Ho Chi Minh City (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) En Vietnam, en la Arquidiócesis de Ho Chi Minh City, fueron organizadas varias actividades pastorales y sociales para esta Navidad. Los laicos católicos conmemoraron la Navidad atendiendo material y espiritualmente a niños y adultos que viven en circunstancias «especiales», con dificultades, problemas familiares o de salud.

A propósito de estas conmemoraciones, un católico de Saigon, dijo que la Navidad «no puede ser vivida solamente con celebraciones y festival de calle». Al contrario, dijo él, es necesario que en estos días las parroquias «busquen vivir las enseñanzas de Jesucristo».

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Fue así que la parroquia de Xóm Chi? organizó una visita al leprosario de Ben San, que fue fundado hace más de 50 años por las Hermanas de caridad venidas de Francia en colaboración con las co-hermanas vietnamitas.

Cerca de 70 mil personas sufren de lepra en Vietnam y apenas pequeña parte de ellas recibe tratamientos médicos adecuados. Por eso, congregaciones y grupos de hermanas se ofrecieron como voluntarias para asistir a los enfermos en centros como este Ben San,
La parroquia de Tân Dinh hizo diferente: promovió y realizó retiros para niños, jóvenes y padres, con momentos de adoración eucarística.

Entretanto, laicos de la parroquia también dedicaron parte de su tiempo a niños y adultos en dificultad.

La población católica de Vietnam, según la Agencia Fides, alcanza el 7% de sus 87 millones de habitantes. Aún siendo una minoría, la comunidad cristiana es activa en particular en los sectores de la educación, salud y en lo social. (JSG)

Fuente:: Gaudium Press

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«A partir de la Navidad, podemos percibir en todo lo que existe, algo de divino», afirma el arzobispo de Porto Alegre, Brasil

Porto Alegre (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) «El evento de la Navidad es una invitación vigorosa para ver al ser humano con ojos distintos». Con esa frase, Mons. Jaime Spengler, arzobispo de la arquidiócesis de Porto Alegre, en el estado de Río Grande del Sur, Brasil, inició su último artículo, resaltando que de hecho, el propio Dios se hace carne humana, se deja envolver por los paños de la fragilidad humana.

Según el prelado, en el medio de la noche, en la oscuridad iluminada solamente por una estrella, el Señor entra en el espacio y en el tiempo, en la historia. El arzobispo además recordó que era una noche de invierno; hacía frío; los padres no encontraron acogida donde pudiesen obtener lo necesario para que con seguridad y conforto se realizase el alumbramiento. Se habla, conforme Mons. Jaime, de un establo, de una pesebrera, donde buey y burro ofrecen el calor necesario para la Luz que brillaba en la noche.

Un deseo de vivir como niño

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Imagen del Niño Jesús

Iglesia del Santísimo Sacramento, Buenos Aires

«¡La Navidad despierta en nosotros el deseo de paz, de protección y amor! Esto porque las celebraciones navideñas nos llevan a un tiempo en el cual también nosotros experimentamos la necesidad de paz, protección y amor. Esto habla de un deseo de vivir como niño; dice de la restitución de la oportunidad de todavía una vez, cada año, tornarnos como niños. Pues, en cada corazón humano está latente el deseo de vivir como niño, pues a cada niño se le quiere por el simple hecho de ser niño», completó.

Mons. Jaime también resaltó que la bondad que se manifiesta en la Navidad, dice de la posibilidad siempre latente de comprender incluso lo que, a veces, aparece como incomprensible; dice que la fragilidad y la contingencia no pueden ser despreciadas o renegadas; dice que la delicadeza y la ternura del evento son expresión de posibilidades nuevas; dice que toda expresión de vida está destinada a ser buena y a ser relegada o destruida; dice que somos y podemos ser seres humanos, incluso cuando la animalidad parece querer sobreponerse; dice que Dios asume lo incompleto, lo no enteramente formado, lo no todavía adulto.

