IV GRAN GALA DE LA ZARZUELAEl próximo sábado 25 de enero, a las 20:30 horas, tendrá lugar, en el Teatro Quijano de Ciudad Real, la IV Gran Antología de la Zarzuela, bajo la dirección de Francisco Antonio Moya y en apoyo a los misioneros de Ciudad Real

Esta IV Antología de la Zarzuela está organizada por la Orquesta Filarmónica de La Mancha, con la colaboración del Ayuntamiento de Ciudad Real. En el concierto, participará el Coro Mansil Nahar de Manzanares, la Coral Polifónica de Ciudad Real y la Coral Sierra Alta de Villarrubia de los Ojos, siempre bajo la dirección de Francisco Antonio Moya Rubio. 

Las entradas para asistir al concierto puedes adquirirse en CCM Activa a través de internet, solicitándolo en el número de teléfono 902 405 902 o directamente en el Teatro Quijano, en el horario habitual para la venta de entradas del recinto.

Fuente:: SIC

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/21/gran-antologia-de-la-zarzuela-un-concierto-solidario-con-los-misioneros-de-ciudad-real/

Ladrones de humanidadMons. Jesús Sanz     Acaba de ser estrenada en las pantallas españolas una película llena de mensaje: La ladrona de libros. Está basada en la novela homónima de Markus Zusak (2005) y reconstruye las pequeñas historias anónimas dentro de la gran historia conocida. En medio de una guerra cruel, se desliza un relato de humanidad verdadera. Tiene como trasfondo la barbarie nazi de la II Guerra mundial. Las pinceladas gruesas del sinsentido totalitario están suficientemente sugeridas por el ataque a la dignidad de la persona, a su misma existencia puesta en tela de juicio, en virtud de la ideología que un loco enloquecedor pudo llevar a cabo con el incomprensible aplauso y adhesión de casi todo un pueblo cegato.

Quedan también indicados algunos rasgos menores que igualmente describen aquella tremenda tragedia que se llevó por delante a tantas personas en nombre de la nada más vacía. Allí aparece el miedo, la violencia, la mentira, la demagogia, la envidia, la conspiración, la huida. Pero en medio de toda esta descripción terrible a la que nunca nos acostumbramos ni ante la que nos resignaremos, aparece esa historia pequeña que como un inmenso contrapunto es capaz de ganar la batalla contra toda esperanza, porque el amor es más fuerte que la muerte, como dice con belleza provocativa el libro del Cantar de los cantares.

Hay tres historias de amor sencillo, lleno de verdad y ternura, de esa ternura que salvará el mundo, como decía el gran escritor y teólogo ruso Pavel Evdokimov. En primer lugar está el amor de una familia, que dentro de su extrema precariedad hacen sitio en su pobre hogar para que pueda venir a vivir con ellos una niña. La ternura de quienes tuvieron que hacer de papá y mamá prestados, aún dentro de sus matices temperamentales diversos, es una flor que de pronto pinta de color aquel desierto oscurecido por un grisáceo cenagal. Es también el amor de dos niños, Liesel y Rudi, que en su pureza sin ambigüedad, son capaces de acompañarse con sus sueños y juegos infantiles por encima de las pesadillas trágicas de los adultos. Es en fin, el amor de la niña protagonista, Liesel, a las letras, las palabras, los libros que rescata o toma prestados, con lo que día a día ella va escribiendo su propia biografía en el libro de la vida inacabada. Es una constante en la historia de los humanos, que los amigos de las barbaries, de la violencia, son también enemigos de la vida y de la verdadera cultura. Ejemplos tenemos bien cercanos.

