Mons. Jaume PujolMons. Jaume Pujol     El Nuevo Testamento, poniendo de relieve la lejanía de la que procedían los Reyes Magos que acudieron a adorar al Niño, da a entender que la Epifanía es, ante todo revelación de Jesucristo a todos los pueblos. Ya no hay fronteras de la Tierra Prometida, ni de familias o clanes, ni el Hijo de David ha nacido para continuar la estirpe, ni para fortalecer la tribu de Judá o el territorio de Israel. Dios se encarnó para salir al encuentro de la humanidad entera.

Benedicto XVI, releyendo los textos del concilio Vaticano II, señaló que en nuestro mundo moderno y globalizado, los nuevos Magos podrían ser los políticos, los científicos y los líderes religiosos.

Los políticos, ya que a los gobernantes toca en primer lugar promover la paz y el orden social entre los hombres, sin olvidar que Dios es el padre de todos; los científicos, hombres del pensamiento y la ciencia, porque deben buscar sin cansancio la verdad, y Cristo es la Verdad suprema; y finalmente los líderes de las distintas religiones, en cada una de las cuales se encuentran estas semillas de verdad esparcidas en el mundo que Dios creó.

Y bien, podemos pensar ¿qué hay de nosotros, los que no tenemos capacidad de gobierno, ni destacamos por la ciencia ni somos líderes de nada?

Podemos encontrar a Cristo en su manifestación -Epifanía- incluso antes que aquellos personajes, del mismo modo que los pastores que cuidaban sus rebaños en Belén llegaron antes que los Magos a adorar al Niño.

Hemos comenzado un año nuevo. Cualquiera que sea nuestra posición en la sociedad, trabajadores, intelectuales, amas de casa, jóvenes, ancianos, padres de familia, profesionales, parados…Estamos llamados a seguir la estrella que nos conducirá al Mesías. No adoremos a otros dioses: al dios-placer, al dios-egoísmo, al dios-dinero, al dios-éxito. Ninguno es el Dios verdadero.

A él lo encontraremos siguiendo la estrella a través de la oración, de la caridad con todos, de las alegrías sanas, de la solidaridad con los más necesitados. Es en nuestro corazón donde podemos hallar a Dios, conversar con él y descansar de nuestras preocupaciones. Y esto podemos vivirlo en nuestras casas o en el lugar de trabajo o en plena calle, aunque también, y es mi recomendación, acercándonos a esta luz titubeante que acompaña en una lamparita a los sagrarios de nuestras iglesias y que, como la estrella de los Magos, se ha detenido allí señalando la presencia de Jesucristo.

+ Jaume Pujol Bacells

Arzobispo de Tarragona y primado

Fuente:: Mons. Jaume Pujol

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DemetrioMons. Demetrio Fernández      El Hijo de Dios, sin dejar de ser Dios, se ha hecho hombre completo, en todo semejante a nosotros excepto en el pecado. Y ha nacido de María virgen en un momento concreto de la historia para transformar la historia desde dentro y llevarla a su plenitud, convirtiéndose en un ciudadano de nuestro mundo, uno de nosotros. El se ha hecho hombre para que el hombre sea hecho hijo de Dios. ¡Qué admirable intercambio!

A este acontecimiento histórico misterioso y trascendente se acercan los pastores, después del anuncio del ángel: “Os traigo una buena noticia. Hoy en la ciudad de Belén os ha nacido un Salvador… Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz” (Lc 2,11). Y los pastores corren a ver al Niño, con la sencillez de la piedad popular. Han sido tocados por Dios y por su gracia, y responden con la fe de los sencillos: se llenaron de alegría y le llevaron al Niño de lo que tenían. Su pobreza les dispuso a recibir la buena noticia e hicieron fiesta aquella noche. Por su parte, ellos se convirtieron en testigos y pregoneros de lo que habían visto. “Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores” (Lc 2,18).

La actitud de los pastores nos enseña mucho. En primer lugar, que Dios no se revela a los soberbios, a los que están liados en sus problemas, a los que piensan que no necesitan de él. Dios prefiere revelarse a los sencillos, a los humildes de corazón, a los pobres. Dios se complace en comunicarse con los que tienen el corazón abierto a la buena noticia de la salvación y lo esperan todo de Él. Pero además, la sencillez de corazón les hace ir aprisa a ver al Niño del que les ha hablado el ángel. Un corazón dispuesto responde con prontitud al toque de Dios. Y por eso, se convierten en pregoneros y evangelizadores ellos mismos de lo que han visto y experimentado.

