Mons. Adolfo MontesMons. Adolfo González      Partimos, en efecto,  del hecho objetivo de los flujos migratorios han constituido en la historia de la humanidad una constante. Hoy, como dijera Benedicto XVI, las migraciones son un signo de los tiempos, y el papa Francisco lo reitera. A las personas que por razones laborales se ven obligadas a dejar su país, familia y ambiente cultural propio, se han añadido, de manera masiva en muchos casos, la huida hacia zonas de seguridad de los pueblos en conflicto y guerra. Recordemos el conflicto de la zona de los grandes lagos de África y el escenario del Oriente cercano, sobre todo Siria, al que ha venido a añadirse los flujos de huida en el Sudán del Sur. Los refugiados son quienes se han visto en la necesidad de abandonar su propia casa amenazados de muerte, o huyendo del peligro de verse privados de libertad y de expresión o reducidos a la cárcel, si no privados de sus derechos ciudadanos y de su propia conciencia religiosa en tantísimos casos.

Entre las personas que emigran la mayoría buscan honradamente la promoción que cabe esperar de mayor número de oportunidades y un mejor régimen laboral, acompañado de unos beneficios sociales protegidos por la ley. Muchos que los que emigran pretenden dejar atrás situaciones de pobreza, carencia de recursos y cultura e incluso de miseria, arriesgando a veces su propia vida, al caer en manos de traficantes de personas sin escrúpulos.

¿Qué sucede cuando llegan a los países receptores de migrantes como el nuestro? Sería del todo injusto no reconocer cuánto han contribuido a la promoción económica, social y cultural de los inmigrantes y de sus familias los países del mundo más desarrollado, entre los que nos encontramos por fortuna a pesar de nuestras dificultades reales. En este sentido es de justicia reconocer la labor realizada por la Unión Europea durante las últimas décadas, con el cambio del ordenamiento jurídico de los beneficios sociales, sanitarios y culturales de los inmigrantes. La reagrupación familiar que ha contribuido positivamente a la reunificación de los esposos y la escolarización de los hijos son signos positivos de un fenómeno social complejo y abierto, que ha hecho posible una cierta normalización de lo heterogeneidad de la población extranjera en la misma medida que se va integrando social y culturalmente.

No todo, sin embargo, es positivo. Costosa está siendo la integración de contingentes de inmigrantes, muchos de ellos acosados por la ilegalidad de su propia situación en un país extranjero, viéndose tentados a encerrarse en el gueto de un barrio mayoritariamente poblado de connacionales, o procedentes del mismo continente, o de la misma confesión religiosa. Hay situaciones en las que los inmigrantes han ocupado barriadas del casco antiguo de ciudades, cuyos domicilios han sido abandonados por los nacionales promocionados a urbanizaciones de más moderna y cómoda habitabilidad. Aun cuando se han emprendido rehabilitaciones meritorias de tipo urbano en muchos cascos antiguos de nuestras ciudades, persisten hacinamientos domiciliares, con alquileres abusivos, que a veces unos inmigrantes  subalquilan a otros, que ceden a una explotación sin escrúpulo de quienes deberían sentirse solidarios, muchos de ellos víctimas de traficantes sin escrúpulos; y así acaban enquistándose en el cuerpo social como personas reacias a la integración y a la legalidad.

No todo lo que se hace por parte de los países receptores se corresponde con el reto que las migraciones les plantean. Se han producido abusos, explotación económica y rechazo de los inmigrantes, vistos tantas veces con sospecha, como señala el Papa Francisco en su mensaje para la Jornada. La complicidad de las redes de delincuencia que operan en territorio nacional con las mafias de traficantes ilegales de seres humanos, la explotación sexual mediante inducción con engaño y presión de mujeres, víctimas de su propia condición de migrantes, han dado como resultado situaciones de moderno esclavismo y vejación de la dignidad de las personas.

Los hacinamientos en los albergues de recepción han acabado con la esperanza de muchos ilegales, o su lanzamiento a la marginación a penas se ven en libertad, en espera de mejor fortuna. Los recientes escándalos de la isla de Lampedusa no deben hacernos olvidar las lacras propias. Es cierto que no es posible dejar de regular los flujos migratorios, pero la búsqueda de la justicia alimentada por la caridad nos ha de ayudar a responder a un reto que pone a prueba nuestra tradición cristiana y de acogida. La Jornada de las Migraciones viene a ayudarnos a reflexionar sobre cuanto hacemos y lo que dejamos de hacer, si es que hemos de responder como cristianos al reto.