Pero hay una escena particularmente significativa que me conmovió y que viene a ser una clave del encanto de esta película. Están deteniendo los soldados nazis a un pobre hombre judío. Era del pueblo, vivía en aquella calle del Cielo (Himmelstrasse), había nacido allí y todos le conocían y apreciaban. Pero por el hecho de ser judío quedó manchada su condición alemana, y los bárbaros decidieron eliminarlo. Es entonces cuando entra en acción el papá de Liesel para salir en su defensa como un sencillo conciudadano. La brutal agresión que él sufre por este gesto le tira por los suelos, le golpea la cabeza. ¿Por qué lo han hecho? Y esta es la respuesta que se da: porque les ha recordado su humanidad.

Es tremenda la escena por su calidad humana y por su violencia a la vez: recordar la belleza, la bondad, la verdad para las que hemos nacido, puede ser revolucionario. Y así lo sufren tantas personas censuradas, perseguidas y eliminadas, así lo sufren los cristianos. Recordar la humanidad de la que estamos hechos es un modo de testimoniar al Creador que nos hizo sin renunciar al destino que Él nos ha dado.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm

Arzobispo de Oviedo

Fuente:: Mons. Jesús Sanz

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/21/ladrones-de-humanidad/

Ladrones de humanidadMons. Jesús Sanz     Acaba de ser estrenada en las pantallas españolas una película llena de mensaje: La ladrona de libros. Está basada en la novela homónima de Markus Zusak (2005) y reconstruye las pequeñas historias anónimas dentro de la gran historia conocida. En medio de una guerra cruel, se desliza un relato de humanidad verdadera. Tiene como trasfondo la barbarie nazi de la II Guerra mundial. Las pinceladas gruesas del sinsentido totalitario están suficientemente sugeridas por el ataque a la dignidad de la persona, a su misma existencia puesta en tela de juicio, en virtud de la ideología que un loco enloquecedor pudo llevar a cabo con el incomprensible aplauso y adhesión de casi todo un pueblo cegato.

Quedan también indicados algunos rasgos menores que igualmente describen aquella tremenda tragedia que se llevó por delante a tantas personas en nombre de la nada más vacía. Allí aparece el miedo, la violencia, la mentira, la demagogia, la envidia, la conspiración, la huida. Pero en medio de toda esta descripción terrible a la que nunca nos acostumbramos ni ante la que nos resignaremos, aparece esa historia pequeña que como un inmenso contrapunto es capaz de ganar la batalla contra toda esperanza, porque el amor es más fuerte que la muerte, como dice con belleza provocativa el libro del Cantar de los cantares.

Hay tres historias de amor sencillo, lleno de verdad y ternura, de esa ternura que salvará el mundo, como decía el gran escritor y teólogo ruso Pavel Evdokimov. En primer lugar está el amor de una familia, que dentro de su extrema precariedad hacen sitio en su pobre hogar para que pueda venir a vivir con ellos una niña. La ternura de quienes tuvieron que hacer de papá y mamá prestados, aún dentro de sus matices temperamentales diversos, es una flor que de pronto pinta de color aquel desierto oscurecido por un grisáceo cenagal. Es también el amor de dos niños, Liesel y Rudi, que en su pureza sin ambigüedad, son capaces de acompañarse con sus sueños y juegos infantiles por encima de las pesadillas trágicas de los adultos. Es en fin, el amor de la niña protagonista, Liesel, a las letras, las palabras, los libros que rescata o toma prestados, con lo que día a día ella va escribiendo su propia biografía en el libro de la vida inacabada. Es una constante en la historia de los humanos, que los amigos de las barbaries, de la violencia, son también enemigos de la vida y de la verdadera cultura. Ejemplos tenemos bien cercanos.

Pero hay una escena particularmente significativa que me conmovió y que viene a ser una clave del encanto de esta película. Están deteniendo los soldados nazis a un pobre hombre judío. Era del pueblo, vivía en aquella calle del Cielo (Himmelstrasse), había nacido allí y todos le conocían y apreciaban. Pero por el hecho de ser judío quedó manchada su condición alemana, y los bárbaros decidieron eliminarlo. Es entonces cuando entra en acción el papá de Liesel para salir en su defensa como un sencillo conciudadano. La brutal agresión que él sufre por este gesto le tira por los suelos, le golpea la cabeza. ¿Por qué lo han hecho? Y esta es la respuesta que se da: porque les ha recordado su humanidad.