Por último, el arzobispo enfatizó que sobre cada ser humano, sobre la existencia de cada persona brilla una estrella. Para él, cada ser humano está invitado a dar oídos a los Ángeles, a ver el mundo con ojos de ángeles. Cuanto a eso, el prelado destacó que los escépticos ciertamente argumentarían diciendo que el ser humano no puede dar atención a los ángeles, pues la vida es vana.

De acuerdo con Mons. Jaime, sabemos que existen expresiones de la vida humana, dimensiones de la existencia humana, que solamente vemos con los ojos del corazón, marcado por el ardiente deseo de sondear la tierra y el cielo.

«A partir de la Navidad, podemos percibir en todo lo que existe, algo de divino; algo que habla a cada persona humana como palabra de Dios, dirigida a cada uno, en su singularidad; palabra esta que jamás pasa», concluyó. (FB)

Fuente:: Gaudium Press

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Redacción (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) El gran dilema del hombre es en esencia el mismo que tuvo Satanás: depender o no depender de Dios.

Lucifer, que antes era la Luz Resplandeciente de la Creación, se dijo un día que él era bello sin Dios, y se trasformó en la más horrenda de las criaturas. Tras iguales pasos, una nefasta mañana Adán y Eva escucharon las insinuaciones de esa misma serpiente que les decía que si incumplían la orden divina serían como dioses, y cometieron el pecado que afeó esencialmente su hermosura original y la de todos sus descendientes.

Por ello nuestros primeros padres se escondieron de Dios, ellos que todas las tardes conversaban con el Creador. Tal vez la muestra más manifiesta de su pecado -después de esa asqueante sensación de desorden interno comparada con su situación anterior- fue cuando vieron a un fruto de sus entrañas quitar la vida de otro. Todo crimen ya había nacido.

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Niño Jesús

Museo episcopal de Cuzco, Perú

Pero el mal no prevalecería, pues Dios, que conocía de antemano la tragedia, había reservado la mejor de sus joyas para después, para la restauración inimaginada: el nacimiento de un Hombre-Dios, que restablecería la justicia original, y por medio del cuál la Creación alcanzaría una altura inconcebible, la altura de la Divinidad.

Entretanto, Dios respeta la libertad del hombre.

El Reino que Dios-Hombre vino a instaurar ya se realiza en los santos. Un jardín habitado por santos, ese es el Reino celestial. Pero está en el hombre seguir los pasos de los santos y acceder a reparar la alianza con Dios, la alianza que quebró Adán.

A veces parecería que en la mente de ciertos cristianos no está claro el gigantesco regalo del Dios-encarnado y de la Iglesia por Él fundada. «¿Cristo? Sí, es verdad, Él es Dios, su Palabra es divina, Él es el Camino, la Verdad y la Vida». Pero de ahí, muy poco más. Son cristianos que no entienden la necesidad de la gracia de Dios, del recibir continuamente los sacramentos, de recurrir perpetuamente a la oración, del referir constantemente todo a Dios. «Dios es Dios, pero Yo soy Yo, y Yo puedo…», parecen querer decir. Es el famoso ateísmo-práctico, bastante denunciado, pero tan poco realmente prevenido.

Sin embargo, y más hoy que otrora, sin Dios, de seres de luz, los humanos se convierten en receptáculos de maldades. Pero el orgullo humano es del tamaño de la Torre de Babel, y el hombre prefiere dar coces contra el aguijón, a doblar su cerviz e implorar el auxilio y el perdón de Dios.

Esto es lo que llamamos el Gran Dilema del Ser Humano: o doblar la rodilla ante Dios, o hundirse en el lodo con la cabeza erguida y finalmente quebrada, bajo el peso del pecado.

¡Qué orgullo tan repugnante, tan nefasto y resistente ese, el del pobre ser humano! Un orgullo sin sentido; y pensar que hasta el propio Dios en la Tierra continuamente nos dio el ejemplo cuando muchas veces oró…

Tal vez sea esa una razón a más para que el viniera a la Tierra bajo el ropaje de un Niño y no de adulto. Es más fácil al orgullo humano aceptar la dulzura y la bondad que provienen de la infancia.