A este misterio de la Navidad se acercan también los magos de Oriente, los que traen regalos para Jesús y para todos nosotros. Ellos son modelo en la búsqueda de Dios. Son sabios que en la ciencia de su investigación, están abiertos a la sorpresa de Dios, y siguiendo esas mismas investigaciones descubren una señal que les pone en camino de una búsqueda ulterior. “Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo” (Mt 2,2). Preguntan y Herodes comido por la envidia les despista, pero la estrella vuelve a brillar y los deja a las puertas del misterio. “Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra” (ib. 10-11).

Los magos son hombres sabios, científicos, que siguiendo su investigación descubren a Dios. La ciencia no está reñida con la fe ni la fe con la ciencia, y cuando la ciencia se cierra a la fe, deja de ser verdadera ciencia. La ciencia tiene su campo propio y sus límites. Cuando el científico, por mucho que sepa, pretende abarcar con su especialidad todas las dimensiones de la persona, se pasa de listo. Ser científico y ser humilde no es fácil. Los magos de Oriente son científicos y son humildes, y desde el campo propio de su ciencia, abiertos a otras dimensiones, descubren señales que les conducen a la verdad completa.

Dios se revela a los sencillos y a los sabios, con tal que éstos sean también sencillos de corazón. La Navidad la entienden especialmente los niños y quienes se hacen niños como ellos. Y no porque en torno a la Navidad haya cuentos, fábulas y mitos que sólo los niños en su ingenuidad pueden alimentar, sino porque el misterio de Dios en su más profunda realidad, la cercanía de Dios hecho hombre en un niño indefenso, sólo la pueden captar quienes tienen un corazón sencillo y humilde como el de un niño. La Navidad nos trae un acontecimiento y un estilo. Dios hecho hombre con estilo de sencillez, entrando discretamente en nuestras vidas. “Si no os hacéis como niños no entraréis en el Reino de los cielos” (Mt 18,3).

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández,

Obispo de Córdoba

Fuente:: Mons. Demetrio Fernández

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Il y a cinquante ans, le 4 janvier 1964, commençait la visite de Paul VI en Terre Sainte, qui se concluait le soir de l’Epiphanie par le salut chaleureux et les lumières de l’accueil enthousiaste et émouvant d’un million de romains à leur évêque. Ce ne furent que quelques heures, mais elles ont changé le visage du Pontificat. Depuis lors, en effet, les successeurs de l’apôtre Pierre ont repris, de façon nouvelle et dans le monde entier, le chemin que le pêcheur de Galilée et les premiers disciples du maître de Nazareth avaient commencé sans comprendre, se fiant uniquement à sa parole.

Comme un coup de charrue

L’idée remonte au début même du Pontificat, dans le silence actif du premier été passé à Castel Gandolfo, et fut transcrite dans une note du 21 septembre, qui décrit l’itinéraire « très rapide », avec un « caractère de simplicité, de piété, de pénitence et de charité ». Pour le préparer, deux étroits collaborateurs du Pape partent incognito pour le Moyen-Orient, en se rendant également à Damas, où ils constatent toutefois l’impossibilité d’y accomplir une étape, comme Paul VI l’aurait désiré pour honorer la mémoire de l’apôtre dont il avait choisi le nom.

L’annonce, véritablement éclatante, fut ensuite donnée de façon inattendue par le Pape lui-même le 4 décembre aux évêques réunis pour la conclusion des travaux de la seconde période du Concile. « Nous verrons cette terre bénie, d’où Pierre partit et où aucun de ses successeurs ne retourna plus », dit Montini. Et un mois plus tard, se réalise l’impensable, en cinquante-sept heures au cours desquelles Paul VI va d’Amman au Jourdain et arrive à Jérusalem, puis à Nazareth et sur le lac de Tibériade, pour retourner ensuite dans la ville sainte et visiter Bethléem, repartant enfin d’Amman.