Es tremenda la escena por su calidad humana y por su violencia a la vez: recordar la belleza, la bondad, la verdad para las que hemos nacido, puede ser revolucionario. Y así lo sufren tantas personas censuradas, perseguidas y eliminadas, así lo sufren los cristianos. Recordar la humanidad de la que estamos hechos es un modo de testimoniar al Creador que nos hizo sin renunciar al destino que Él nos ha dado.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm

Arzobispo de Oviedo

Fuente:: Mons. Jesús Sanz

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/21/ladrones-de-humanidad/

373377_175709644041_1112772120_n-e1325068884465La Comisión Permanente del Secretariado Nacional del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC) de España se reunió en su sede de Madrid el pasado día 18 de enero de 2014.

Durante el evento, presidido por D. Álvaro Martínez Moreno, Presidente Nacional del MCC, con la presencia de Mons. Ángel Rubio Castro, Obispo de Segovia y Consiliario Nacional, así como con varios representantes del Movimiento, se trataron diferentes temas sobre el funcionamiento y desarrollo de éste en las diferentes diócesis españolas, los proyectos en marcha para llevar el Primer Anuncio del Evangelio dentro del marco de la Nueva Evangelización de la Iglesia, así como  la preparación del próximo encuentro a nivel nacional de Responsables de Jóvenes del MCC que se celebrará en Madrid los próximos días 7, 8 y 9 de febrero.

La reunión finalizó con la celebración de la Eucaristía. El Movimiento de Cursillos de Cristiandad es un Movimiento eclesial de difusión mundial que actúa en el interior de la Iglesia Católica, sintiéndose llamado a participar activamente en la gran misión de la evangelización. Su finalidad  apostólica consiste en llevar la fe cristiana a los diferentes ambientes de la vida, mediante una específica “metodología kerigmática” que consta de tres tiempos: Precursillo, Cursillo y Postcursillo. Los temas y los contenidos se basan en los preceptosfundamentales del Credo de nuestra fe católica: Jesucristo, la gracia, los sacramentos, la iglesia,el apostolado, la profundización en las verdades de fe y las experiencias y vivencias de fe.

(MCC España)

Fuente:: SIC

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/21/reunion-de-la-comision-permanente-del-secretariado-nacional-de-cursillos-de-cristiandad/

Cordero de DiosMons. Demetrio Fernández    La presentación de Jesús por parte de Juan el Bautista es ésta: “Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Jn 1,29). Estamos acostumbrados a oírla, pero vale la pena detenerse a profundizar en su significado.

En la relación con Dios existe por parte del hombre el deseo de unión con Dios, y en ese contexto se sitúan los sacrificios. Es decir, presentarle a Dios de lo nuestro para que él lo bendiga y podamos así participar de sus bienes. Es muy frecuente en la historia de las religiones presentar a Dios un cordero, como fruto escogido del propio rebaño, y ofrecerlo en sacrificio, o destruyendo la víctima en honor de Dios, o santificándola para comerla en su nombre u ofreciéndola como reparación por los propios pecados.

En la religión judía el cordero ocupa un lugar especial, porque la fiesta principal judía consiste en comer un cordero, celebrando la pascua, la liberación por parte de Dios del pueblo elegido, y al mismo tiempo ese cordero es punto de encuentro de todos los comensales en la comunión fraterna. Más tarde los musulmanes tomarán también un cordero para su fiesta principal, la del sacrificio de Abrahám que estuvo dispuesto a ofrecer a su hijo Isaac, sustituido por un cordero.