Que la dulzura del Divino Niño logre finalmente abrir la tapa de hierro de nuestro duro corazón; que la ternura de la Madre del Niño consiga que Dios resquebraje la pétrea coraza de nuestro orgullo; que Dios nos dé la gracia, de a todo momento, sentir la necesidad de Dios, de escuchar la voz de Dios que nos llama a conversar con Él, en la misma o mayor intimidad con la que conversaba con Adán, esas maravillosas tardes, de sol multicolor, en el arroyo, al lado del Árbol de la Vida y el de la Ciencia del Bien y del Mal.

Por Saúl Castiblanco

Fuente:: Gaudium Press

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El nacimiento de Jesús nos anuncia que la justicia, la paz y la reconciliación vendrán: Patriarca Latino de Jerusalén

Belén (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) La fiesta de la Navidad alrededor del mundo convoca a millones de creyentes y marca de forma innegable el sentido del fin de año en muchos países. Pero una de las celebraciones más especiales tiene lugar en Belén, Territorio Palestino, en el lugar mismo donde sucedió el nacimiento de Jesucristo hace más de dos mil años. En la Basílica de la Natividad, el Patriarca Latino de Jerusalén, Mons. Fouad Twal, presidió una Eucaristía en la que se destacó la oración por la paz en Tierra Santa y Medio Oriente, donde los cristianos enfrentan incluso el riesgo de su total desaparición.

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El Patriarca Latino de Jerusalén adora al Niño Jesús en el lugar mismo de su nacimiento. Foto: Andrea Krogmann / LPJ.

«Oh Niño de Belén, estamos cansados», imploró el Patriarca en su homilía??. «Frente a esta realidad dolorosa, oramos este canto de Adviento: Vide Domine afflictionem populi tui …Mira Señor, la aflicción de tu Pueblo, manda a aquel que vas a enviar: envía el Cordero … con el fin de que Él nos rescate del yugo de nuestro cautiverio». Su oración, más que un lamento, fue una invitación a la esperanza cristiana.

Los cristianos «nunca debemos ceder a la desesperación, porque Jesús Salvador nos anuncia que la paz es posible, que la llama de la esperanza permanece viva, y que la justicia, la paz y la reconciliación vendrán», exhortó Mons. Twal. «Desde Belén ha partido el mensaje de la salvación, y es que debemos mirar a Belén. Porque en esta noche la promesa divina, cantada por los ángeles, se renueva: ‘Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor'».

La paz de Cristo

El prelado recordó que la paz que proviene de Cristo es universal y permite ver en cada hombre una criatura de Dios: «Se trata de una paz que da la vida», afirmó. Ante los desafíos de la inestabilidad social y política, la fe en Dios debe inspirar las acciones de los cristianos. «Necesitamos la respuesta de fe. La respuesta no es ni la emigración ni encerrarnos en nosotros mismos», declaró. «La respuesta es permanecer aquí, y vivir y morir aquí. Nuestra tierra es sagrada y como tal debe tener una respuesta de lealtad porque nuestra estancia en esta tierra es una vocación divina, una bendición, un privilegio».

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Mons. Fouad Twal presidió la Eucaristía de Navidad. Foto: Andrea Krogmann / LPJ.

Mons. Twal comparó la luz de la fe con la estrella que guió a los Reyes Magos a la presencia del Niño Jesús y que hace que la visión se haga «más intensa, más profunda, más amplia y más sublime», superando las capacidades limitadas de la naturaleza humana. «Por la fe, vemos un poco, en cierto sentido, como Dios mismo lo ve. Por lo tanto, la fe es la sabiduría nos hace tomar las decisiones correctas en el momento adecuado».

«Esto es lo que fortalece nuestra fe, que Dios es omnipotente, omnisciente, fiel y nos ama» agregó el Patriarca. «Por eso es por lo que nada nos debe asustar, ni el presente ni el futuro, ni los problemas o dificultades que afectan a nuestro Oriente Medio».