No depende todo de nosotros, porque la solución ajustada a verdad, ética y derecho pasa por  la colaboración en la propia promoción tanto de los emigrantes como de los estados y sociedades de los que proceden. Los países del primer mundo están obligados a la ayuda para la promoción de los países de origen de los emigrantes, para que no tengan en la emigración la única salida al buscar justicia y bienestar. La solución a la emigración pasas también por el combate contra la corrupción de los regímenes políticos de los países del Tercer Mundo, que se aprovechan incluso de la ayuda al desarrollo de muchos de los países de origen de los migrantes. Desde Pablo VI la doctrina social de la Iglesia viene insistiendo en la responsabilidad de todos en el orden internacional, recordando que la solución al problema del subdesarrollo de las naciones pobres pasa, ciertamente, por la búsqueda sincera del equilibrio democrático en la carrera por el poder político y el control de los recursos económicos, pero en ello ha de cumplir una función de primer orden la reforma del comercio internacional.

La orientación que propicia la Iglesia es la búsqueda del entendimiento y la mejora de las personas, llamadas a integrarse en un cuerpo social, abierto a los grandes desafíos de nuestro tiempo, donde la acogida no suponga la capitulación de la propia identidad o la negación de la identidad de los inmigrantes, sino el enriquecimiento humano de todos, resultado del recíproco enriquecimiento de quienes se necesitan mutuamente para ir hacia una sociedad y un mundo mucho mejores.

Estoy convencido de que la fe de Cristo, que nos ha desvelado el misterio de amor de Dios como Padre de los hombres y ha puesto de manifiesto la común vocación de fraternidad y la meta trascendente de nuestra vida, nos ayudará afrontar los muchos desafíos de las migraciones.

Con afecto y bendición.

Almería, 19 de enero de 2014

Jornada de las Migraciones

+ Adolfo González Montes

Obispo de Almería

Fuente:: Mons. Adolfo González Montes

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/20/un-mundo-mejor-para-emigrantes-y-refugiados/

Mons. Santiago García AracilMons. Santiago García Aracil     A vosotros, queridos inmigrantes

Por todas partes oímos hablar de globalización. La verdad es que los distintos medios de comunicación han adquirido una capacidad y una expansión hasta hace poco tiempo insospechada.

Hoy nos hacen llegar la noticia de  acontecimientos de todo orden al mismo tiempo que están ocurriendo. Con toda facilidad podemos desplazarnos rápidamente desde cualquier lugar de la tierra a otro, por lejano que parezca. Las mismas relaciones comerciales, laborales y culturales están motivando el traslado temporal, breve o indefinido, de ciudadanos e incluso de familias enteras de uno a otro continente y de uno a otro país; realidad esta que contribuye a la globalización.

El encuentro con gentes de distintas razas, idiomas, culturas, costumbres y creencias ha dejado de parecer extraordinario. Todo esto nos lleva a considerar la facilidad con que podemos llegar a  relacionarnos todos como si viviéramos en un mismo lugar.

La tierra entera se está convirtiendo en lo que algunos han comenzado a llamar “aldea global”.

Sin embargo, la relación entre unos pueblos y otros e incluso entre grupos distintos de un mismo continente o país, es todavía muy distante; y en ocasiones muy tensa o muy adversa en lo que se refiere a las relaciones personales, en la colaboración ciudadana, en la ayuda recíproca, y en la superación de las diferencias conflictivas.

La paz está muy lejos de ser el ambiente en que puedan vivir las familias y desarrollarse los niños y los jóvenes. Estamos comunicados y muy cerca los unos de los otros en lo material, en lo espacial, en lo noticiable. Nos relacionan el comercio,  la ciencia y la técnica informática, aeronáutica, ferroviaria y  vial. Pero esta comunicación, que abre fronteras diversas, no llega todavía a abrir verdaderamente el alma de las gentes a una relación pacífica, dialogante, de mutua comprensión y de enriquecedora colaboración. Al menos estamos bastante lejos de ella.