El cordero forma parte del mundo de los sacrificios, es símbolo de perdón, de comunión, de ofrenda sacrificial de lo nuestro a Dios. Cuando Juan el Bautista presenta a Jesús como el “Cordero de Dios” está presentando la mejor ofrenda que en su día podremos hacer a Dios, el rescate por nuestros pecados y delitos, la comunión de vida con Dios que se acerca hasta nosotros.

Jesús es presentado desde el principio como el que viene a quitar el pecado del mundo. La separación más profunda del hombre con respecto a Dios se introdujo en el paraíso, cuando Adán y Eva pecaron desobedeciendo a Dios y sus mandatos. Rompieron con Dios y prefirieron seguir su propio camino, que conduce a la perdición. Todos nacemos en pecado, y además pecamos personalmente. Es decir, hemos roto con Dios tantas veces. ¿Y nadie podrá resolver esa ruptura, que nos lleva a la ruina?

Jesucristo es presentado como el que viene a curar esa fractura. El es el Hijo de Dios, que se ha hecho hombre como nosotros. Ya en su persona se da esta unión admirable de Dios y el hombre. Y su tarea, su misión redentora será la de traernos a Dios como Padre misericordioso, y presentarnos ante su Padre como hijos, haciéndonos hermanos suyos. En Cristo confluye ese deseo de Dios, que busca al hombre para hacerle partícipe de sus dones, de su vida, de su felicidad. Y en Cristo nos encontramos representados ante el Padre, pagando él por nosotros la deuda inmensa de nuestros pecados, con que hemos ofendido a Dios.

“Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. La ruptura del pecado no se arreglará con palabras, sino con la ofrenda de este Cordero, que pone su vida en rescate por la multitud. La salvación del mundo, de todos los hombres, alcanza su culmen dramático en la pasión redentora de Jesús, que ofreciendo su vida humana en la cruz, nos alcanza vida eterna de hijos a todos nosotros. Pero Jesús ya comienza su vida con esta conciencia. Se pone en la fila de los pecadores para participar de su suerte, como inocente, y para hacerles partícipes de su condición de Hijo, dándoles su Espíritu Santo.

La curación del pecado lleva consigo sangre, dolor, muerte, para deshacer lo mal hecho y para restaurar lo que ha quedado roto. La muerte y todo lo que le rodea ha sido asumido por el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. De esta manera, lo que era nuestra ruina se ha convertido en nuestro remedio medicinal, gracias a este Cordero de Dios envuelto en Espíritu Santo.

Ya los primeros pasos de Jesús en su vida pública señalan el programa: ha venido a buscar a los pecadores, y por ellos dará la vida en la cruz. Este es el Cordero que Dios nos da, es el Cordero que por su sacrificio nos restablece la unión con Dios, es el Cordero que paga con su sangre todos nuestros delitos, es el Cordero que comemos en la comunión y nos hace hermanos. “Yo lo he visto”, nos dice el apóstol Juan. La experiencia directa de este encuentro es el mejor aval para dar testimonio, y en esto consiste la evangelización.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández,

Obispo de Córdoba

Fuente:: Mons. Demetrio Fernández

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/21/cordero-de-dios/

Mons. MurguiMons. Jesús Murgui    Ser sensibles y responder ante las situaciones de pobreza y fragilidad que se viven en el mundo, reconociendo en ellas al Cristo sufriente, es una llamada profunda y continuada que nos viene desde el Evangelio y que nos recuerda de formas diversas el Santo Padre Francisco en su reciente Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, “La Alegría del Evangelio”.

“Manos Unidas” en su Campaña Contra el Hambre de este año 2014, nos ofrece una magnífica oportunidad de ayudar ante estas situaciones, con un lema sumamente sugerente y oportuno: “Un mundo nuevo, proyecto común”. Una invitación clara a trabajar unidos por un mundo nuevo, como proyecto integrador, construido desde el amor.

