulos del Señor, ¿qué significa encontrar una persona según el Evangelio? ¿Es posible, aun a pesar de nuestros límites y pecados, estar verdaderamente cerca los unos de los otros? Estas preguntas se resumen en la que un escriba, es decir un comunicador, le dirigió un día a Jesús: «¿Quién es mi prójimo?» (Lc. 10,29). La pregunta nos ayuda a entender la comunicación en términos de proximidad. Podríamos traducirla así: ¿cómo se manifiesta la «proximidad» en el uso de los medios de comunicación y en el nuevo ambiente creado por la tecnología digital? Descubro una respuesta en la parábola del buen samaritano, que es también una parábola del comunicador. En efecto, quien comunica se hace prójimo, cercano. El buen samaritano no sólo se acerca, sino que se hace cargo del hombre medio muerto que encuentra al borde del camino. Jesús invierte la perspectiva: no se trata de reconocer al otro como mi semejante, sino de ser capaz de hacerme semejante al otro. Comunicar significa, por tanto, tomar conciencia de que somos humanos, hijos de Dios. Me gusta definir este poder de la comunicación como «proximidad».

 Cuando la comunicación tiene como objetivo preponderante inducir al consumo o a la manipulación de las personas, nos encontramos ante una agresión violenta como la que sufrió el hombre apaleado por los bandidos y abandonado al borde del camino, como leemos en la parábola. El levita y el sacerdote no ven en él a su prójimo, sino a un extraño de quien es mejor alejarse. En aquel tiempo, lo que les condicionaba eran las leyes de la purificación ritual. Hoy corremos el riesgo de que algunos medios nos condicionen hasta el punto de hacernos ignorar a nuestro prójimo real.

 No basta pasar por las «calles» digitales, es decir simplemente estar conectados: es necesario que la conexión vaya acompañada de un verdadero encuentro. No podemos vivir solos, encerrados en nosotros mismos. Necesitamos amar y ser amados. Necesitamos ternura. Las estrategias comunicativas no garantizan la belleza, la bondad y la verdad de la comunicación. El mundo de los medios de comunicación no puede ser ajeno de la preocupación por la humanidad, sino que está llamado a expresar también ternura. La red digital puede ser un lugar rico en humanidad: no una red de cables, sino de personas humanas. La neutralidad de los medios de comunicación es aparente: sólo quien comunica poniéndose en juego a sí mismo puede representar un punto de referencia. El compromiso personal es la raíz misma de la fiabilidad de un comunicador. Precisamente por eso el testimonio cristiano, gracias a la red, puede alcanzar las periferias existenciales.

 Lo repito a menudo: entre una Iglesia accidentada por salir a la calle y una Iglesia enferma de autoreferencialidad, prefiero sin duda la primera. Y las calles del mundo son el lugar donde la gente vive, donde es accesible efectiva y afectivamente. Entre estas calles también se encuentran las digitales, pobladas de humanidad, a menudo herida: hombres y mujeres que buscan una salvación o una esperanza. Gracias también a las redes, el mensaje cristiano puede viajar «hasta los confines de la tierra» (Hch. 1,8). Abrir las puertas de las iglesias significa abrirlas asimismo en el mundo digital, tanto para que la gente entre, en cualquier condición de vida en la que se encuentre, como para que el Evangelio pueda cruzar el umbral del templo y salir al encuentro de todos.

 Estamos llamados a dar testimonio de una Iglesia que sea la casa de todos. ¿Somos capaces de comunicar este rostro de la Iglesia? La comunicación contribuye a dar forma a la vocación misionera de toda la Iglesia; y las redes sociales son hoy uno de los lugares donde vivir esta vocación redescubriendo la belleza de la fe, la belleza del encuentro con Cristo. También en el contexto de la comunicación sirve una Iglesia que logre llevar calor y encender los corazones.

 No se ofrece un testimonio cristiano bombardeando mensajes religiosos, sino con la voluntad de donarse a los demás «a través de la disponibilidad para responder pacientemente y con respeto a sus preguntas y sus dudas en el camino de búsqueda de la verdad y del sentido de la existencia humana» (Benedicto XVI, Mensaje para la XLVII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 2013).