Ante esta realidad sabemos que no son suficientes las estructuras políticas, ni las necesidades de mercado que  provocan abundantes relaciones entre los Estados. Tampoco basta la programación de actividades esporádicas que provocan la presencia y la acción científica, artística o folclórica, siempre ocasional o puntual,  de las representaciones de un  país en otro.

Aunque todo ello pueda ayudar al verdadero acercamiento entre los pueblos, lo que más contribuye a la cercanía y a la deseada vinculación propia de un mundo globalizado es la relación directa entre las personas en  el acontecer diario. Y esto ocurre cuando se comparten los quehaceres domésticos, cuando se participa en las tareas educativas y de investigación, en las delicadas atenciones sanitarias, en  los trabajos de la agricultura, en las industrias, en la atención a los que sufren limitaciones a causa de la edad o de otra deficiencia, etc. Y a ello contribuye, de modo muy destacado el fenómeno de la migración.

Es, pues, el momento de reconocer los grandes valores que la migración aporta a la construcción de un mundo mejor.

Este reconocimiento, ha de impulsar la apertura del alma hacia la realidad de otros pueblos, de otras culturas y de otras personas, hasta lograr que avancemos en la conciencia de esa fraternidad universal que nos une a todos en una misma familia global.

Es cierto que  semejante proyecto, por las dificultades que encierra, puede parecer irrealizable y solamente alentador de una vana esperanza. Pero no podemos pensar que los ideales no tienen valor hasta que se han  conseguido plenamente.

Cada paso es positivo y necesario para avanzar en el camino emprendido. Camino que todos debemos tener en cuenta al elaborar los proyectos personales, políticos, comerciales, científicos, culturales, etc. Sólo se alcanzan los grandes horizontes dando a cada paso el valor que le es propio, y no pretendiendo lograr la meta con un  solo paso, o moviendo solamente una parte del cuerpo social.

En el camino de la migración todos estamos unidos y, por tanto, seriamente implicados.

Las diversas circunstancias que confluyen en la vida de cada pueblo, de cada familia y de cada persona según  la situación de cada país, motiva la emigración, la inmigración y la necesaria acogida. Lo más importante es que descubramos que somos necesarios unos para otros; que nadie es superior ni inferior; que  nadie molesta; que todos contribuimos o debemos contribuir al desarrollo de las personas y de los pueblos en los diversos ámbitos de que hemos hablado.

Teniendo en cuenta lo que hemos ido exponiendo, es necesario concluir que debemos acogernos unos a otros con verdadero espíritu solidario, fraterno y agradecido.

Todos estamos llamados a dar lo que tenemos, y a  agradecer la suerte de recibir de quienes caminan junto a nosotros.

Cuando este espíritu de apertura, de acogida y de cercanía ilusionada está iluminado y estimulado por la Palabra y por la gracia de Dios, adquiere un realismo y una fuerza tal que nos impulsa a vivirlo con esperanza.

Por eso los cristianos debemos considerar como un verdadero regalo del Señor el poder integrarnos en una comunidad de fe, de oración y de acercamiento a Jesucristo en los Sacramentos. Solo uniéndonos cada uno a Él podremos avanzar en la unión entre nosotros, fuente de la estima personal y de la colaboración social y apostólica.

Queridos hermanos inmigrantes: sentíos en vuestra propia casa al vincularos a la gran familia de los hijos de Dios que se hace presente en la Iglesia, y que se acerca a todos nosotros mediante la pertenencia a la comunidad diocesana cuyo signo y proximidad se nos brinda en la comunidad parroquial.

Que el Divino Niño os bendiga a todos. Él sembró la fraternidad y la caridad que nos capacita para toda colaboración. Y lo hizo entrando a formar parte de la humanidad, viniendo del Cielo a participar de lo que somos, ofreciéndonos la inmensa riqueza de lo que significa ser hijos de Dios con  la esperanza de la salvación eterna.

+ Santiago García Aracil

Arzobispo de Mérida-Badajoz

Fuente:: Mons. Santiago García Aracil

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/20/jornada-mundial-del-emigrante-y-del-refugiado-2/

ZornozaBoyRafaelMons. Rafael Zornoza     Queridos responsables de la pastoral con inmigrantes y refugiados, queridos sacerdotes y fieles laicos y sobre todo muy queridos hermanos inmigrantes y refugiados.