Lo dramático en estos tiempos, no sólo es la persistencia de viejas y nuevas pobrezas en el mundo que vivimos, sino que ante tantas situaciones que “claman al cielo” vivimos en una fortísima dinámica de fragmentación social y de contraposición, de guerras, más o menos encubiertas, donde prima el más feroz individualismo, la
lucha pura y dura por los intereses o las ideas (que a veces son sólo revestimiento de intereses) de cada uno o de cada colectivo, con escasa capacidad de integrar, de sumar, de unir.

Si importante es la meta necesaria: erradicar pobrezas, remediar injusticias y fragilidades. No es menos importante el camino, la unión de personas con sensibilidades distintas, la suma de esfuerzos, la forja de una civilización basada en el amor.

El lema de este año: “Un mundo nuevo, proyecto común” está profundamente presente desde el inicio en un Movimiento con hermoso nombre, “Manos Unidas”, que indica el camino y que tiene como fin ser Campaña contra el Hambre, contra la pobreza y la fragilidad de tantos seres humanos, hermanos nuestros.

Quiero dar las gracias a todos aquellos que en nuestra Iglesia diocesana de Orihuela-Alicante entregan sus personas a tan hermoso fin y hacen posible la presencia y tarea de “Manos Unidas” en nuestra tierra, en las parroquias de nuestros pueblos y ciudades.

Les animo a trabajar con ilusión y renovada creatividad y empeño, especialmente en unas circunstancias de crisis económica y de crisis de humanidad en esta sociedad, que pueden crear la tendencia fatal de encerrarnos en nuestras necesidades dejando a su suerte a quienes por no tener, no tienen ni crisis.

Pido a todos los miembros de nuestra diócesis y a las personas de buena voluntad, que no sólo ayudemos con generosidad en la Campaña de este año, sino que ésta sirva también para sensibilizarnos en una tarea cotidiana de erradicar pobrezas, de ayudar fragilidades, y de crear para ello, día a día, entre nosotros un Mundo Nuevo,
hecho de unión, de respeto, de educación en la complementariedad, de destierro de odios, fracturas sociales y enfrentadas divisiones, haciendo realidad en una civilización del amor las palabras de Isaías: “De las espadas forjarán arados” (Is 2,4). Unamos nuestras manos por una civilización nueva.

+Jesús Murgui

Obispo de Orihuela-Alicante

Fuente:: Mons. Jesús Murgui Soriano

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/21/un-mundo-nuevo-proyecto-comun/

Mons. Carlos EscribanoMons. Carlos Escribano     El Plan diocesano de Pastoral pretende dinamizar la acción evangelizadora de la comunidad diocesana. Estamos desarrollando los dos objetivos planteados para este curso, la pastoral juvenil y la pastoral en los pueblos pequeños, sin dejar de atender a las propuestas que surgieron el año pasado en el que trabajamos cuestiones referentes al primer anuncio del evangelio dentro de la nueva evangelización.

El Papa Francisco nos habla de la pastoral juvenil en la Evangelii Gadium: “La pastoral juvenil, tal como estábamos acostumbrados a desarrollarla, ha sufrido el embate de los cambios sociales. Los jóvenes, en las estructuras habituales, no suelen encontrar respuestas a sus inquietudes, necesidades, problemáticas y heridas. A los adultos nos cuesta escucharlos con paciencia, comprender sus inquietudes o sus reclamos, y aprender a hablarles en el lenguaje que ellos comprenden. Por esa misma razón, las propuestas educativas no producen los frutos esperados” (EvG 105). Todos somos conscientes de esta realidad que describe el Papa. Anunciar el evangelio hoy a los jóvenes se nos hace harto complicado. Y esto ocurre en el seno de las familias, en los colegios de inspiración cristiana, en las catequesis parroquiales o en los grupos que intentar acompañarles después de culminar la iniciación cristiana.

