Santa Sede publica mensaje del Papa por la Jornada Mundial de las Comunicaciones
Ciudad del Vaticano (Jueves, 23-01-2014, Gaudium Press) Hoy la Santa Sede ha hecho público el mensaje del Papa Francisco con ocasión de la 48ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que tendrá lugar el 1 de junio de 2014. El mensaje del Pontífice tiene fecha de mañana 24 de enero, cuando la Iglesia celebra la memoria de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas.
Advierte el Papa que en un mundo donde todo «se hace cada vez más ‘pequeño’ «, «los medios de comunicación pueden ayudar a que nos sintamos más cercanos los unos de los otros, a que percibamos un renovado sentido de unidad de la familia humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una vida más digna para todos».
Foto: Radio Vaticano |
Es en esta realidad peculiar, de una situación donde «las redes de la comunicación humana han alcanzado niveles de desarrollo inauditos», también existen «aspectos problemáticos: la velocidad con la que se suceden las informaciones supera nuestra capacidad de reflexión y de juicio, y no permite una expresión mesurada y correcta de uno mismo. La variedad de las opiniones expresadas puede ser percibida como una riqueza, pero también es posible encerrarse en una esfera hecha de informaciones que sólo correspondan a nuestras expectativas e ideas, o incluso a determinados intereses políticos y económicos. El mundo de la comunicación puede ayudarnos a crecer o, por el contrario, a desorientarnos. El deseo de conexión digital puede terminar por aislarnos de nuestro prójimo, de las personas que tenemos al lado. Sin olvidar que quienes no acceden a estos medios de comunicación social -por tantos motivos-, corren el riesgo de quedar excluidos».
Los problemas que se pueden presentar y se presentan, entretanto «no justifican un rechazo de los medios de comunicación social; más bien nos recuerdan que la comunicación es, en definitiva, una conquista más humana que tecnológica».
Una comunicación humana y cristiana
¿Cómo es esta comunicación humana que termina siendo cristiana? «Tenemos que recuperar un cierto sentido de lentitud y de calma. Esto requiere tiempo y capacidad de guardar silencio para escuchar. Necesitamos ser pacientes si queremos entender a quien es distinto de nosotros: la persona se expresa con plenitud no cuando se ve simplemente tolerada, sino cuando percibe que es verdaderamente acogida. Si tenemos el genuino deseo de escuchar a los otros, entonces aprenderemos a mirar el mundo con ojos distintos y a apreciar la experiencia humana tal y como se manifiesta en las distintas culturas y tradiciones. Pero también sabremos apreciar mejor los grandes valores inspirados desde el cristianismo, por ejemplo, la visión del hombre como persona, el matrimonio y la familia, la distinción entre la esfera religiosa y la esfera política, los principios de solidaridad y subsidiaridad, entre otros».
Una comunicación que favorezca una cultura del encuentro, es la que promueve el Papa Francisco. ¿Y cómo es ese encuentro? Al ejemplo de la parábola del Buen Samaritano.
«El buen samaritano no sólo se acerca, sino que se hace cargo del hombre medio muerto que encuentra al borde del camino. Jesús invierte la perspectiva: no se trata de reconocer al otro como mi semejante, sino de ser capaz de hacerme semejante al otro. Comunicar significa, por tanto, tomar conciencia de que somos humanos, hijos de Dios. Me gusta definir este poder de la comunicación como «proximidad»», afirma el Papa.
Una comunicación no manipuladora
Una comunicación de tipo meramente comercial, manipuladora, sigue el ejemplo de quienes no auxiliaron al hombre agredido por los bandidos de la parábola: «Cuando la comunicación tiene como objetivo preponderante inducir al consumo o a la manipulación de las personas, nos encontramos ante una agresión violenta como la que sufrió el hombre apaleado por los bandidos y abandonado al borde del camino, como leemos en la parábola. El levita y el sacerdote no ven en él a su prójimo, sino a un extraño de quien es mejor alejarse».
Para seguir verdaderamente el ejemplo del Buen Samaritano en los trabajos comunicativos «no basta pasar por las «calles» digitales, es decir simplemente estar conectados: es necesario que la conexión vaya acompañada de un verdadero encuentro. No podemos vivir solos, encerrados en nosotros mismos. Necesitamos amar y ser amados. Necesitamos ternura. Las estrategias comunicativas no garantizan la belleza, la bondad y la verdad de la comunicación. El mundo de los medios de comunicación no puede ser ajeno de la preocupación por la humanidad, sino que está llamado a expresar también ternura. La red digital puede ser un lugar rico en humanidad: no una red de cables, sino de personas humanas».
Hoy también hay hombres ‘apaleados por bandidos’, en las redes digitales
También en las vías digitales hay muchos hombres apaleados por bandidos, «hombres y mujeres que buscan una salvación o una esperanza. Gracias también a las redes, el mensaje cristiano puede viajar «hasta los confines de la tierra» (Hch. 1,8)».
Un mensaje que debe ser dirigido también con una especial sensibilidad espiritual, sabiendo entrar en «diálogo con los hombres y las mujeres de hoy para entender sus expectativas, sus dudas, sus esperanzas, y poder ofrecerles el Evangelio, es decir Jesucristo, Dios hecho hombre, muerto y resucitado para liberarnos del pecado y de la muerte».
«Que la imagen del buen samaritano que venda las heridas del hombre apaleado, versando sobre ellas aceite y vino, nos sirva como guía. Que nuestra comunicación sea aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría. Que nuestra luminosidad no provenga de trucos o efectos especiales, sino de acercarnos, con amor y con ternura, a quien encontramos herido en el camino. No tengan miedo de hacerse ciudadanos del mundo digital», concluye el Pontifice en su mensaje.
Gaudium Press / Saúl Castiblanco
Fuente:: Gaudium Press