La campaña de este año “Haciendo un mundo mejor” nos invita a poner la mirada en nuestra misión como cristianos en medio de una situación social marcada por  la “globalización de la indiferencia”.

Tenemos algo precioso que ofrecer al mundo: a Jesucristo. Él es el único capaz de transformar al hombre, de hacer un mundo verdaderamente mejor, porque su cambio viene desde dentro, de la conversión de nuestros corazones de la tristeza individualista al gozo de la solidaridad.

Todavía están recientes en nuestra memoria los tristes acontecimientos sucedidos en la isla de Lampedusa el año pasado. Esta isla, testigo de la muerte de miles de inmigrantes desesperados por salir de la miseria y la violencia, lo fue también de la visita del Santo Padre, como todos recordamos. Lleno de fuerza profética, el papa Francisco habló de “la cultura que nos lleva a pensar en nosotros mismos, nos hace insensibles a los gritos de los demás, nos hace vivir en burbujas de jabón, que son hermosas, pero no son nada, son la ilusión de la vanidad, lo temporal, la indiferencia hacia los demás” (Homilía en la isla de Lampedusa, 8 de julio de 2013).

Nos hemos acostumbrado al sufrimiento de los demás que no nos concierne, o no nos importa. Esta “globalización de la indiferencia” es una auténtica lacra de nuestro tiempo que ha perdido la capacidad de “sufrir con”, es decir de la auténtica “com-pasión”.

El Santo Padre, en su mensaje para esta campaña lo vuelve a repetir. No hace sólo un llamamiento más a la solidaridad sino que juzga nuestra forma de mirar la vida, denunciando el concepto actual de desarrollo que está produciendo millones de excluidos en todos los aspectos. No basta hablar de “un mundo mejor” sino comprender que ese “algo más” que nuestro corazón desea y en busca del cual vamos todos -también los que se ven forzados a emigrar- no puede consistir simplemente en tener más o saber más sino en ser más.

Dice el Santo Padre: “El mundo sólo puede mejorar si la atención primaria está dirigida a la persona, si la promoción de la persona es integral, en todas las dimensiones, también la espiritual, si somos capaces de pasar de una cultura del rechazo a una cultura del encuentro y la acogida” (Mensaje del Santo Padre Francisco para la Jornada del Emigrante y del Refugiado 2014).

Abramos ahora los ojos con él ante los emigrantes, porque es una realidad que muchas veces llega a nuestras vidas a través de números y estadísticas, noticias continuas que ya no nos inmutan. Bajo el nombre de “inmigrante ilegal” se esconde una indiferencia terrible, como si no fuese con nosotros, como si en realidad su situación legal les hiciese menos dignos que cualquiera de nosotros. Es muy importante que  se incrementen las políticas de ayuda a los países de origen para que puedan darse las condiciones de justicia y paz que les permita vivir sin tener que huir de sus casas abandonando familia, hogar y patria. Pero, de modo más próximo se extiende una mentalidad por la que la situación de los indocumentados se convierte en una excusa que permite admitir un trato de desigualdad con respecto a los inmigrantes. Me refiero a los contratos “ilegales” en el campo, en el servicio doméstico, etc. que consideran “normal” un trato vejatorio y discriminador de estas personas. La lacra del “trabajo esclavo” no puede persistir más en nuestra sociedad. Los cristianos tenemos una misión insoslayable en este campo.

Una sociedad civilizada debe ser sensible y buscar soluciones justas, que respeten la dignidad y la igualdad de todos. Nuestra comunidad cristiana, comenzando por la parroquial, debe asumir la mirada de los ojos de Dios para acogerles e integrarles en la vida parroquial ordinaria, hasta que se sientan parte de la comunidad. Es un reto para el que nos estamos disponiendo con dedicación creciente.

El Paso del Estrecho es nuestro Lampedusa. Lo sabéis muy bien en Algeciras, en Tarifa, en Bolonia, en Barbate y en toda la costa fronteriza, sin olvidar la ciudad de Ceuta. No podemos mirar hacia otro lado. Con el papa Francisco tenemos que pedir a Dios  “la gracia de llorar por nuestra indiferencia, la crueldad que hay en el mundo, en nosotros, incluso aquellos que desde  el  anonimato pueden tomar decisiones con las condiciones socio-económicas para allanar el camino de dramas como éste” (Ibídem).