Un demi-siècle plus tard, ce n’est qu’en lisant les textes, les chroniques, et les commentaires d’alors que l’on réussit à percevoir la nouveauté d’un voyage qui, quelques mois auparavant seulement, aurait semblé impossible et que les interprétations mêmes des historiens, concentrées sur son contexte politique ou sur les dynamiques conciliaires, ne semblent pas encore avoir saisi dans ses implications les plus authentiques et importantes. A la différence, en revanche, de témoins de l’époque, journalistes et écrivains, mais surtout de deux protagonistes.

C’est en effet dans les paroles improvisées « en présence de Dieu » et dans les gestes de Paul VI et d’Athénagoras, le patriarche de Constantinople rencontré à Jérusalem après des siècles de division, que l’on perçoit la signification de ce véritable « retour aux sources de l’Evangile », qui ouvre à un avenir qui n’est pas encore achevé. Dans un voyage que le Pape de Rome définit « comme un coup de charrue, qui a remué un terrain désormais endurci et inerte ».

Giovanni Maria Vian

Fuente:: News.va

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No se puede ajustar la Doctrina a las circunstancias: Prefecto de Doctrina de la Fe

Ciudad del Vaticano (Sábado, 04-01-2014, Gaudium Press) Durante una entrevista concedida a un diario italiano, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Mons. Gerhard Müller, reafirmó sus declaraciones sobre la pastoral de los divorciados y aclaró la naturaleza de las Conferencias Episcopales dentro de la organización de la Iglesia. «Usted no puede ajustar la Doctrina a las circunstancias», afirmó el prelado. «La Iglesia no es un partido político que hace sondeos para buscar consenso».

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Mons. Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se dirige a los miembros del Congreso Teológico Internacional, en 2012. 

Estas claras palabras, parte de una entrevista al diario Corriere della Sera, ilustran su posición al frente de uno de los principales Dicasterios de la Curia Romana, encargado de la preservación de la integridad de la Doctrina Católica. Sobre el recurrente tema de la pastoral de los divorciados, sobre el cual ya había afirmado que no podría incluir la admisión de los vueltos a casar en la comunión eucarística (ver noticia anterior), señaló el punto de equilibrio al que punta la Iglesia: «Tenemos que intentar una combinación de principios generales y situaciones personales y particulares. Encontrar soluciones a problemas individuales, aunque siempre sobre el fundamento de la Doctrina Católica».

El Prefecto también se refirió a la carta que escribió para ordenar el retiro de una guía pastoral en la Diócesis de Friburgo que contenía «terminología poco clara» sobre la firme defensa de la Iglesia del carácter indisoluble del Matrimonio y la adecuada preparación para recibir la Eucaristía. Sobre la controversia originada por el documento, Mons. Müller alertó sobre las falsas expectativas de cambios en la doctrina suscitadas en la opinión pública. «Muchos piensan que el Papa o un Sínodo puede decir: ‘por supuesto, reciban la Comunión’. Pero esto no es posible».

«El Matrimonio sacramental válido es indisoluble», reafirmó el prelado. «Esta es la práctica católica, reafirmada por Papas y Concilios, en fidelidad a las palabras de Jesús. Y la Iglesia no tiene la autoridad para relativizar las palabras y los mandamientos de Dios».El Prefecto recordó que la Eucaristía sí tiene un aspecto medicinal y el sacramento no exige la perfección para poder ser recibido, pero que un matrimonio irregular sí constituye un «obstáculo objetivo para la recepción de la Eucaristía».

La naturaleza de las Conferencias Episcopales

Entre otros temas consultados al Prefecto, se mencionó la posibilidad de la reforma de la Iglesia con respecto a las Conferencias Episcopales y su relación con la Santa Sede. En este punto, Mons. Müller aclaró los alcances de dichas organizaciones, que no pueden considerarse como independientes o totalmente autónomas y rechazó las interpretaciones en este sentido de las palabras del Papa Francisco en la Carta Encíclica Evangelii Gaudium.

«La Iglesia Católica está compuesta de Iglesias locales, pero es Una», enseñó el Prefecto. «Las iglesias ‘nacionales’ no existen… los presidentes de las Conferencias Episcopales, aunque importantes, son coordinadores, nada más, ¡no ‘vice-papas’!». Esta aclaración tiene origen en una consideración teológica sobre el ministerio episcopal. Según explicó Mons. Müller, los Obispos inividualmente los son por «derecho divino, instituidos por Jesucristo» mientras que las organizaciones como Patriarcados y Conferencias episcopales «son establecidos por la Iglesia, por el hombre».