Oración por la paz en Medio Oriente

Mons. Fouad Twal concuyó su homilía elevando una oración al Niño Jesús por Tierra Santa y Medio Oriente pidiendo especialmente la protección y consuelo de quienes sufren las penalidades de la violencia y la marginación:

«¡Oh Divino Niño!, que has experimentado la huida a Egipto, después de la amenaza de Herodes, que mató hace dos mil años, a los niños de Belén, ten piedad de nuestros hijos y todos los niños del mundo. Ten piedad para los presos, de los pobres, de los marginados y de los más vulnerables. En esta noche, oremos por los obispos y las monjas de Siria secuestrados. Oremos por su regreso y porque se les devuelva su dignidad. Acuérdate de ellos, ¡oh Señor!, y de todos los refugiados. Dales un signo de esperanza para un futuro mejor, para que puedan regresar a su país, reencontrando una casa».

«¡Oh Divino Niño! Dios de bondad y misericordia, mira con buenos a la Tierra Santa y para nuestra gente que vive en Palestina, Israel y Jordania y para todos los pueblos de Oriente Medio. Darles la reconciliación, para que se conviertan en los hermanos – hijo de un mismo Padre».

«¡Oh Divino Niño! Te pedimos por tu paz a través de la intercesión de la Virgen María, tu madre, hija de nuestra tierra».

Con información de Patriarcado Latino de Jerusalén.

 

Fuente:: Gaudium Press

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Redacción (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press)

Superioridad del Sacerdocio de Cristo

San Pablo busca por medio de la Carta a los Hebreos mostrar la superioridad infinita entre el Sacerdocio de Nuestro Señor Jesucristo y el sacerdocio Levítico. Para esto usará la figura misteriosa de Melquisedec, haciendo medio de su didáctica intencional como nos dice Casciaro:

«Las singulares características de Melquisedec hacen de él una ‘figura’ o ‘tipo’ de Cristo. Las relaciones entre Cristo y Melquisedec son expuestas según las reglas que seguían los rabinos para explicar la Sagrada Escritura. Esto es particularmente evidente en el caso de la expresión ‘al no tener ni padre, ni madre, ni genealogía’ para indicar la eternidad de Melquisedec. Parece muy lógico que el autor recurra a la figura de Melquisedec, ya que la misteriosa mención en Gn 14, 18-20 y en el Salmo 109, 4, había despertado hace mucho el interés de los hebreos. Así por ejemplo, Filón de Alejandría entiende que Melquisedec representa alegóricamente la razón humana iluminada por la sabiduría divina. (cf. De legum alleforia, 3,49-82)

«También la literatura apócrifa identificó Melquisedec con diferentes personajes: con Sem, el hijo primogénito de Noé o con el hijo de Nir, hermano del propio Noé. Hay un elemento común en la tradición judaica que coincide de modo singular con la enseñanza de esta epístola: Melquisedec pertenece a un sacerdocio establecido por Dios en una época anterior a Moisés. El historiador judaico Flavio Josefo (años 37-100 d.C.) habla de Melquisedec como un ‘príncipe de Caná’, fundador y gran sacerdote de Jerusalén».[3]

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Trinidad Santísima, Iglesia del Triunfo, Cuzco, Perú

Primeramente San Pablo da los datos positivos de Melquisedec: Rey de Salem, Sacerdote del Dios Altísimo, que se encontró con Abrahán. Sin embargo ya de inicio, con la intención de llevar a cabo el objetivo de su Carta, resalta una peculiar característica de Melquisedec: «sin padre, sin madre, sin genealogía, sin principio de sus días, ni fin de su vida.» (Hb 7,2)

San Pablo quiere subrayar que, si tales pormenores fueron omitidos en el Génesis, fue por permisión Divina, a fin de aproximar más a Melquisedec al Hijo de Dios.[4] A propósito de ese trecho, comenta el Doctor Angélico:

«De hecho, cuando se dice ‘sin padre’, viene significado el nacimiento de Cristo de una Virgen, lo que es hecho sin padre. Mt 1,20: ‘Aquel que es generado en la ley viene del Espíritu Santo’. Ahora, aquello que es propio de Dios no debe ser atribuido a las criaturas. Ahora, es de solo Dios Padre el ser padre de Cristo. Por eso en el nacimiento de aquel que lo pre-figuraba no debía tener alguna mención del padre carnal.