La responsabilidad no es de otros, es de cada uno de nosotros. Las fuerzas que cambian el corazón de una persona son las que pueden cambiar el mundo entero. Examinemos nuestra conciencia y pongámonos manos a la obra.

En nuestra diócesis de Cádiz existe en Algeciras uno de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs), de los poco repartidos por toda España, con una ampliación de sus instalaciones en Tarifa. Allí se encuentran estos inmigrantes, pobres supervivientes sin nada más que su vida rescatada de mil desdichas. Son indocumentados, no delincuentes, pero la gente no distingue tanto, porque están “presos”, en una situación jurídica extraña, que pide a voces una solución. La Iglesia lucha para regular la presencia de capellanes y agentes de pastoral en estos Centros para poder atenderles con cercanía y cuidado. Porque, además, nuestra misión continúa cuando salen de allí, si es que no son repatriados.

La caridad de los voluntarios, sacerdotes y fieles que se les acercan, es anónima para nosotros, pero ellos nunca olvidarán  que en sus rostros encontraron la ternura de Dios y la respuesta a sus angustiadas oraciones.

Ciertamente hay también una globalización silenciosa de la caridad y hay miles de personas que se preocupan de la suerte de sus hermanos. Porque, junto a las trágicas muertes en el mar, conviven con nosotros quienes acogen a los vivos y entierran a los muertos y rezan por ellos, cuantos comparten su aflicción y les ayudan con sus bienes.

Queridos hermanos inmigrantes que convivís con nosotros: quiero deciros que sois un regalo para nosotros, no lo dudéis. Todos somos forasteros y peregrinos en esta vida (1 Pe 2, 11). Nos ayudáis con vuestra fortaleza y vuestra fe. Aportáis a nuestras celebraciones calor y alegría, la vida espiritual que traéis de vuestras tierras y que os ha dado fuerza para superar tantas adversidades.

Vosotros, como la Sagrada Familia, al emigrar lleváis escondido en vuestra indigencia al Señor de la historia y quien os acoge recibe al mismo Cristo, aún sin saberlo (Mt 25, 31-46).

“Haciendo un mundo mejor” realizamos el mandato de Cristo Resucitado: “Id y haced discípulo de todos los pueblos” (Mt 28, 19). Un Pueblo de Dios formado por muchos pueblos “de toda raza, pueblo y nación, tantos que no los podía contar” (Ap 7, 9) en camino, todos, hacia la patria eterna, hagamos un mundo mejor.

Os bendigo de corazón,

+Rafael Zornoza Boy,

Obispo de Cádiz y Ceuta

Fuente:: Mons. Rafael Zornoza

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/20/dia-del-emigrante-y-refugiado/

resized__MG_0095La diócesis guipuzcoana celebra hoy a su patrón, San Sebastián. Mons. Jose Ignacio Munilla ha presidido la Misa en la Basílica de Santa María, a las 10:30 horas con presencia de las autoridades. 

En su homilía, tras recordar la historia del santo, el prelado donostiarra ha destacado que”en esta vida todos tenemos que optar entre dos metas: o el bien común de la sociedad, o nuestro exclusivo interés. Quienes persiguen el bien común por encima de todo, necesitan ejercitarse en las virtudes de la justicia y de la prudencia, para conjugar los intereses personales, en el contexto de una perspectiva social. Por el contrario, quienes no persiguen otra cosa que su propio interés, suelen hacer gala de imprudencia, obstinación y hasta de crueldad”.

Dirigiéndose a los fieles congregados, Mons. Munilla ha señalado que “la fe cristiana aporta elementos decisivos para el bien común. Entre otras cosas, la propia creencia en la existencia del bien común. Y es que, ¿existe el bien común?… No parece una casualidad que en nuestra cultura secularizada y laicista, prácticamente se haya dejado de utilizar este término: “bien común””.  Aludiendo a la actualidad política y social del país, Mons. Munilla ha puntualizado que “el drama consiste en que la política —siendo muy necesaria— ha llegado a convertirse en el único principio rector de la existencia humana. En efecto, la política pretende decidir el bien y el mal; la política pretende redefinir la naturaleza humana y la propia familia; la política pretende determinar el principio y el fin de la vida humana; la política pretende ser la única responsable del sistema de enseñanza, etc”  y ha puesto como ejemplos la indefensión de la vida humana desde su concepción.

