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Valencia (Jueves, 05-12-2013, Gaudium Press) «Cuando acogemos a Dios en nuestra vida, la vida misma se formula distinta; amando a los demás, sin condiciones, se formula en la entrega, en el servicio, en la fidelidad, en la adhesión a toda personas, en ver las necesidades que tienen los otros», con estas palabras el Arzobispo de Valencia, en España, Mons. Carlos Osoro, llamó a los fieles de su diócesis a preparar el corazón para el nacimiento del Niño Jesús.

El prelado, quien presidió este miércoles 4 de diciembre el acto de bendición del pesebre que fue instalado en la Catedral de Valencia, refiriéndose a los niños, quienes viven de manera especial el espíritu de la Navidad, señaló también: «que grande fuese la humanidad si pudiésemos ayudar a todos los niños a abrir su corazón a Dios. Porque Dios hace un corazón nuevo cuando lo acogemos».

Foto: Alberto Sáiz / Archidiócesis de Valencia.

La bendición del belén es uno de los eventos más importantes de la diócesis española durante el tiempo de preparatorio a la Navidad. Este año, el nacimiento, que mide unos 70 metros cuadrados y está situado en la capilla de San Luis Obispo, prolongándose hacia la capilla de San Vicente Mártir, incluye más de 425 figuras y está compuesto por 18 módulos de dos metros de largo cada uno.

De acuerdo con información de AVAN, agencia de la Archidiócesis de Valencia, el montaje del pesebre duró unos tres días, pero su preparación tardó más de 6 meses.

En él se representan varios pasajes bíblicos como la Anunciación de María, la carpintería de José, el edicto de Herodes, la búsqueda de posada, el nacimiento -el cual fue situado mirando hacia el altar de la Catedral de Valencia-, la caravana de los Reyes Magos y la huida de Egipto.

Las figuras, que oscilan entre los 11 y los 24 centímetros, son obra de los artesanos Daniel Alcántara y José Luis Mayo. Las imágenes más grandes son las de los camellos que alcanzan los 55 centímetros.

Además de las figurillas, el belén también cuenta con más de 400 complementos, como herramientas y vasijas, y está iluminado con bombillas y leds, que forman una luz tenue para recrear el atardecer.

El pesebre podrá ser visitado hasta el 6 de enero de lunes a sábado desde las 10:00 hasta las 14:00 horas, y desde las 16:00 hasta las 20:00.

Con información de AVAN.

Ciudad del Vaticano (Jueves, 05-12-2013, Gaudium Press) Resurrección. Este fue el tema abordado por el Papa Francisco, durante su catequesis en la Audiencia General de este miércoles 04.

Los millares de fieles que llenaron la Plaza San Pedro oyeron al Santo Padre decir que, en el Evangelio, el hecho de Nuestro Señor Jesucristo haber resucitado nos prueba que existe la Resurrección de los muertos.

Según el Papa, en el Antiguo Testamento, la esperanza en la Resurrección comprende un acto de Fe en la justicia de Dios. Ya el Nuevo Testamento, nos muestra que Jesús resucitó en el último día y se hizo hombre como nosotros en todo, menos en el pecado.

«Somos discípulos de aquel que vino, viene a cada día y vendrá al final. Si conseguimos tener esta realidad más presente, seremos menos fatigados en lo cotidiano, menos prisioneros de lo efímero y más dispuestos a caminar con corazón misericordioso por el camino de la salvación», observó.

Al explicar sobre el significado de la Resurrección, el Pontífice dijo que «nuestro cuerpo se unirá al alma gracias a la Resurrección de Jesús», pues «esta transfiguración es preparada cuando nos encontramos con Cristo en los Sacramentos, especialmente en la Eucaristía».

«Nutriéndonos de su Cuerpo y de su Sangre, resucitaremos como Él, con Él y por medio de Él», agregó.

Para el Santo Padre, «así como Jesús resucitó con su cuerpo y no retornó a la vida terrena, nosotros resurgiremos con nuestros cuerpos, que serán transformados en cuerpos gloriosos y espirituales».

Recordando a los fieles que ya participamos de la Resurrección de Cristo a través del Bautismo, el Papa afirmó que «ya tenemos en nuestro cuerpo una semilla de la Resurrección», y por eso, «debemos respetarlo, así como debe ser respetada y amada la vida de las personas que sufren, para que sientan la proximidad del Reino de Dios, de la condición eterna de vida para la cual caminamos». (LMI)