«Igualmente, en cuanto a la generación eterna se dice: ‘sin madre’. Y esto para que no se entienda que esta generación es material, así como la madre da al hijo la materia, sino espiritual, como el esplendor del sol. Anteriormente (Hb 1,3) había dicho: ‘Es el esplendor de su gloria…’. […]

«‘Sin genealogía’. Y en la Escritura no viene indicada su genealogía por dos motivos: uno, para señalar que la generación de Cristo es inefable. Is 53, 8: ‘¿Quién podrá narrar su generación?’ El otro motivo es para señalar que Cristo, que es introducido como sacerdote, no pertenece al género Levítico ni a la genealogía del Antiguo Testamento. Y esta es la intención del Apóstol.

«Por eso se agrega: ‘sin principio de los días ni fin de vida’. Ahora, se dice eso no porque Cristo no haya nacido en el tiempo y no haya muerto, sino por causa de su generación eterna en la cual es nacido sin inicio alguno en el tiempo. Por eso se dice en Jn 1, 1: ‘En el principio era el Verbo’, esto es, desde cualquier tiempo, el Verbo era primero, como explica Basilio. De hecho él fue antes de cualquier día, pues por medio de Él fue hecho el mundo, con el cual comenzaron los días. Igualmente: ‘ni fin de los días’: y esto es verdad con referencia a la Divinidad, que es eterna. Pero también con relación a la humanidad, porque esa no tiene fin de vida, en cuanto Cristo, resucitando de los muertos, ya no muere más, según Rm 6, 9. Y más adelante (Hb 13,8) se dirá: ‘Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.'» [5]

Semejanzas de Melquisedec con Cristo

Es de notar también que el Apóstol afirma que Melquisedec es semejante a Nuestro Señor Jesucristo y no lo contrario, mostrando así el deseo de reafirmar la superioridad del arquetipo con relación al tipo. Así nos dice Turrado:

«Interesa hacer notar el silencio de la Escritura sobre ese particular [ndr.: el no mencionar la ascendencia de Melquisedec]; silencio que no considera casual, sino dispuesto por Dios, para ‘asemejarlo’ a su Hijo, del que quería que fuese tipo o figura. Así lo afirma resolutamente en la frase final, que sirve de conclusión a todo el trecho: ‘semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre’. Y es de notar que no es Jesucristo semejante a Melquisedec, sino que es el personaje principal, del mismo modo que el santuario terrestre estará asemejado al celeste.» [6]

Otra enseñanza que la Iglesia recoge de la figura de Melquisedec -sobre todo del trecho de la Epístola de San Pablo a los Hebreos que afirma ser Melquisedec sin padre, ni madre, ni tener genealogía alguna- es sobre el estado sacerdotal, del cual proviene una entera consagración, abandonando la familia y las demás relaciones sociales. Así nos enseña el documento sobre el sacerdocio del Concilio Vaticano II:

«La figura y la vida del que es llamado a ser ministro del culto al único Dios verdadero queda traspasada por un halo y un destino de segregación que, de cierto modo, lo pone fuera y por encima de la común historia de los otros hombres: sine patre, sine matre, sine genealogia, dice San Pablo de la figura al mismo tiempo arcana y profética de Melquisedec.» [7]

Superioridad del Sacerdocio de Cristo sobre el levítico

A partir del versículo once, el Apóstol pasa a tratar más específicamente de la superioridad del sacerdocio de Cristo en contraposición al sacerdocio Levítico. Para eso hace uso del Salmo 109 resaltando la afirmación de que Jesucristo tiene un sacerdocio según el orden de Melquisedec, o sea, su ministerio no viene de una sucesión carnal.