El prelado ha animado a los presentes a renovar la llamada a la santidad recibida en el Bautismo antes de continuar con la celebración en el día del patrón diocesano.

Fuente:: SIC

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/20/mons-munilla-anima-a-ciudadanos-y-gobernantes-a-profundizar-en-las-virtudes-de-la-justicia-y-de-la-prudencia-en-la-festividad-de-san-sebastian/

En Madrid, y  con la presencia del Arzobispo Castrense de España, Mons. Juan del Río Martín,la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), que dirige el P. Carlos Granados, presenta este martes 21 de enero a las 19:30 horas la obra Caminando a la luz de la fe. Epistolario de la Madre María de la Purísima. Acontece en  la Parroquia del Buen Suceso, donde también se encontrará el sacerdote Teodoro León,Vicario General de la Archidiócesis de Sevilla, Vicepostulador de la Causa de Canonización de la Beata Mª de la Purísima de la Cruz, que se referirá a esta nueva publicación donde se pone al alcance de todos las cartas que dan a conocer la fisonomía espiritual de esta religiosa española, acercándonos a su biografía y a sus escritos para conocerla y enriquecernos con sus enseñanzas.

Por otra parte, también el Obispo de Alcalá, Mons. Juan Antonio Reig Plá, participa en Pozuelo de Alarcón, este próximo miércoles día 22, en la presentación del libro La teología feminista. Significado y valoración. Será esta vez a las 19 horas en la sala de conferencias del edificio H de la Universidad Francisco de Vitoria. Allí también se encontrará el autor del libro, Manfred Hauke, catedrático de Patrología y Dogmática en la Facultad de Teología de Lugano y miembro de la Pontificia Academia Mariana Internacional. También estará acompañado durante la presentación por María Lacalle, directora del Centro de Estudios de la Familia.

Los organizadores de este acto académico, el director de la BAC, P. Granados, y el Vicerrector de la Universidad Francisco de Vitoria, Clemente López, han programado para los asistentes al finalizar esta presentación un encuentro informal con el autor durante la degustación de un vino español.

Fuente:: SIC

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/20/el-arzobispo-castrense-y-el-obispo-de-alcala-presiden-sendas-presentaciones-de-dos-nuevos-libros-de-la-bac/

catedral pamplomaDurante los cuatro jueves del mes de febrero, días 6, 13, 20 y 27, se celebrará un ciclo de conferencias organizadas por la Vicaría de Fe y Cultura.

El ciclo de conferencias llevará por titulo “Historia de la diócesis de Pamplona. El cristianismo en Navarra a lo largo de los siglos”, y será impartido por del historiador Luis Javier Fortún, archivero del Parlamento de Navarra. Las conferencias se desarrollarán en la parroquia de San Nicolás de Pamplona, en concreto en la sala San Blas, entrada por el Paseo de Sarasate, los días señalados a las 19:30 horas, y estarán abiertas al público en general, hasta completar aforo. También podrán ser escuchadas íntegramente en la web www.parroquiasannicolas.es

Estos son los títulos:

1. Los orígenes: cristianización e impregnación de la Iglesia en la sociedad (hasta el siglo X). Jueves, 6 de febrero.

2. La Edad Media: del apogeo a la crisis (siglos XI-XV). Jueves 13 de febrero.

3. Reforma y esplendor en la Edad Moderna (siglos XVI-XVIII). Jueves 20 de febrero.

4. Los avatares contemporáneos (siglos XIX al XXI). Jueves, 27 de febrero.

(Archidiócesis de Pamplona Tudela)

Fuente:: SIC

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/20/pamplona-ofrece-un-ciclo-de-conferencias-sobre-la-historia-de-su-diocesis/

convenio ifes cracovia_portadaEl Convenio fue rubricado el pasado día 15 de enero en Cracovia entre Mons. Javier Martínez, Arzobispo de Granada, y Mons. Stanis?aw Dziwisz, Arzobispo de Cracovia y secretario personal de Juan Pablo II.

El objetivo del Convenio es la promoción del pensamiento católico en Europa y el fomento de la unión de los pueblos polaco y español, que comparten una historia común de fe y ambos comprometidos en la construcción de una nueva Europa.