Pensemos en el episodio de los discípulos de Emaús. Es necesario saber entrar en diálogo con los hombres y las mujeres de hoy para entender sus expectativas, sus dudas, sus esperanzas, y poder ofrecerles el Evangelio, es decir Jesucristo, Dios hecho hombre, muerto y resucitado para liberarnos del pecado y de la muerte. Este desafío requiere profundidad, atención a la vida, sensibilidad espiritual. Dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir, acoger su punto de vista, sus propuestas. Dialogar no significa renunciar a las propias ideas y tradiciones, sino a la pretensión de que sean únicas y absolutas.

 Que la imagen del buen samaritano que venda las heridas del hombre apaleado, versando sobre ellas aceite y vino, nos sirva como guía. Que nuestra comunicación sea aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría. Que nuestra luminosidad no provenga de trucos o efectos especiales, sino de acercarnos, con amor y con ternura, a quien encontramos herido en el camino. No tengan miedo de hacerse ciudadanos del mundo digital. El interés y la presencia de la Iglesia en el mundo de la comunicación son importantes para dialogar con el hombre de hoy y llevarlo al encuentro con Cristo: una Iglesia que acompaña en el camino sabe ponerse en camino con todos. En este contexto, la revolución de los medios de comunicación y de la información constituye un desafío grande y apasionante que requiere energías renovadas y una imaginación nueva para transmitir a los demás la belleza de Dios.

Vaticano, 24 de enero de 2014, memoria de san Francisco de Sales

FRANCISCUS

 

 

 

Fuente:: News.va

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para rezandoCiertamente Cristo no ha sido dividido. Pero debemos reconocer sinceramente, con dolor, que nuestras comunidades continúan a vivir divisiones que son de escándalo. ¡La división entre nosotros cristianos es un escándalo! No hay otra palabra: ¡un escándalo!” con estas palabras reflexionaba el papa Francisco, en su alocución previa al rezo del Ángelus, acerca de la unidad deseada entre los cristianos dentro de la semana de oración dedicada a este motivo.

Una alocución en la que tuvo presente al pueblo sirio pidiendo a los líderes reunidos en Montreux, Suiza ”que, buscando únicamente el mayor bien del pueblo sirio, tan sufrido, no escatimen ningún esfuerzo para llegar con urgencia al cese de la violencia y a poner fin al conflicto, que ha causado ya demasiados sufrimientos”.

Texto completo del Papa en la Alocución previa al Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El sábado pasado ha comenzado la Semana de Oración por la unidad de los cristianos, que se concluirá el próximo sábado, fiesta de la Conversión de San Pablo apóstol. Esta iniciativa espiritual, como nunca preciosa, involucra a las comunidades cristianas hace más de cien años. Se trata de un tiempo dedicado a la oración por la unidad de todos los bautizados, según la voluntad de Cristo: “que todos sean una sola cosa” (Jn 17,21). Cada año, un grupo ecuménico de una región del mundo, bajo la guía del Consejo Ecuménico de las Iglesias y del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, sugiere el tema y prepara los subsidios para la Semana de oración. Este año tales subsidios provienen de las Iglesias y Comunidades eclesiales de Canadá y hacen referencia a la pregunta dirigida por San Pablo a los cristianos de Corinto: “¿Acaso está dividido Cristo?” (1 Cor 1,13).

Ciertamente Cristo no ha sido dividido. Pero debemos reconocer sinceramente, con dolor, que nuestras comunidades continúan a vivir divisiones que son de escándalo. ¡La división entre nosotros cristianos es un escándalo! No hay otra palabra: ¡un escándalo! “Cada uno de ustedes – escribía el Apóstol – dice: “Yo soy de Pablo”, “Yo en cambio soy de Apolo”, “Y yo de Cefa”, “Y yo de Cristo” (1,12).
También aquellos que profesaban a Cristo como su cabeza no son aplaudidos por Pablo, porque usaban el nombre de Cristo para separarse de los otros al interior de la comunidad cristiana. ¡Pero el nombre de Cristo crea comunión y unidad, no división! Él ha venido para hacer comunión entre nosotros, no para dividirnos. El Bautismo y la Cruz son elementos centrales del discipulado cristiano que tenemos en común. Las divisiones en cambio debilitan la credibilidad y la eficacia de nuestro compromiso de evangelización y arriesgan con vaciar la Cruz de su potencia. (1,17).