Incluso quienes sugieren una «descentralización» de la Iglesia se encontrarían con que un cambio en la forma de entender las Conferencias Episcopales sería contraproducente. «Cada obispo tiene acceso directo e inmediato con el Papa», afirmó el prelado. «No podemos tener una decentralización en las Conferencias, porque habría el peligro de un nuevo centralismo, en el cual el presidente tiene toda la información y los Obispos están sumergidos en documentos».

Con información de CNA.

 

Fuente:: Gaudium Press

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El trasfondo de la lucha de los Obispos en E.E.U.U. por la libertad religiosa tiene alcances globales

Redacción (Sábado, 04-01-2014, Gaudium Press) La Iglesia Católica lidera la defensa de la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural alrededor del mundo. En cada país, las diferentes amenazas dan lugar a movimientos, actividades y expresiones particulares. Desde las marchas y recolección de firmas contra la legalización del aborto en América Latina hasta el proyecto pionero para promover un acto legislativo en favor de la vida en el Parlamento Europeo con participación de ciudadanos de todos los países de la Unión, cada comunidad deja una enseñanza que tiene un alcance global. La firme oposición de la Iglesia de Estados Unidos al llamado mandato antinatalista también tiene un trasfondo presente en otros países que podrían beneficiarse positivamente si su lucha tiene éxito.

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El Cardenal Sean O’Malley muestra la invitación  a la primera Quincena por la Libertad, convocada por los Obispos para frenar la implementación del mandato antnatalista. Foto: Arquidiócesis de Boston.

El fuerte enfrentamiento entre la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) y el Presidente Obama, quien ha promovido activamente la inclusión obligatoria de fármacos abortivos, esterilización y contraceptivos en los planes de salud que los empleadores deben suministrar a su personal, motiva una seria reflexión sobre el significado y aplicación de la libertad religiosa en todos los aspectos de la vida, incluyendo los laborales y tributarios.

La libertad religiosa es mucho más que libertad de culto

Con habilidad, los prelados de Estados Unidos evitaron entrar en controversia sobre la inmoralidad de la anticonceptivos en la doctrina católica. Las razones para la objeción de la Iglesia ya fueron expuestas de forma completa por el Papa Pablo VI en la profética Carta Encíclica Humanae Vitae. En su lugar, la Conferencia de Obispos aclaró que no era ese el tema en discusión: «Se trata de si las personas e instituciones religiosas deben ser forzadas por el gobierno a proveer cobertura de anticonceptivos o esterilización, aun cuando estas prácticas violen sus creencias religiosas».

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Ciudadanos exigiendo el respeto de la libertad religiosa en Estados Unidos. Foto: Arquidiócesis de Boston.

En la primera parte de la controversia, se prometió por parte del gobierno norteamericano una «acomodación» para satisfacer los reclamos de las instituciones religiosas. Pero los ajustes, que eximían a la Iglesia como tal pero dejaron por fuera a las instituciones de inspiración católica como hospitales, centros educativos y agencias benéficas, y completamente desprotegidos a los empleadores católicos propietarios de empresas con ánimo de lucro. «El gobierno federal está permitiéndole graciosamente a su parroquia considerarse católica», afirmó con ironía el Cardenal Timothy Dolan en agosto de 2012, cuando era Presidente de la Conferencia de Obispos. «Pero no mucho más que eso podría clasificar. ¡No hay libertad religiosa aquí!»

El argumento que los Obispos han defendido es que la práctica religiosa se extiende más allá de los actos de culto realizados en los templos y se proyecta en todos los aspectos de la vida. Un católico no sólo profesa su fe y asiste a los actos litúrgicos, sino que está llamado a vivir de acuerdo a la enseñanza de su fe. «Si no tenemos libertad de conciencia para practicar la religión, todas las demás libertades se vuelven frágiles», declaró la USCCB en un boletín distribuido a nivel nacional. «Si nuestras obligaciones y deberes para con Dios son impedidos, o peor aún, contradichos por el gobierno, entonces no podremos seguir afirmando que ésta es la tierra de la libertad».