El Instituto de Filosofía “Edith Stein” de la Archidiócesis destaca la importancia de este Convenio, ya que incrementa sus vínculos internacionales y abre un camino de colaboración con una de las instituciones universitarias más importantes de Polonia.

A la firma del Convenio acompañaron a Mons. Javier Martínez, el Director del Instituto de Filosofía “Ediht Stein”-Academia Internacional de Filosofía, Marcelo LópezCambronero, y el profesor en dicho Instituto de la Archidiócesis Artur Mrówczynski – Van Allen. Asimismo, con el cardenal Stanislaw Dziwisz asistieron a la rúbrica del Convenio el Rector de la Universidad Pontificia “Juan Pablo II” y el Decano de la Facultad de Filosofía de dicha Universidad.

(Archidiócesis de Granada)

Fuente:: SIC

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/20/el-instituto-de-filosofia-edith-stein-de-la-archidiocesis-de-granada-y-la-universidad-pontificia-juan-pablo-ii-de-cracovia-poloniasuscriben-un-convenio-de-colaboracion/

triptico_jornadasjif-1La Juventud Obrera Cristiana (JOC), Jesuitas-Zaragoza y el Centro de Educación Secundaria San Valero han organizado jornadas sobre pastoral con jóvenes y evangelización. Haciéndose eco de las palabras del papa Francisco dirigidas a los jóvenes: “Haced discípulos en la frontera”, el encuentro quiere ser un momento de reflexión sobre la evangelización hoy en medio de los jóvenes, abriendo procesos de encuentro con Jesucristo y de compromiso transformador ante situaciones injustas.

Las ponencias las realizará Carles Such, sacerdote escolapio y director de la Revista de Pastoral Juvenil. Habrá también diversas experiencias, testimonios y talleres con la participación de las delegaciones diocesanas de Pastoral JuvenilPastoral Universitaria y Pastoral Penitenciaria, los colegios de El Salvador y Santa María del Pilar, la parroquia de Santa Isabel de Portugal y la comunidad ADSIS. La cita en Zaragoza, los días 13, 14 y 15 febrero, en los centros Joaquín Roncal y Pignatelli.

(Archidiócesis de Zaragoza)

Fuente:: SIC

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/20/jovenesiglesiafrontera-jornadas-sobre-pastoral-con-jovenes-en-zaragoza/

encuentrorectoresyformadores2Entre los días 17 al 19 de enero se ha celebrado en Madrid el XXXIII Encuentro de Rectores y Formadores de Seminarios de España, jornadas que han sido organizadas por la Conferencia Episcopal y presididas por el Obispo de Cádiz, mons. Rafael Zornoza Boy.

La temática de este año giraba en torno al Proyecto Educativo de los Seminarios Menores, asunto de gran importancia porque es el que ayuda a centrar la misión de los Seminarios Menores en la sociedad actual y plantea que itinerario seguir para conseguirlo. Ha sido un encuentro intenso que se ha centrado en cuestiones tan concretas como el hecho de encajar este Proyecto Educativo en la vida de la comunidad, en el ámbito de la formación humana y espiritual y para armonizar la convivencia. Durante estos días los formadores han compartido experiencias y proyectos, ilusiones y esperanzas y, sobre todo, han intentado discernir que caminos va abriendo Dios para estas instituciones tan importantes para nuestra Iglesia.

(Diócesis de Cádiz Ceuta)

Fuente:: SIC

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/20/xxxiii-encuentro-de-rectores-y-formadores-de-seminarios-de-espana/

 El arzobispo alemán Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y que será creado cardenal en el próximo consistorio del 21 de febrero, según anunció el papa Francisco recientemente, participará mañana, lunes, en Valencia, en unas jornadas sobre “Cuestiones actuales en el Gobierno Eclesial”, organizadas por la facultad de Derecho Canónico de Valencia, en las que participará el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro.
El prelado alemán disertará sobre “Colegialidad y ejercicio de la potestad suprema de la Iglesia”, en el marco de las XII Conversaciones de Derecho Canónico que organiza la facultad de Derecho Canónico de Valencia, integrada en la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” (UCV).
(Archidiócesis de Valencia)

Fuente:: SIC

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/20/el-prefecto-de-la-congregacion-para-la-doctrina-de-la-fe-participa-en-unas-jornadas-sobre-derecho-canonico-en-valencia/