Pablo reprende a los corintios por sus disputas, pero también da gracias al Señor “por la gracia de Dios que les ha sido dada en Cristo Jesús, porque en él han sido enriquecidos de todos los dones, aquellos de la palabra y aquellos del conocimiento” (1,4-5). Estas palabras de Pablo no son una simple formalidad, sino el signo de que él ve ante todo – y de esto se alegra sinceramente- los dones hechos por Dios a la comunidad. Esta actitud del Apóstol es un estímulo para nosotros y para cada comunidad cristiana a reconocer con alegría los dones de Dios presentes en otras comunidades. No obstante el sufrimiento de las divisiones, que lamentablemente todavía permanecen, acogemos, las palabras de Pablo como una invitación a alegrarnos sinceramente de las gracias concedidas por Dios a otros cristianos. Tenemos el mismo Bautismo, el mismo Espíritu Santo que nos ha dado las gracias, reconozcamos y alegrémonos.
Es bello reconocer la gracia con la cual Dios nos bendice y, todavía más, encontrar en otros cristianos algo de lo cual tenemos necesidad, algo que podríamos recibir como un don de nuestros hermanos y de nuestras hermanas. El grupo canadiense que ha preparado los subsidios de esta Semana de Oración, ha invitado a las comunidades a pensar en aquello que podrían dar a sus vecinos cristianos, pero les ha exhortado a encontrarse para entender lo que todas pueden recibir cada vez de las otras. Esto necesita de algo más. Necesita mucha oración, necesita humildad, necesita reflexión y continua conversión. Sigamos adelante por esta vía, orando por la unidad de los cristianos para que este escándalo termine y no esté más entre nosotros. ¡Gracias!

Llamamiento del Santo Padre por la paz en Siria

Hoy se abre en Montreux, Suiza, una Conferencia internacional de apoyo por la paz en Siria a la cual seguirán las negociaciones que se desarrollarán en Ginebra a partir de este 24 de enero. Ruego al Señor que toque los corazones de todos para que, buscando únicamente el mayor bien del pueblo sirio, tan sufrido, no escatimen ningún esfuerzo para llegar con urgencia al cese de la violencia y a poner fin al conflicto, que ha causado ya demasiados sufrimientos. Deseo a la querida nación siria un camino decidido de reconciliación, de concordia y de reconstrucción, con la participación de todos los ciudadanos, donde cada uno pueda encontrar en el otro no un enemigo, no un contendiente, sino un hermano para acoger y para abrazar.

(RV. Foto: Reuters)

Fuente:: SIC

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OARLos agustinos recoletos que forman la comisión de revitalización acudieron a la audiencia del miércoles, 15 de enero, en la plaza de San Pedro. Ante 35.000 fieles el Papa Francisco saludó y bendijo de modo especial la labor de los agustinos recoletos reunidos en Roma para abordar la reestructuración de la Orden. La comisión, configurada tras el Capítulo General de 2010 ha concluido su tarea. El proceso continúa con las aportaciones enviadas por más de la mitad de los religiosos, la asesoría externa y la reorganización administrativa de la Orden.

Del 13 al 17 de enero ha tenido lugar la reunión de la comisión para la revitalización y reestructuración de la Orden de Agustinos Recoletos en la Curia General de Roma (Italia) con el fin de elaborar las últimas propuestas antes de enviarlas al prior general y su consejo. Esta comisión está formada por un representante de cada una de las ocho provincias que actualmente forman la institución además del prior general, Miguel Miró; el vicario general, José Ramón Pérez y el secretario general, Francisco Javier Tello. 

El día 15, miércoles, los miembros de la comisión participaron en la audiencia papal en la plaza de San Pedro junto a 35.000 personas más. En el saludo a los grupos se mencionó a los agustinos recoletos y concretamente a la comisión de revitalización y reestructuración de la Orden. Al final de la audiencia Francisco dijo: “Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los Padres Agustinos Recoletos… Invito a todos a tomar en serio su bautismo, siendo discípulos y misioneros del Evangelio, con la palabra y con el propio ejemplo. Que Jesús os bendiga y la Virgen Santa os cuide. Muchas gracias”.

Comisión, participación y asesoría 

La comisión, configurada tras el capítulo general del año 2010, concluye su trayecto con esta cuarta reunión, pero el proceso de renovación sigue. Atrás quedan reuniones, trabajos, consultas, encuestas y los ocho documentos que han servido tanto para conocer el parecer de los religiosos como para que las comunidades tomaran conciencia de la necesidad de un cambio en la vida y en las estructuras.