«Es un sacerdocio no ‘según el orden de Aarón’, sino según el orden de Melquisedec. […] Quiere, pues, decir que es un sacerdocio semejante, no al de Aarón, sino al de Melquisedec o, más explícitamente, tipo Melquisedec: que tiene las características del de Melquisedec.» [8]

Singularidad del nombre Melquisedec

Otra característica es la singularidad sobre el nombre de Melquisedec. Además de lo que ya fue tratado en el tópico anterior (la historia), también se resalta el significado de Melquisedec (rey de la Justicia), y por ser este mismo rey de la Justicia el rey de Salem que significa rey de la paz. Así se demuestra las dos principales características del reinado mesiánico: un reinado de Justicia y Paz. De manera magistral el Angélico Doctor nos explica:

«Ahora, en la Escritura se dice de él dos cosas: antes que nada el nombre, esto es Melquisedec, que ‘traducido significa rey de justicia’, y significa Cristo, que fue rey. Jr. 23,5: ‘Y reinará y será sabio y ejercerá el derecho y la justicia sobre la tierra.’ Y no apenas viene llamado justo, sino también rey de la justicia, pues se hizo por nosotros la sabiduría y la justicia: 1 Cor 1,30.

«La otra cosa que es dicha de él es la condición. Por eso se dice: ‘rey de Salem, esto es rey de la paz’. Esto se adiciona a Cristo. Él de hecho es ‘nuestra paz’, según Ef 2,14; Sl 71,7: ‘Despuntará a los suyos la justicia y abundancia de paz’.

«Y con eso el Apóstol comienza a servirse, en la predicación, de la interpretación de los nombres. Y une muy oportunamente la justicia y la paz porque ninguno crea la paz sino aquel que observa la justicia. Is 32,17: ‘Será obra de la justicia la paz’. En este mundo los hombres son gobernados por la justicia, mas en aquel futuro por la paz. Is 32,18: ‘Mi pueblo será asiduo en la belleza de la paz.'» [9]

Superioridad del Nuevo Testamento sobre el Antiguo

Después de haber visto la relación tipo-arquetipo existente entre Melquisedec y Nuestro Señor, buscamos demostrar la verdad que enunciamos en la introducción del presente artículo, esto es, que el Nuevo Testamento excede a perder de vista, en grandeza y santidad el Antiguo Testamento.

Es lo que nos dice tan bellamente El Apóstol al iniciar su carta a los Hebreos, que fue utilizada como base para el presente trabajo: «Muchas veces y de diversos modos una vez habló Dios a nuestros padres por los profetas. Últimamente nos habló por su Hijo, que constituyó heredero universal, por el cual creó todas las cosas. Esplendor de la gloria (de Dios) e imagen de su ser, sustenta el universo con el poder de su palabra. Después de haber realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de la Majestad en el más alto de los cielos, tan superior a los ángeles cuanto excede de ellos el nombre que heredó». (Hb. 1,1-4)

Por Millon Barros
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[3] CASCIARO, José Maria et al. Biblia Sagrada. Braga: Edições Theologica, 1991, p. 383-384. Tomo III (Epístolas de São Paulo: Tessalonicenses, Pastorais, Epístolas aos Hebreus, Epístolas Católicas, Apocalipse).
[4] Esa es una exégesis comúm en el rabinato (cf. Casciaro et al. 1991, p. 384 e 385).
[5] D’AQUINO, S. Tommaso; MONDIN, Battista. Commento al Corpus Paulinum (Expositio et lectura super epistolas Pauli Apostoli) – Vol. 6: Lettera Agli Ebrei. Bologna: Edizioni Studio Domenicano, 2008. Cap. 7. Lección 1, n.333).
[6] TURRADO, Lorenzo. Biblia Comentada VI: Hechos de los Apóstoles y Epístolas paulinas. Sección Sagradas Escrituras. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1965.
[7] CASCIARO, José Maria et al. Biblia Sagrada. Braga: Edições Theologica, 1991, p. 386. Tomo III (Epístolas de São Paulo: Tessalonicenses, Pastorais, Epístolas aos Hebreus, Epístolas Católicas, Apocalipse).
[8] TURRADO, Lorenzo. Biblia Comentada VI: Hechos de los Apóstoles y Epístolas paulinas. Seccion Sagradas Escrituras. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1965, p. 485.
[9] D’AQUINO, S. Tommaso; MONDIN, Battista. Commento al Corpus Paulinum (Expositio et lectura super epistolas Pauli Apostoli) – Vol. 6: Lettera Agli Ebrei. Bologna: Edizioni Studio Domenicano, 2008. Cap. 7, Lección 1, n.333.