Un desafío global

La lucha de la Iglesia en Estados Unidos, aunque relacionada a un evento específico, puede identificarse con desafíos similares en otras naciones. En la vecina Canadá, las organizaciones provida denuncian que el aborto es financiado con dinero de los impuestos, con un gasto de por lo menos 80 millones de dólares para este fin. Los activistas reclaman que mientras servicios vitales no son cubiertos con dineros públicos, el aborto, que no es un procedimiento necesario (ni deseable), es financiado incluso por sus objetores.

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Miles de personas se reunen en Manila, Filipinas, para rechazar la Ley de Salud Reproductiva en 2012. Foto: CBCP News.

Un reclamo similar expresó el delegado de la organización Derecho a Vivir en Valladolid, España, Pablo Santana, el día 04 de enero. Según el activista, es «injusto» que los ciudadanos paguen impuestos que generan riqueza a los «magnates del aborto». Ante la oposición a la iniciativa de reforma de la ley sobre aborto que podría limitar esta práctica, Santana denunció que la práctica es «un negocio multimillonario y por eso este país está en contra de la norma». Los grupos convocados rechazaron que se les descalifique como «extremistas»: «Somos gente normal, de la calle, jóvenes, abuelos que hemos venido aquí a defender nuestras opiniones».

La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas, estrechamente relacionada a la de Estados Unidos por lazos de amistad y cooperación, libró su propia batalla contra la ley de Salud Reproductiva que significó la agresiva promoción de la anticoncepción y su imposición al sistema educativo. La gran controversia en el país asiático marcó la agenda de la opinión pública durante 2012 y, pese a que la ley fue finalmente aprobada con un gran descontento de los católicos (que son mayoría absoluta en el país), las enseñanzas de la Iglesia sobre la sacralidad de la vida humana y el sentido cristiano de la sexualidad dejaron una profunda huella en la población.

Iniciativas similares a la emprendida en Estados Unidos ciertamente traería sorpresas algunos gobiernos que han implementado políticas similares sin una mayor conciencia por parte de la población. Países mayoritariamente católicos como Colombia, donde el sistema de salud incluye la financiación pública de los abortos legales o a través de los planes obligatorios pagados por empleadores e independientes, o como México, donde el concepto de estado laico impone límites notables a la manifestación de la fe en la vida pública, podrían estar enfrentando sus propias batallas por la libertad religiosa en los próximos años.

Con información de USCCB, CBCP News, ACI y 20minutos.

Gaudium Press / Miguel Farías.

 

Fuente:: Gaudium Press

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140103 - comida BenicasimLa parroquia de Santo Tomás de Villanueva ha movilizado a los vecinos de Benicasim para organizar este viernes una comida navideña para las cien familias que atiende Caritas. El Ayuntamiento ha cedido el polideportivo municipal, varios comercios han aportado regalos, los hoteles bebidas, los catequistas han hecho cocas, y diversas entidades, como las asociaciones de amas de casa y de jubilados, también se han implicado.

El menú ha consistido en una paella monumental, acompañada de actividades festivas como cantos de villancicos y una rifa. El párroco, Luis Oliver, explica que la iniciativa se decidió pocos días antes de Navidad, pero que hay la voluntad de repetirla y consolidarla, de modo que las familias necesitadas de Benicasim “puedan gozar de un día de Navidad como el resto”. La parroquia también regalará un libro con el Evangelio de cada día para que los convidados “puedan leer la Palabra de Dios y experimentar cómo Él está junto a ellos, los acompaña y los quiere”.

(Diócesis de Segorbe Castellón)

