Belo Horizonte (Lunes, 07-10-2013, Gaudium Press) «La Fe cristiana es un precioso don de Dios, que ilumina caminos y da el profundo sentido a la vida. Fuente de fuerza y coraje, es un don tan precioso que no puede ser egoístamente guardado. Jesús nos confió la tarea de compartirlo cuando dijo ‘id, pues, a hacer discípulos entre todas las naciones'», afirmó Mons. Walmor Oliveira de Azevedo, Arzobispo de Belo Horizonte, Brasil.
En mensaje destinado a todos los participantes en misión durante el «Mes de las Misiones», celebrado por la Iglesia en Brasil, Mons. Walmor expresa que la orden de anunciar el Evangelio es dada por Dios para nosotros como una «misión que debe ser asumida corajudamente por todos».
En el mes de octubre, considerado el mes de las misiones, según el prelado, la Iglesia es convocada a renovar su compromiso con la vivencia de la misión, «anunciando a Cristo con entusiasmo y alegría, principalmente a los que todavía no comparten la alegría de creer».
Mons. Walmor también recuerda el mensaje del Papa Francisco para el Día Mundial de las Misiones, el próximo 20 de octubre. El Arzobispo resalta que el Pontífice nos recuerda «que esta fecha será vivida en un momento próximo a la conclusión del Año de la Fe, oportunidad para renovar nuestra amistad con el Señor y nuestro camino como la Iglesia que anuncia con coraje el Evangelio».
Él resalta que «el Papa Francisco además conmemora el cincuentenario del Concilio del Vaticano II, celebrados en este año. El Concilio enfatiza el deber de cada bautizado y de todas las comunidades cristianas de ampliar los confines de la Fe».
«Recordamos también que la Iglesia en Brasil, recientemente, vivió momentos especiales protagonizados por los jóvenes. La Campaña de la Fraternidad, la Semana Misionera y la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Todos esos acontecimientos deben inspirar y fortalecer el compromiso de cada uno con el anuncio del Evangelio».
Sobre el compromiso, conforme es enseñado por el Papa Francisco, de predicar el Evangelio, Mons. Walmor explica que «es deber que brota del propio ser discípulo de Cristo. Una tarea constante que anima toda la vida de la Iglesia», pues el Santo Padre, «en su mensaje, alerta también que la solidez de nuestra Fe, en el ámbito personal y comunitario, se mide asimismo por la capacidad de comunicarnos a otros, de esparcir, de vivir en la caridad, de testimoniar a cuantos nos encuentran y comparten con nosotros el camino de la vida.
La alerta del Papa a los cristianos también es citada por el prelado: «Al conservar apenas para sí la alegría de Cristo, el cristiano se aísla y se torna maltratado».
Retornando al Día Mundial de las Misiones, el Arzobispo de Belo Horizonte señala que, «al mismo tiempo que rejuvenecemos el compromiso de testimoniar la Fe, pido que cada uno dedique oraciones a los que corajudamente entregan sus vidas al ejercicio de la Misión anunciando el Evangelio de la Vida».
«Sacerdotes, religiosos y religiosas, evangelizadores, diáconos, ministros, hermanos y hermanas laicos y laicas que muchas veces, dejan sus familias, recorren caminos desconocidos para amparar a aquellos que aún no vivieron un encuentro personal con Cristo», completa.
Al final, Mons. Walmor pide para que cada cristiano, en la vivencia de la misión, dentro del contexto familiar, en el trabajo, en la escuela y en los diversos ambientes, «ejerza la fundamental tarea de compartir el don de la Fe».
«Que Nuestra Señora de la Piedad, Madre Patrona de Minas [estado brasileño cuya capital es Belo Horizonte], discípula ejemplar, nos inspire a todos en esta tarea de compartir la alegría de creer. Que nuestra Iglesia sea permanentemente misionera, de casa en casa, yendo al encuentro de los otros. Solidaria, comprometida y fraterna», concluyó. (LMI)
Con informaciones de la Arquidiócesis de Belo Horizonte.
