Piedad popular: “Sus fieles seguidores conforman a menudo las periferias de la fe”
Iglesia en Plasencia, entrevista a Florentino Gutiérrez Sánchez, Vicario General de la Diócesis de Salamanca
–¿En qué consiste la nueva evangelización?
–Pablo VI, siguiendo el espíritu de Juan XXIII, en la “Evangelii nuntiandi”, afirmó que “para dar una respuesta válida a las exigencias del Concilio necesitamos absolutamente ponernos en contacto con el patrimonio de la fe que la Iglesia tiene el deber de preservar en toda su pureza, y a la vez el deber de presentarlo a los hombres de nuestro tiempo, con los medios a nuestro alcance, de una manera comprensible y persuasiva”. Esto es la Nueva Evangelización.
Juan Pablo II, en “Novo millennio ineunte”, escribió: “He repetido muchas veces en estos años la “llamada” a la nueva evangelización. La reitero ahora, sobre todo para indicar que hace falta reavivar en nosotros el impulso de los orígenes”.
Benedicto XVI, en “Verbum Domini”, insistió: “Al alba del tercer milenio… la exigencia de una nueva evangelización, tan fuertemente sentida por mi Predecesor, ha de ser confirmada sin temor, con la certeza de la eficacia de la Palabra divina”.
–¿Qué es la piedad popular?
–Una definición autorizada la encontramos en el Directorio sobre la piedad popular y la liturgia: “El término “piedad popular”, designa aquí las diversas manifestaciones culturales, de carácter privado o comunitario, que en el ámbito de la fe cristiana se expresan principalmente, no con los modos de la sagrada Liturgia, sino con las formas peculiares derivadas del genio de un pueblo o de una etnia y de su cultura”.
Benedicto XVI, en un discurso a la Comisión Pontificia para América Latina, afirmaba que la piedad popular: “no puede ser considerada como algo secundario de la vida cristiana, pues eso «sería olvidar el primado de la acción del Espíritu y la iniciativa gratuita del amor de Dios»”.
–¿Es la piedad popular un escenario para la nueva evangelización?
–El secretario del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización José Octavio Ruiz Arenas afirmó en el reciente Sínodo de la Nueva Evangelización que “cuando esta religiosidad popular brota de la fe en Jesucristo y está animada por un espíritu eclesial se convierte, además, en verdadera piedad del pueblo de Dios, en un medio valioso y eficaz para transmitir el evangelio y reavivar la fe en los alejados”.
Esto se logra, explicó, “En primer lugar, iluminando las prácticas de devoción para que sus intenciones coincidan, en significado y jerarquía, con las verdades de la fe y su consecuente exigencia moral… En segundo lugar, mediante la decidida acción de los pastores quienes han de acompañar estas devociones según la verdad…En tercer lugar, favoreciendo la comprensión de la trabazón cristiana existente entre piedad popular y la naturaleza de la liturgia”.
Concluyó así: “Orientar las distintas manifestaciones de piedad del pueblo de Dios hacia la inteligencia de la fe y hacia la práctica sacramental, ha de constituir una de las tareas que, con gran solicitud, han de tener en cuenta los pastores de la Iglesia para aprovechar la piedad popular como escenario de la nueva evangelización”.
–¿Qué retos presenta hoy la piedad popular para servir en la nueva evangelización?
–Debemos creer que la Piedad Popular es, como dijo Juan Pablo II, un “verdadero tesoro del Pueblo de Dios”. Hay que dedicarla tiempo y atención pastoral. Sus fieles seguidores conforman a menudo las periferias de la fe. Hay que conocer y seguir la doctrina de la Iglesia sobre la Nueva Evangelización y la Piedad Popular. Hay que corregir, con energía y paciencia, sus posibles desviaciones. Hay que potenciar algunas prácticas como el Rosario, el Vía Crucis, el Ángelus, ciertas novenas (sobre todo la de Navidad y Pentecostés) y las Vísperas de las fiestas.
El Papa Francisco, en Evangelii gaudium, nos ofrece un reto fundamental diciendo: “En la piedad popular, por ser fruto del Evangelio inculturado, subyace una fuerza activamente evangelizadora que no podemos menospreciar: sería desconocer la obra del Espíritu Santo. Más bien estamos llamados a alentarla y fortalecerla… Las expresiones de la piedad popular tienen mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva evangelización”.
(Iglesia en Plasencia)
Fuente:: SIC