La Biblia debe ser leída en clima de oración y con el corazón dirigido a Dios , dice obispo de Santa Cruz del Sur, Brasil

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«La Biblia debe ser leída en clima de oración y con el corazón dirigido a Dios», dice obispo de Santa Cruz del Sur, Brasil

Santa Cruz del Sur (Viernes, 20-09-2013, Gaudium Press) El obispo de la diócesis gaucha de Santa Cruz del Sur, Mons. Canísio Klaus, en su más reciente artículo, que tiene como título «Biblia: el libro para ser leído y colocado en práctica», hizo una reflexión sobre la Palabra de Dios. Él inicia el texto destacando que la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos del Brasil), consciente de que la Biblia es poco valorizada por los fieles católicos, adoptó el mes de septiembre como el «Mes de la Biblia», buscando incentivar a los fieles a adquirir su Biblia y organizar círculos de estudios bíblicos.

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De acuerdo con el prelado, en noviembre de 1965, al final del Concilio Vaticano II, Pablo VI promulgó la Constitución Dogmática Dei Verbum, que afirma que «toda predicación eclesiástica, como la propia religión cristiana, debe ser alimentada y regida por la Sagrada Escritura», que constituye «alimento del alma y perenne fuente de vida espiritual» (n. 21). Él recuerda que el Concilio retomó la afirmación de San Agustín de que «ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo», y por eso hizo una invitación a los cristianos para que se acercasen al texto sagrado «por la Sagrada Liturgia, por la piadosa lectura y por cursos bíblicos».

Citando a Santo Ambrosio, alertó sobre la necesidad de que la lectura de la Sagrada Escritura venga acompañada por la oración, «pues a Dios hablamos cuando rezamos y a Él oímos cuando leemos los divinos oráculos» (25). Para Mons. Canísio, a partir del Concilio la Iglesia comenzó a incentivar a las familias a tener su Biblia en casa, y por eso hoy ya son pocas las familias católicas que todavía no tienen Biblia.
«Tener la Biblia en casa, no es suficiente para un cristiano. Es preciso también leer lo que en ella está escrito. Y la lectura no puede ser hecha de la misma forma como se lee un diario o un romance policial. La Biblia debe ser leída en clima de oración y con el corazón dirigido a Dios, prestando atención al mensaje que Él nos quiere pasar», destaca.

Según el Obispo, colocar en práctica lo que la Biblia propone es el gran desafío para los cristianos.

Por último, el prelado nos invita a aprovechar la gracia del mes de septiembre para crear mayor familiaridad con la Palabra de Dios, buscando darle un lugar de destaque en nuestras casas y sacar algunos minutos del día para leer algún texto bíblico. «Si tenemos oportunidad, participemos de círculos y estudios de la Biblia que varias parroquias nos están ofreciendo. Por encima de todo coloquemos en práctica lo que la Palabra de Dios nos propone. A ejemplo de la madre de Jesús, ‘que guardaba todo en su corazón’, guardemos la Palabra de Dios, meditando sobre aquello que ella nos propone», concluye. (FB)

Fuente:: Gaudium Press

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