Cerca de 5 mil fieles prestaron homenaje a Santo Tomás de Canterbury, en Camaçari, Brasil
Cerca de 5 mil fieles prestaron homenaje a Santo Tomás de Canterbury, en Camaçari, Brasil
Camaçari (Jueves, 09-01-2014, Gaudium Press) Más de 5 mil fieles homenajearon al Patrono de la Diócesis de Camaçari, en Bahía: Santo Tomás de Canterbury. Después de nueve días de celebraciones, la tradicional procesión por las principales calles y avenidas de Camaçari, seguida por la Santa Misa campal y presentaciones musicales encerraron los festejos.
El Obispo de la Diócesis de Camaçari y Presidente de la Comisión Episcopal Pastoral para la Vida y la Familia de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil, Mons. João Carlos Petrini, presidió la Misa festiva y resaltó que los devotos bahianos admiran «la personalidad y la fortaleza de Santo Tomás», diciendo que «podemos aproximarnos a su grandeza humana si recorremos un camino de Fe semejante al suyo».
La procesión se inició en la Parroquia Nuestra Señora de Santa Ana, situada en el barrio Gleba A, y siguió por la Avenida del Canal, terminando en frente a la Catedral Santo Tomás de Canterbury, en la Plaza Desembargador Montenegro, donde sucedió la celebración.
De acuerdo con los datos de la Policía Militar y la Secretaria de Tránsito y Transporte, la procesión fue seguida por cerca de 2,5 mil fieles. (LMI)
Biografía
Una de las más adivinadas elecciones del gran soberano inglés, Enrique II, fue la de su canciller en la persona de Tomás Becket. Había nacido en Londres en 1118 de padre normando, y fue ordenado archidiácono y colaborador del arzobispo de Cantorbery, Teobaldo. Como canciller del reino, Tomás se sentía perfectamente a sus anchas: tenía ambición, audacia, belleza y un destacado gusto por la magnificencia. Cuando era necesario sabía ser valiente, sobre todo cuando se trataba de defender los buenos derechos de su príncipe, de quien era íntimo amigo y compañero en los momentos de descanso y de diversión.
El arzobispo Teobaldo murió en 1161, y Enrique II, gracias al privilegio que le había concedido el Papa, pudo elegir a Tomás como sucesor para la sede primada de Cantorbery. Nadie, y mucho menos el rey, se imaginaba que un personaje tan «mencionado» se iba a transformar inmediatamente en un gran defensor de los derechos de la Iglesia y en un celoso pastor de almas. Pero Tomás le había advertido a su rey: «Señor, si Dios permite que yo sea arzobispo de Cantorbery, perderé la amistad de Vuestra Majestad».
Ordenado sacerdote el 3 de junio de 1162 y consagrado obispo al día siguiente, Tomás Becket no tardó en enemistarse con el soberano. Las «Constituciones» de 1164 habían restablecido ciertos derechos abusivos del rey caídos en desuso. Por eso Tomás Becket no quiso reconocer las nuevas leyes y escapó a las iras del rey huyendo a Francia, en donde pasó seis años de destierro, llevando una vida ascética en un monasterio cisterciense.
Restablecida con el rey una paz formal, gracias a los consejos de moderación del Papa Alejandro III, con quien se encontró, Tomás pudo regresar a Cantorbery y fue recibido triunfalmente por los fieles, a quienes él saludó con estas palabras: «He regresado para morir entre ustedes». Como primer acto desautorizó a los obispos que habían hecho pactos con el rey, aceptando las «Constituciones», y esta vez el rey perdió la paciencia y se dejó escapar esta frase imprudente: «¿Quién me quitará de entre los pies a este cura intrigante?».
Hubo quien se encargó de eso. Cuatro caballeros armados salieron para Cantorbery. Se le avisó al arzobispo, pero él permaneció en su puesto: «El miedo a la muerte no puede hacernos perder de vista la justicia». Recibió a los sicarios del rey en la catedral, revestido con los ornamentos sagrados. Se dejó apuñalar sin oponer resistencia, murmurando: «Acepto la muerte por el nombre de Jesús y por la Iglesia». Era el 23 de diciembre de 1170. Tres años después el Papa Alejandro III lo inscribió en la lista de los santos.
De la redacción, con informaciones de la Diócesis de Camaçari – Biografía tomada de catholic.net
Fuente:: Gaudium Press