Asumir este reto nos descubre la necesidad de seguir formándonos para poder afrontarlo. La formación nos mueve a desinstalarnos de lo ya sabido, a buscar nuevos caminos con audacia y esperanza y a vencer la inercia del desánimo. La formación es uno de los grandes retos pendientes a la hora de afrontar la nueva evangelización. En este contexto, el Instituto diocesano de Estudios Teológicos San Joaquín Royo, ha organizado la tradicional semana de formación teológica en la doble propuesta para sacerdotes y para seglares. Para los primeros será los días 28 y 29 de Enero y para los seglares del 27 al 30 del mismo mes. El tema: “Como trasmitir la fe a los jóvenes hoy”. Nos acompañarán especialistas en pastoral juvenil de las diócesis de Zaragoza y de Valencia.

El Papa nos recuerda que todos somos responsables de la evangelización de los jóvenes de nuestras diócesis: “Aunque no siempre es fácil abordar a los jóvenes, se creció en dos aspectos: la conciencia de que toda la comunidad los evangeliza y educa, y la urgencia de que ellos tengan un protagonismo mayor” (EvG 106). Somos responsables, incluso aunque en nuestras parroquias no tengamos muchos o ninguno. No es labor de unos pocos, es de todos, y a ella deberemos responder de manera diversa de acuerdo con nuestras circunstancias pastorales.  Francisco hace una segunda indicación que también es válida para todos: hay que dar a los jóvenes un protagonismo mayor. Ellos son los mejores evangelizadores de los otros jóvenes.   “¡Qué bueno es que los jóvenes sean «callejeros de la fe», felices de llevar a Jesucristo a cada esquina, a cada plaza, a cada rincón de la tierra!” (EvG 106).

Os animo a aprovechar estas jornadas de formación para buscar nuevos caminos de evangelización de nuestros jóvenes. Y pidamos al Señor por ellos y sus familias para que entre todos les sepamos presentar el rostro amoroso de Dios y ellos, a su vez,  lo trasmitan a los demás jóvenes.

+ Carlos Escribano Subías,
Obispo de Teruel y de Albarracín

Fuente:: Mons. Carlos Escribano Subías

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/21/curso-de-formacion-para-sacerdotes-y-seglares-como-transmitir-la-fe-a-los-jovenes-hoy/

Mons. Jaume PujolMons. Jaume Pujol      Hace años, cuando viajábamos por algunas capitales europeas o americanas, nos llamaba la atención la variación de razas que se veían por las calles. Hoy la emigración es un fenómeno normal. Se habla de extranjeros, para entendernos, pero en cambio se ha desterrado prácticamente la palabra “forasteros”. Creo que en un mundo global nadie puede ser considerado “de fuera”, y esto es positivo.

A pesar de todo, sigue habiendo discriminaciones no sólo por razón de raza, sino también de pobreza, de género y de otras clases. Basta considerar que el número de personas emigrantes y refugiadas ha aumentado en los últimos años, consecuencia de las hambrunas y de las guerras.

El papa Francisco pone de relieve esta realidad en su Mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado que celebramos este domingo.

Es una realidad con dos caras: por una parte, el tráfico de personas, la explotación, el dolor y la muerte; por otra, la solidaridad, la comprensión, la acogida, la fraternidad. Estos últimos son valores cristianos, de quienes ven en el rostro de cada persona el rostro de Cristo.

Europa es un continente que durante siglos no fue ajeno a la explotación de recursos del Tercer Mundo; su tráfico de esclavos se inscribe en las horas más negras de su historia. A la vez es hoy, pese a la situación de crisis, el paraíso en el que sueñan muchas personas, africanos, asiáticos y latinoamericanos.

La “cultura del encuentro” de que habla el Papa, debe luchar contra la “cultura del rechazo” que con frecuencia se instala también en nuestras sociedades. Hay grupos, por fortuna pequeños, de extrema derecha o de otras ideologías xenófobas, que ven al emigrante o refugiado como alguien que viene a disputarnos el pan que necesitamos.

