La esperanza de María Santísima es nuestra salvación, afirmó el Papa Francisco

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La esperanza de María Santísima es nuestra salvación, afirmó el Papa Francisco

Ciudad del Vaticano (Lunes, 25-11-2013, Gaudium Press) El Monasterio de San Antonio Abad, de las Monjas Beneditinas Camaldulenses, localizado en Aventino, Italia, recibió en la tarde del pasado jueves 21, la ilustre visita del Papa Francisco.
En el «Día por la vida contemplativa», instituido en el año 1953 por el Papa Pío XII como Jornada Pro Orantibus, la visita del Santo Padre también se incluyó en la conclusión del Año de la Fe.

En la ocasión, las 21 monjas de la comunidad aguardaban al Pontífice, que fue acogido por la Abadesa Hermana Michela Porcellato.
El Papa presidió la Celebración de las Vísperas según la regla camaldulense, seguida de un momento de Adoración.

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Foto: Radio Vaticano

A partir del Evangelio leído en la oración de las Vísperas, el Santo Padre reflexionó sobre la imagen de María Santísima como la mujer de la esperanza. «La palabra ‘hágase’ (usada por María en la expresión ‘Hágase en mi según tu Palabra’) no es solamente una aceptación, sino también una apertura confiante al futuro. Este ‘hágase’ significa esperanza», explicó.

Después de recordar que «María es la madre de la esperanza, el ícono más expresivo de la esperanza cristiana», el Papa Francisco destacó que «delante de todas estas dificultades y sorpresas del proyecto de Dios, la esperanza de la Virgen nunca vaciló. Mujer de esperanza. Esto nos dice que la esperanza se nutre de la escucha, de la contemplación, de la paciencia, para que los tiempos de Dios maduren».

Según el Pontífice, «la única lámpara encendida en el sepulcro de Jesús es la esperanza de la madre», que «es la esperanza de toda la humanidad».

«Me pregunto y también a ustedes: ¿En los Monasterios esta lámpara todavía está encendida? ¿En los monasterios se espera el mañana de Dios?», indagó.

Al concluir su reflexión, el Papa afirmó que «debemos mucho a esta Madre», pues «Ella está presente en cada momento en la historia de la salvación», como «un testimonio sólido de esperanza».

«Que ella, Madre de la esperanza, nos sustente en los momentos de oscuridad, de dificultad, de desconsuelo, de aparente derrota y en las verdaderas derrotas humanas». (LMI)

De la redacción, con informaciones Radio Vaticano

Fuente:: Gaudium Press

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