Con profunda alegría se celebró el Día de la Solidaridad, en memoria de San Alberto Hurtado, en Chile

Con profunda alegría se celebró el Día de la Solidaridad, en memoria de San Alberto Hurtado, en Chile

Santiago (Martes, 20-08-2013, Gaudium Press) Miles de fieles celebraron en el Santuario San Alberto Hurtado el Día de la Solidaridad. La fecha tiene su origen en el aniversario de fallecimiento del santo chileno, quien un 18 de agosto de 1952 falleció dejando tras de sí numerosas obras de caridad y una profunda fama de santidad que fue declarada oficialmente por el Papa Emérito Benedicto XVI en octubre del 2005.

La Misa en su memoria fue presidida por el padre Galo Fernández, Vicario Episcopal de la Zona Oeste; y concelebrada por varios sacerdotes, entre ellos, el padre Andrés Moro, Vicario de la Pastoral Social y de los Trabajadores; y el padre Paul Mackenzie S.J, Rector del Santuario San Alberto Hurtado.

En su homilía, el padre Galo Fernández remarcó que San Alberto nos enseñó que la fe es el «fundamento para construir una ciudad», agregando que en la cultura actual «no basta una concepción de los derechos fundamentales de la persona», sino, «un fundamento más fuerte, que sostenga la pasión por la equidad, que no es solo una cifra, sino un asunto de humanidad, de dignidad humana, un asunto de fe».

Al finalizar la eucaristía, el padre Fernández invitó a todos los fieles, sin excepción, a seguir el ejemplo de San Alberto Hurtado.

San Alberto Hurtado, contemplativo en la acción

San Alberto Hurtado ha marcado profundamente a la Iglesia y sociedad chilena. Canonizado por Benedicto XVI en 2005, culminó su obra sacerdotal e intelectual fundando el Hogar de Cristo, máximo fruto de su entrega a Dios y amor por los más pobres, a quienes cariñosamente llamó «patroncitos».

Un rasgo notorio de la personalidad de Alberto Hurtado es su profunda comprensión de las consecuencias sociales de la fe católica: «ser católicos equivale a ser sociales», expresó con tesón. Se destacó su labor y pensamiento educacional, -siendo el primer doctor en Pedagogía de Chile-, como profesor en la Universidad Católica y en el Colegio San Ignacio. Además, publicó en 1942 su libro «Puntos de Educación» y en 1943 «Elección de Carrera», obras en las que armoniza el sentido sobrenatural de la vocación, junto al valor social del trabajo profesional y la misión los laicos en la construcción de un país mejor.

También tuvo especial preocupación por la formación cristiana de los trabajadores y obreros, fundando la Acción Sindical Chilena, ASICH, en 1948, a quienes estimuló a prepararse en la doctrina social de la Iglesia, incorporándose a los sindicatos, junto con capacitarse en talleres sobre la realidad social nacional para que luego defendieran la dignidad del trabajo humano desde un criterio social.

Finalmente, San Alberto apreció en la vivencia de la fe el motor de todo cambio social. Entendió su sacerdocio no como una actividad exterior, sino como un configurarse permanente con Cristo Sacerdote. «¡Mi Misa es mi vida, y mi vida es una Misa prolongada!» expresó en su libro ¿Es Chile un país católico?, el cual causó una gran polémica en su tiempo entre los sectores más conservadores. Por eso, creyó firmemente en que toda acción social era efecto de un desborde de vida interior, preocupándose especialmente por la escasez de vocacionales sacerdotales: «Nuestra más grave crisis, es crisis de fe, que se origina en gran parte en la falta de cultivo espiritual y se traduce luego en mayor escasez de sacerdotes que reanimen la vida interior».

El Mes de la Solidaridad se seguirá desarrollando en las distintas diócesis y comunidades de Chile, en una campaña que este año se ha denominado «Acardio», y cuyo lema remarca que, siendo solidarios, «se ayuda al otro con su cruz y tu corazón vuelve a sentir».

Fuente:: Gaudium Press

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