En un mundo cada vez más sin fronteras, perduran las fronteras mentales. Para cambiar esta percepción, el lema de la Jornada es: “Emigrantes y refugiados, hacia un mundo mejor”.  La experiencia de muchos países muestra que la emigración es al fin una riqueza en todos los sentidos.

Pero no podemos valorar el fenómeno migratorio con parámetros de riqueza material y beneficio, sino de acogida fraternal al otro. El necesitado no es un problema, es un hermano, y hemos de acogerlo en el amor con que amamos a Jesucristo, quien resumió los mandamientos en el doble mandato del amor.

+ Jaume Pujol Bacells

Arzobispo de Tarragona y primado

Fuente:: Mons. Jaume Pujol

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/21/no-es-un-problema-es-un-hermano/

Mons Ángel RubioMons. Ángel Rubio       Es una realidad en España que ha pasado, en solo treinta años, de ser un país de emigrantes a convertirse en un destino a alcanzar por miles de personas inmigrantes que buscan condiciones dignas de vida. Este domingo día 19 de enero se celebra la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado con el lema: “Con los emigrantes y refugiados: hacia un mundo mejor”.

En nuestra diócesis ha crecido notablemente el campo de la inmigración y hemos tomado conciencia de ello. Así Cáritas, tanto diocesana como parroquiales, las Religiosas de María Inmaculada, las Asociaciones Vicencianas, y otras instituciones eclesiales asisten a este grupo numeroso de inmigrantes de múltiples maneras: atención primaria, tramitación de documentación, bolsas de empleo, clases de español, etc. En este sentido, existe una buena coordinación con otros organismos sensibles a esta realidad, como son Cruz Roja, Servicios Sociales de los Ayuntamientos, Diputación, Comisaría, Subdelegación del Gobierno, etc.

Cáritas intenta preparar, a través de diversos cursos y talleres, a las personas con las que se lleva a cabo un seguimiento personal para que puedan conseguir un trabajo digno. Así mismo, no podemos olvidar, que los inmigrantes son personas que también tienen necesidades espirituales, por ello en la acogida cristiana se ha de contemplar la integración en nuestras parroquias y comunidades de aquellos inmigrantes cristianos que son de nacionalidades y culturas distintas. Esta integración  eclesial contribuye a favorecer la creación de una sociedad justa, pacífica y fraterna. Entre los inmigrantes una categoría que se ha de tener muy en cuenta son los estudiantes de otros países, que por motivos de estudio se encuentran lejos de su casa.

La solución verdadera al problema de la inmigración es procurar que en su patria haya suficientes puestos de trabajo y un entramado social apto de modo que nadie necesite emigrar. Por tanto, todos deberíamos trabajar para lograr este objetivo y  promover un desarrollo social que permita ofrecer a estas personas un futuro en su tierra de origen.

Es muy importante también ayudar a las familias para que se sientan protegidas y que no queden destruidas. Se debe hacer todo lo que se pueda. Después naturalmente hay que trabajar todo lo posible contra la precariedad laboral y contra la violencia y ayudar para que puedan llevar una vida digna.

Actualmente los poderes públicos se encuentran en este tema con serios problemas; para evitar tensiones y conflictos graves han de ordenar y hacer una legislación justa y sobre todo humana. Los ciudadanos han de acoger a los inmigrantes con respeto. La humanidad de un hombre  o una mujer se prueba precisamente en el respeto y consideración al extraño. No se pueden tener recelos ni odio a los inmigrantes, no se les puede explotar con mano de obra barata en trabajos que nadie quiere. Los cristianos, las comunidades cristiana, las diócesis no podemos permanecer ajenos y como espectadores más o menos inquietos ante este asunto capital. Es necesario interesarnos por él y trabajar. No podemos desentendernos del hecho lacerante de que haya gente todavía que se muere de hambre, que esté condenada al analfabetismo, que carece de la asistencia médica más elemental o que no tiene techo donde cobijarse. Esa es la raíz de las migraciones.