 

Fuente:: Gaudium Press

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En la Catedral de San Pablo, Brasil, centenas de fieles participaron de la Misa del Gallo a la medianoche

San Pablo (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) A pesar del horario, a la medianoche, la Misa del Gallo en la Catedral Metropolitana de San Pablo reunió centenas de fieles que acompañaron la celebración presidida por el Arzobispo Cardenal Odilo Pedro Scherer.

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Con la animación a cargo del Coro y la Orquesta de los Heraldos del Evangelio, que presentó un concierto con músicas de Navidad, Mons. Odilo destacó lo inédito de la mayoría de las interpretaciones, con relación a los años anteriores. «Eso demuestra cuánto el cancionero de Navidad es bastante diversificado».

En su homilía, el Cardenal afirmó que la Navidad nos hace recordar «el motivo por el cual podemos decir que somos hermanos y hermanas», pues Dios reúne toda la familia humana por medio del nacimiento de Jesucristo.

El purpurado también explicó que el Señor, escogiendo la condición humana para la encarnación de su único Hijo, santificó y dignificó la humanidad.

Finalizando la celebración, el Purpurado y los concelebrantes partieron en procesión hasta el pesebre y con la ayuda de un niño, colocaron la Imagen del Niño Jesús en el pesebre. (LMI)

De la redacción, con informaciones de la Arquidiócesis de San Pablo.

Fuente:: Gaudium Press

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 La familia, bienLa tan traída y llevada crisis del matrimonio y la familia es continuo objeto de pródigos estudios, análisis e investigaciones sociológicas, hasta llegar a una cierta saturación. Las dificultades de la situación económica y financiera actual están dejando un reguero inmenso de paro laboral,  que se ceba sobre los hogares más pobres y modestos. La cultura de la muerte hace estrago en los más débiles, que son los no nacidos y los ancianos. La violencia domestica, como la de entre hijos y padres, es como una plaga que parece no disminuir.

         A pesar de tantas trabas, la familia goza de buena salud, el problema no está en la institución natural en sí,  sino en la perversión  antropológica,  que desde la ideología materialista y nihilista se está llevando a cabo por medio de sus voceros mediáticos. Esta cultura sin Dios, sin amor, sin fraternidad, deshumaniza cualquier organismo y de forma preponderante socaba los cimientos de las relaciones entre los esposos, y las paternas- filiales.

         Ahora bien, el matrimonio y la familia posee fuerza en sí para superar los grandes desafíos, porque está enraizada en el ser mismo de la persona, de cuyo bien específico se beneficia la sociedad. El ser humano necesita del calor amoroso y solidario de los suyos. Hay todo un instinto de supervivencia por salvaguardar el “nido” esencial y referencial de la existencia humana. La secularización ha alcanzado a las estructuras sociales, pero no tanto a la persona. El ser humano no puede prescindir del amor, del sentir, del comunicar, porque sería su propia aniquilación como sujeto. De ahí, la necesidad de la complementariedad del amor humano entre un hombre y una mujer como manera natural de realización. La de construir una familia, comunidad amorosa de padres e hijos, donde se fragua el futuro de la humanidad. Porque es en las entrañas familiares, donde se va edificando  la propia personalidad y nos abrimos a la realidad social. Por tanto, la familia habitual es escuela de humanidad y de fe.

Todo lo expresado hasta aquí, lo vemos patentizado en los numerosos  testimonios de cada día. Así, tenemos el sacrificio de cantidad de matrimonios que están abiertos a la vida, luchan por sus hijos y todavía sacan fuerzas para ayudar a otros más necesitados. El de esos  abuelos que en tiempos de crisis económica como las que vivimos, socorren con sus ahorros y su tiempo a aquellos que sufren el paro en su ámbito más cercano. La paciencia en el dolor de esos padres que sobrellevan las llagas lacerantes de la droga o el alcoholismo de unos de sus hijos o nietos. El sentido de acogida, perdón y olvido que tantas veces se dan entre padres e hijos y entre aquellos hermanos que por errores y caracteres se distanciaron por algún tiempo. ¡En fin, cada uno podemos conocer otras evidencias!

