Domingo en la infroactiva de Navidad fiesta de la Sagrada Familia: Jesús, María y José. Jornada por la familia y por la vida
Mons. Manuel Ureña Dios se manifiesta en la creación. En esto consiste su revelación natural o cósmica. Y, puesto que Dios es la verdad y el amor, se nos ha dado a conocer en la creación cósmica como verdad y como amor. Ahora bien, tras haber esculpido la huella de su ser, de la verdad y del amor, en la creación natural, Dios ha querido mostrarse plenamente y de forma histórica y positiva a aquel que es el rey de la creación, al hombre, el único capaz de conocerle y de responderle. Y lo ha hecho en su Hijo, en su único Hijo, que es el lógos, el icono perfecto de su amor. “Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único como propiciación por nuestros pecados”.
¿Cómo nos ha dado Dios Padre a su Hijo único, al Verbo preexistente y eterno, expresión perfecta de su ser, que es el Amor? Nos lo ha dado a través del lugar teológico de este mundo que contenía más perfectamente, desde el acto mismo de la creación, la huella del amor divino. Y ese lugar es, sin duda, la familia, y una familia en concreto, la Sagrada Familia de Nazaret, aquella familia formada por Jesús, el Hijo de Dios hecho carne; por María, su madre virgen; y por José, casto esposo de María y padre nutricio del Señor, siempre en plena posesión de los significantes de padre de Jesús y de esposo de María.
Dicho en síntesis, Dios es amor y entró en el mundo mediante el ámbito constituido por el amor. Este ámbito no es otro que el amor entre un hombre y una mujer, y el fruto de ese amor, lo que da como resultado la felicidad.
¿Acaso podría haber una cosa más natural y obvia que ésta? Pues bien, aun siendo tan naturales y tan obvias las realidades del matrimonio y de la familia, han venido conociendo éstas a lo largo de la historia lacras y miserias profundas a cuyo paso ha salido reiteradas veces la Iglesia. En efecto, en los últimos 50 años, la Iglesia ha afrontado de forma grave, solemne, cuatro veces por lo menos, el tema del matrimonio, de la familia y de la vida: en el Concilio Vaticano II, en el Catecismo “maior” de la Iglesia Católica, en el Sínodo de los Obispos de 1980; y ahora, 34 años después, en los próximos Sínodos Episcopales de 2014 y 2015.
En efecto, el pasado 18 de octubre, Su Excelencia, Mons. Lorenzo Baldisseri, secretario general del Dicasterio del Sínodo, dirigía una carta al Emmo. y Rvdmo. Sr. Presidente de la Conferencia Episcopal de España, Cardenal Rouco Varela, Arzobispo Metropolitano de Madrid, en la que le comunicaba que el Santo Padre, después de la reunión del Consejo Ordinario del Sínodo, había dispuesto la convocatoria de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos para el próximo año, desde el 5 al 19 de octubre, sobre el tema Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la Evangelización. Durante esta reunión, los miembros del Consejo elaboraron el Documento preparatorio (antiguos Lineamenta).
Y, junto con la carta, Baldisseri enviaba al Presidente de los Obispos españoles el ya mencionado Documento Preparatorio, con el ruego de que éste fuera rápidamente distribuido a las diócesis a fin de proceder inmediatamente a su difusión capilar en los arciprestazgos y en las parroquias, y, de este modo, obtener una exposición en relación con los temas que se proponen y con el cuestionario que se ofrece, incluidas las estadísticas útiles, para la preparación del Instrumentum laboris. La carta prosigue manifestando que el tiempo disponible para las respuestas es breve y que expira a finales de enero de 2014, momento en el que deberá enviarse a la Secretaría del Sínodo una síntesis del material que se recoja. Y la carta del Secretario General del Sínodo al Cardenal Rouco concluye con la información de que, por expresa voluntad del Papa Francisco, esta Asamblea Extraordinaria constituirá la primera etapa, a la cual seguirá una segunda, la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar en el año 2015, con ocasión del 50º aniversario de la Institución Sinodal.
De esta forma, si la Asamblea General Extraordinaria de 2014 está ordenada a delinear el “status quaestionis” y a recoger testimonios y propuestas de los obispos para anunciar y vivir de manera creíble el Evangelio de la familia, la segunda, esto es, la Asamblea General Ordinaria del 2015, persigue buscar líneas operativas para la pastoral de la persona humana y de la familia.
El referido Documento preparatorio de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos acerca de los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la Evangelización es un texto denso, muy bien estructurado y muy sabio. Presenta tres partes netamente diferenciadas. La primera parte, el Sínodo: familia y evangelización, ofrece una panorámica de las problemáticas inéditas que hoy se dan, desde la difusión de parejas de hecho, que no acceden al matrimonio y que a veces excluyen la idea del mismo, a las uniones entre personas del mismo sexo, a las cuales, es consentida a menudo la adopción de hijos.
La segunda parte trata sobre la Iglesia y el Evangelio sobre la familia. Y es que la buena noticia del amor divino debe ser proclamada a cuantos viven esta fundamental experiencia humana personal, de vida matrimonial y de comunión abierta al don de los hijos, que es la comunidad familiar. Que no falten nunca la enseñanza clara de los pastores ni el testimonio concreto de los creyentes, hombres y mujeres, los cuales, en circunstancias muy diferentes, han vivido el Evangelio sobre la familia como un don inconmensurable para la vida de ellos y de sus hijos.
Finalmente, la tercera parte del Documento preparatorio es el Cuestionario, que se estructura metodológicamente en preguntas y respuestas, las cuales permiten a las Iglesias particulares participar activamente en la preparación del Sínodo Extraordinario, el cual tiene como objetivo anunciar el Evangelio en los actuales desafíos en relación con la familia.
Concluyo este breve texto pastoral invitándoos a la celebración de la Eucaristía de las familias que tendrá lugar el sábado, 28 de diciembre de 2013, en la Catedral del Salvador y que presidirá el Arzobispo.
Al día siguiente, 29 de diciembre, os invito a acudir a Madrid, en donde, como ya es costumbre, viviremos la gran Misa de las familias, que presidirá el Sr. Cardenal Arzobispo de Madrid, D. Antonio María Rouco Varela, y que dará comienzo a las 12 de la mañana en la Plaza de Colón.
† Manuel Ureña,
Arzobispo de Zaragoza
Fuente:: Mons. Manuel Ureña