Los cristianos deben haber aprendido de Jesús en su parábolas del Buen samaritano que el prójimo  a quien debemos amor es el extraño a quién nos acercamos en su necesidad.

+ Ángel Rubio Castro

Obispo de Segovia

Fuente:: Mons. Ángel Rubio Castro

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/21/atender-a-los-inmigrantes/

eusebiohernandezobtarazonaMons. Eusebio Hernández    Queridos hermanos y amigos: Hoy quiero reflexionar con vosotros sobre dos temas que coinciden en estos primeros días del año. Por una parte, en este domingo, celebramos la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado y, por otra parte, del 18 al 25 de enero celebramos el Octavario o Semana de oración por la unidad de los cristianos.

Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado

Todos recordamos la visita del papa Francisco, el 8 de julio de 2013, a la pequeña isla de Lampedusa, en el sur de Sicilia, célebre por el desembarco continuo de emigrantes y que tantas veces es noticia ya que en las dos últimas décadas más de 25.000 personas han perdido sus vidas en el intento desesperado de salir de la pobreza o de la persecución de sus países de origen. Las costas del sur de España también nos recuerdan tantas veces esta realidad que conmueve nuestro corazón.

Como nos dice el mensaje de la Comisión Episcopal de Migraciones para este día: A los inmigrantes les abrimos las puertas cuando los necesitamos y se las cerramos cuando su presencia choca con nuestros intereses. El papa Francisco en su homilía en Lampedusa decía: Hoy nadie en el mundo se siente responsable de esto; hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna; hemos caído en la actitud hipócrita del sacerdote y del servidor del altar, de los que hablaba Jesús en la parábola del Buen Samaritano: vemos al hermano medio muerto al borde del camino, quizás pensamos “pobrecito”, y seguimos nuestro camino, no nos compete; y con eso nos quedamos tranquilos, nos sentimos en paz.

Por ello en este día debemos todos hacer, como nos decía el Papa en aquella ocasión, un acto de penitencia: Pedimos perdón por la indiferencia hacia tantos hermanos y hermanas, te pedimos, Padre, perdón por quien se ha acomodado y se ha cerrado en su propio bienestar que anestesia el corazón, te pedimos perdón por aquellos que con sus decisiones a nivel mundial han creado situaciones que llevan a estos dramas. ¡Perdón, Señor!

Semana de oración por la unidad de los cristianos

Durante estos días estamos también celebrando la Semana de oración por la unidad de los cristianos. Es el deseo del Señor que quiere que todos los cristianos “seamos uno”. Con ocasión de este octavario podemos dar un paso en ese identificarnos con los mismos sentimientos de Jesús. Como nos decía el beato Juan Pablo II en estos días concretamos con nuestra oración el deseo de la unidad de la Iglesia y de todos los cristianos (Encíclica Ut unum sint, nn. 1 a 4)

En estos días pedimos al Señor que acelere los tiempos de la ansiada unión de todos los cristianos. Con palabras del papa Francisco pidamos a Dios: ayúdanos a ser miembros del Cuerpo de la Iglesia siempre profundamente unidos a Cristo; ayúdanos a no hacer sufrir el Cuerpo de la Iglesia con nuestros conflictos, nuestras divisiones, nuestros egoísmos; ayúdanos a ser miembros vivos vinculados entre sí por una sola fuerza, la del amor, que el Espíritu Santo derrama en nuestros corazones.

Con todo afecto os saludo y os bendigo.

+ Eusebio Hernández Sola, OAR

Obispo de Tarazona

Fuente:: Mons. Eusebio Hernández Sola

Leer mas http://www.agenciasic.com/2014/01/21/jornadas-de-migracion-y-semana-de-oracion-por-los-cristianos/