Fuente:: SIC

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El Papa: La fuerza de la Iglesia no reside en ella misma, sino que se esconde en las aguas profundas de Dios
(RV).- (audio) No tener otro nombre en la vida, y no cumplir ninguna otra acción, que no esté estrechamente vinculada a Cristo. Es con esta esperanza que el Papa Francisco concluyó esta mañana la homilía de la misa que presidió en la Iglesia del Gesú de Roma, en la fiesta litúrgica del Santo Nombre de Jesús, “título” de la Orden fundada por San Ignacio de Loyola.
El Papa habló ampliamente de la figura de Pedro Fabro, modelo de santidad sacerdotal de la Compañía, canonizado hace a penas dos semanas, el pasado 17 de diciembre. Francisco reflexionando sobre el carisma de su Orden se centró precisamente en Pedro Fabro, hermano antiguo y al mismo tiempo muy moderno, que fue compendio viviente del carácter espiritual y apostólico de los jesuitas, empezando por su corazón, vacío, porque lleno de Dios, inquieto, porque incansable en la búsqueda de Dios:
“Estamos llamados a este abajamiento: ser ‘vaciados’. Ser hombres que no tienen que vivir centrados en sí mismo, porque el centro de la Compañía es Cristo y su Iglesia. Y Dios es el Deus semper maior, el Dios que siempre nos sorprende. Y si el Dios de las sorpresas, no está en el centro, la Compañía se desorienta. Por eso, ser jesuita es ser una persona del pensamiento incompleto, del pensamiento abierto: porque siempre piensa mirando el horizonte, que es la gloria de Dios, siempre más grande, que nos sorprende sin cesar. Y esta es la inquietud de nuestro abismo. Aquella santa i hermosa inquietud».
¿Inquietos hasta qué punto? Francisco dice que un jesuita puede saber si «ha mantenido su inquietud o si ésta se ha atrofiado.»De hecho, para los que militan en la Compañía de Jesús -afirma- no hay otra alternativa: «Debemos buscar a Dios para encontrarlo, y encontrarlo para buscarlo más y más»:
«Sólo esta ansiedad da paz al corazón de un jesuita, una inquietud también apostólica, no debemos cansarnos de proclamar el kerigma, de evangelizar con valentía. Es la inquietud que nos prepara para recibir el don de la fecundidad apostólica. Sin esta ansiedad somos estériles».
“Pedro Fabro fue todo eso” dijo el Papa: «un hombre de grandes deseos», «de espíritu inquieto, indeciso, nunca satisfecho”, inspirado por el “verdadero espíritu que mueve a la acción»:
«¿Tenemos también nosotros grandes visiones e impulso? ¿Somos audaces como él? ¿Nuestro sueño es volar alto? ¿El celo nos devora? ¿O somos mediocres y nos contentamos con nuestras programaciones apostólicas de laboratorio? Recordémoslo siempre: la fuerza de la Iglesia no reside en ella misma y en su capacidad organizativa, sino que se esconde en las aguas profundas de Dios».
Pedro Fabro, recordó el Papa Bergoglio, pasó toda su vida buscando la «familiaridad con Dios», para tener un corazón trasplantado en el de Jesús. Y con estos sentimientos fue un defensor del diálogo en la Europa dividida por la Reforma de Lutero, con el «arma de la mansedumbre cristiana”:
«Se me ocurre pensar en la tentación, de que tal vez podamos tener, y que tantos tienen, de unir el anuncio del Evangelio con bastonazos inquisitoriales, de condena. No, el evangelio se anuncia con dulzura, con fraternidad, con amor».
Francisco, el primer Papa jesuita de la historia, en nombre de toda la Compañía, propuso a sus hermanos, al final de su homilía, tomar como modelo el ejemplo del primer sacerdote jesuita de la historia, el hermano Pedro, que bajo la influencia de la «fascinación» de Cristo realizó, dijo, verdaderas «locuras apostólicas»:
“Nosotros somos pequeños, somos pecadores, pero queremos servir bajo el estandarte de la Cruz de la Compañía que recibió el nombre de Jesús. Nosotros que somos egoístas, queremos vivir, sin embargo, una vida agitada por grandes deseos. Renovemos, pues, nuestra oblación al Eterno Señor del universo para que con la ayuda de su gloriosa Madre, podamos querer, desear y vivir los sentimientos de Cristo, que se despojó a sí mismo».
ER RV

Fuente:: News.va

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Mons. Joan PirisMons. Joan Piris       Empezamos este año nuestras reflexiones dominicales a las puertas de la solemnidad de la Epifanía, que es la “manifestación” de Jesús a los paganos en la figura de aquellos tres personajes llegados del lejano Oriente y que ha dado pie a tan variadas celebraciones en nuestras comunidades y en nuestras calles. Todas ellas con un denominador común muy interesante: una fiesta asociada a la idea de regalo y de ilusión compartida por grandes y pequeños. Y es que Jesús ha sido el mayor regalo de Dios a nuestra humanidad.