La última consulta sobre la revitalización y reestructuración de la Orden sobre la que se ha trabajado en la reunión ha sido respondida por 547 religiosos de la Orden, lo que supone un 50,04%. Desde las respuestas y propuestas ofrecidas por los religiosos la comisión ha realizado un trabajo de análisis y síntesis para presentar las propuestas exigidas por la ordenación capitular. A estas propuestas se unirán estudios externos aunque, como bien nos señaló en el inicio de la reunión el prior general tomando las palabras del Papa: “Por otra parte, tampoco nos servirá una mirada puramente sociológica, que podría tener pretensiones de abarcar toda la realidad con su metodología de una manera supuestamente neutra y aséptica. Lo que quiero ofrecer va más bien en la línea de un discernimiento evangélico. Es la mirada del discípulo misionero, que se alimenta a la luz del Espíritu Santo”. Y añadió más adelante que siguiendo a Francisco “la dignidad de la persona humana y el bien común están por encima de la tranquilidad de algunos que no quieren renunciar a sus privilegios… es necesaria una voz profética”.

Algunas reformas 

Entre los temas que más han resonado en las respuestas están: la necesidad de preparar un proyecto de Orden, la implicación personal de cada religioso en este proceso de conversión personal, comunitaria y pastoral, la misión compartida y la formación de los laicos, la reorganización de las casas de formación, la importancia de la formación continua y la reorganización de las estructuras de la Orden en cuanto al número de provincias, en que la gran mayoría de las respuestas proponen un cambio de la situación actual y predomina la opción de que sean sólo cuatro.

La tarea de la comisión ha llegado a su fin, pero el trabajo no ha concluido. Las propuestas que ha elaborado la comisión se enviarán al prior general y su consejo. Este hará los estudios y análisis que crea convenientes y los dará a conocer a todos los religiosos de la Orden. El camino se va vislumbrando, ahora falta que los protagonistas, los religiosos, llamados a vivir como agustinos recoletos, lo quieran recorrer con esperanza, alegría y valentía para que sepan responder a lo que Dios quiere de ellos en este momento de la historia.

(OAR)

Fuente:: SIC

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couple-praying-duke-chapelUn año más, la diócesis de Alcalá de Henares, por iniciativa de su Mons. Reig, celebrará la fiesta de San Valentín con una vigilia de oración por los novios, los prometidos y los matrimonios. También se orará, en particular, por los matrimonios con dificultades, separados o divorciados; también están invitados los solteros, viudos o consagrados, desposados con Cristo.

En la celebración se orará, asimismo, por toda vida humana desde la concepción y hasta la muerte natural. Este año se da la circunstancia de que, por primera vez, también el papa Francisco celebrará la fiesta de San Valentín reuniéndose, en el Aula Pablo VI de la Ciudad del Vaticano, con los novios que ya han hecho o están haciendo los cursillos de preparación al matrimonio.

El viernes 14 de febrero de 2014, a las 21:00 horas, en la Catedral-Magistral de Alcalá de Henares, celebraremos un año más, Dios mediante, una Vigilia de oración y bendición, presidida por Mons. Juan Antonio Reig Pla. A esta Vigilia están invitados todos los que deseen la bendición de Dios para aprender a amar o crecer en el amor: los novios, los prometidos, los matrimonios católicos, pero también los solteros, viudos o consagrados, desposados con Cristo.

También están invitados los matrimonios con dificultades, separados o divorciados, que quieran pedir a Dios la sanación de sus matrimonios y familias. En la Catedral tendrán un lugar reservado los prometidos que vayan a casarse en 2014-2015, los esposos que cumplen su primer año de casados y los matrimonios que celebran sus bodas de plata (25 años) u oro (50 años); para ello deberán comunicar a sus párrocos, o al correo electrónico que se cita más abajo, su asistencia. El correo donde se puede confirmar la asistencia es: sanvalentin@obispadoalcala.org

Asimismo, en la celebración se orará por toda vida humana desde la concepción y hasta la muerte natural. La celebración, coordinada por la Vicaría Episcopal de Evangelización, contará con la colaboración de la delegación diocesana de juventud, las delegaciones diocesanas de enseñanza y pastoral universitaria, la delegación diocesana de familia y el Centro Diocesano de Orientación Familiar “Regina Familiae”.

(Diócesis de Alcalá de Henares)

Fuente:: SIC

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