Ciertamente en la actualidad, nuestras realidades culturales, sociales y eclesiales son muy complejas y, a veces, ambiguas, pero éste es nuestro presente. Y es el tiempo oportuno en el que los cristianos estamos llamados a manifestar la fe en Jesucristo “luz del mundo”, intentando promover una adhesión global a su persona y haciendo presente el Evangelio y su fuerza humanizadora. Y no debemos hacerlo sólo criticando o lamentándonos, o aún menos de manera prepotente como quienes han de enseñar a los demás (que siempre y únicamente deben aprender), sino compartiendo la experiencia de haber encontrado a Jesús y todo lo que este hecho ha aportado a nuestras vidas. Esto nos pide superar la anemia de nuestro catolicismo y sus inercias, y más ante los grandes interrogantes de los nuevos escenarios.

Hay quien ha comparado nuestra situación con la necesidad de desatascar desagües: cuando en nuestras calles hay desagües atascados, la lluvia forma charcos y así permanece hasta que descubre una rendija por donde circular… Sería bueno identificar los posibles atascos en nuestro vivir cristiano que están dificultando la circulación de nuestro testimonio, la manifestación libre y explícita de nuestra fe y de nuestra pertenencia eclesial.

Como afirma expresamente el Mensaje final del Sínodo sobre la Evangelización (2012), para evangelizar hay que tener personas y comunidades evangelizadas, y hace una llamada a nuestra conversión porque la debilidad de los discípulos de Jesús pesa sobre la credibilidad de la misión. Conscientes del hecho de que el Señor es el guía de la historia y que, por tanto, el mal no tendrá la última palabra, los obispos invitan a los cristianos a vencer el miedo con la fe ya mirar el mundo con serenidad y coraje porque, a pesar de sus contradicciones y retos, sigue siendo el mundo que Dios ama. Por tanto, nada de pesimismo: la globalización, la secularización y los nuevos escenarios de la sociedad, las migraciones, con sus dificultades y sufrimientos, deben ser oportunidad de evangelización. Porque no se trata de encontrar nuevas estrategias para difundir el Evangelio como un producto de mercado, sino de redescubrir los modos con los que las personas se acercan a Jesús.

Nuestra esperanza es ‘certeza’ fundada sobre la promesa de Dios que nos asegura que la historia se orienta hacia “un cielo nuevo y una tierra nueva” (Apoc 21,1). Esta certeza es la que nos ha de quemar por dentro y sostener nuestro testimonio en la Iglesia y en el mundo.

Recibid el saludo de vuestro hermano obispo,

+ Joan Piris Frígola,

Obispo de Lleida

Fuente:: Mons. Joan Piris

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La Epifanía de DiosMons. José Manuel Lorca      La fiesta de la Epifanía del Señor completa el Misterio de la presencia de Dios con nosotros; María y José presentan a Dios al mundo. El mismo Señor ha sido quien ha suscitado a estos hombres el deseo de conocer a Jesús, les ha tocado el corazón de tal manera que tenían que salir de su tierra y de su mundo para encontrarse con Él, la luz de Cristo ya iluminaba la inteligencia y el corazón de los Reyes Magos y se pusieron en camino (Cf. Mt 2,9). Los magos nos han dado una lección de constancia y fidelidad, porque no dudaron en dejar todo para seguir la estrella y salvar toda clase de obstáculos, para estar junto a Dios. San Juan de la Cruz describe lo que debe pasar por la mente del que se ha puesto en camino“sin otra luz ni guía, sino la que en el corazón ardía (…) Aquésta me guïabamás cierta que la luz del mediodía, adonde me esperaba quien yo bien me sabía, en parte donde nadie parecía”.

Los hombres que se han fiado de las señales de Dios se han beneficiado del privilegio de adorarlo, los incrédulos no, la desconfianza paraliza. Los Magos han recorrido medio mundo hasta que han llegado a la presencia de Dios, han soportado toda clase de aventuras; han podido pasar por locos, pero han permanecido fieles a la señal de Dios, a pesar de los momentos de oscuridad. Los Magos nos han demostrado que no existe mayor gozo que ponerse en marcha a la aventura de encontrarse con Dios. Esto mismo nos pide el Papa Francisco cuando escribe que Dios nos llama a una salida misionera y ello implica salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio. Es preciso tener los oídos abiertos, saber escuchar para poder escrutar los signos con los que Dios nos llama y nos guía.

Las señales de Dios no se apagan nunca, porque Dios quiere hacerse presente en todas las etapas de la historia, antes y ahora. En esta solemnidad será bueno recordar lo que les decía Benedicto XVI a los jóvenes en Colonia: “El Niño, colocado suavemente en el pesebre por María, es el Hombre-Dios que veremos clavado en la Cruz. El mismo Redentor está presente en el sacramento de la Eucaristía. En el establo de Belén se dejó adorar, bajo la pobre apariencia de un neonato, por María, José y los pastores; en la Hostia consagrada lo adoramos sacramentalmente presente en cuerpo, sangre, alma y divinidad, y Él se ofrece a nosotros como alimento de vida eterna”. La salvación que se ofrece en la Epifanía también es una llamada a la fidelidad para ti.

Que Dios os bendiga.

+ José Manuel Lorca Planes

Obispo de Cartagena

Fuente:: Mons. José Manuel Lorca

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Mons Ángel RubioMons. Ángel Rubio    En el primer mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz celebrado el pasado día 1 de enero del corriente año nuevo, deseaba a todos —a las personas y a los pueblos— una vida llena de alegría y de esperanza. La fraternidad fundamento y camino para la paz es el título del mensaje en el que Francisco recuerda la doctrina de la “hipoteca social” sobre “las cosas propias”. El Papa afirma, citando a Santo Tomás de Aquino, que “aunque es lícito e incluso necesario que el hombre  posea cosas propias, en cuanto al uso, no las tiene como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el sentido de que no le aprovechan a él solamente, sino también a los demás”.

El mensaje nos pregunta ¿cómo usamos los recursos de la tierra?, y nos responde “es un deber de obligado cumplimiento que se utilicen los recursos de la tierra de modo que nadie pase hambre. Las iniciativas y las soluciones posibles son muchas y no se limitan al aumento de la producción. Es de sobra sabido que la producción actual es suficiente y, sin embargo, millones de personas sufren y mueren de hambre, y eso constituye un verdadero escándalo”, y este es el camino de la verdadera paz, fruto de una autentica fraternidad.

La paz o es de todos o no es de nadie. Sólo es posible alcanzarla realmente y gozar de ella, como mejor calidad de vida y como desarrollo más humano y sostenible, si se asume en la práctica, por parte de todos, una “determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común”. Lo cual implica no dejarse llevar por “el afán de ganancia” o por la “sed de poder”. Es necesario estar dispuestos a «”perderse” por el otro en lugar de explotarlo, y a “servirlo” en lugar de oprimirlo para el propio provecho. El “otro” —persona, pueblo o nación— no puede ser considerado como un instrumento cualquiera para explotar a bajo coste su capacidad de trabajo y resistencia física, abandonándolo cuando ya no sirve, sino como un “semejante” nuestro, una “ayuda”».

La solidaridad cristiana entraña que el prójimo sea amado no sólo como “un ser humano con sus derechos y su igualdad fundamental con todos”, sino como “la imagen viva de Dios Padre, rescatada por la sangre de Jesucristo y puesta bajo la acción permanente del Espíritu Santo”, como un hermano.

Hay una forma más de promover la fraternidad —y así vencer la pobreza— que debe estar en el fondo de todas las demás. Es el desprendimiento de quien elige vivir estilos de vida sobrios y esenciales, de quien, compartiendo las propias riquezas, consigue así experimentar la comunión fraterna con los otros. Esto es fundamental para seguir a Jesucristo y ser auténticamente cristianos. No se trata sólo de personas consagradas que hacen profesión del voto de pobreza, sino también de muchas familias y ciudadanos responsables, que creen firmemente que la relación fraterna con el prójimo constituye el bien más preciado.

En el nuevo año enviamos felicitaciones de navidad, pero ¿sabemos felicitar’ ¿Nos preocupa la felicidad de los demás? A los Reyes Magos les pedimos regalos para los niños y adultos. Solo Dios nos puede dar la paz; sin Dios, sin su verdad y justicia no podrá haber nunca, ni verdadera paz, ni verdadera libertad, ni la autentica fraternidad.

 

+ Ángel Rubio Castro

Obispo de Segovia

Fuente:: Mons. Ángel Rubio Castro

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