Sin embargo, mientras que caminamos en este “valle de lágrimas” no hay familia ideal. Todas tienen sus luces y sombras, pero no se ha “inventado” otra cosa mejor. Sólo hay que escuchar aquellas personas que la vida les negó la posibilidad de gozar de un hogar, de no poder conocer a sus progenitores o hermanos, y hasta la de no tener alguien que le quiera en este mundo. ¡Eso es mucho más duro que los pequeños roces o incomprensiones, que se puedan dar en las relaciones familiares ordinarias!

Algo de misterio sagrado encierra el matrimonio y la familia humana. Toda la Biblia esta tejida con términos afectivos y figuras paternales y  esponsales. El mismo Jesús, como verdadero  Hijo de Dios, procede de la familia originaria que es la Trinidad, y en cuanto verdadero Hombre necesito de la familia humana de Nazaret.

Además, Cristo es  también esposo de la Iglesia, y como tal  dio la vida por ella, purificándola de todos los males, Por eso mismo, algunos Padres de la antigüedad y el Concilio Vaticano II (cf. LG, 11), han llamado a la familia, “Iglesia doméstica”, porque significa que la fe cristiana siempre hay que vivirla eclesialmente, y la Iglesia se ha de presentar ante el mundo como una verdadera familia. De aquí, que el Papa Francisco, venga insistiendo en que la familia cristiana y la misma Iglesia tienen que distinguirse  en este mundo plural y secular,  por su alegría singular, por la capacidad de perdón y por saber compartir con los más pobres.

+Juan del Río Martín

Arzobispo Castrense de España

 

Fuente:: Mons. Juan del Río

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Jesús transforma la muerte de cuantos lo aman en aurora de vida nueva
(RV).- En un día gris y lluvioso, el Santo Padre Francisco rezó la oración mariana del Ángelus con los miles de fieles y peregrinos que se habían dado cita en la Plaza de San Pedro en la memoria litúrgica del primer mártir, san Esteban.
El Papa explicó ante todo que la liturgia prolonga la Solemnidad de la Navidad durante ocho días con un tiempo “de alegría para todo el Pueblo de Dios. Y dijo que en este segundo día de la octava se coloca la fiesta del primer mártir de la Iglesia, a quien el libro de los Hechos de los Apóstoles presenta como a un hombre “lleno de fe y del Espíritu Santo” que había sido elegido, junto a otros seis, para el servicio a las viudas y a los pobres en la primera comunidad de Jerusalén.
Al recordar su martirio, Francisco afirmó que Esteban murió como Jesús, pidiendo el perdón por sus asesinos. Y añadió que en el clima gozoso de la Navidad, esta conmemoración podría parecer fuera de lugar, puesto que la Navidad es la fiesta de la vida que nos infunde sentimientos de serenidad y de paz.
¿Por qué turbar entonces este encanto con el recuerdo de una violencia tan atroz?, se preguntó el Pontífice. En realidad, explicó, desde el punto de vista de la fe, la fiesta de San Esteban está en plena sintonía con el significado profundo de la Navidad; porque en el martirio, la violencia es vencida por el amor, la muerte es vencida por la vida.
Tras reafirmar que la Iglesia ve en el sacrificio de los mártires su “nacimiento en el cielo”, el Santo Padre dijo que celebramos entonces la “navidad” de Esteban, que brota profundamente de la Navidad de Cristo. Porque Jesús transforma la muerte de cuantos lo aman “¡en aurora de vida nueva! A la vez que en el martirio de Esteban se reproduce la misma lucha entre el bien y el mal, entre el odio y el perdón, entre la mansedumbre y la violencia, que tuvo su culmen en la Cruz de Cristo. Por esta razón, prosiguió, la memoria del primer mártir “disuelve una falsa imagen de la Navidad: ¡la imagen fantástica y empalagosa, que en el Evangelio no existe”! De ahí que la liturgia nos conduce al sentido auténtico de la Encarnación, relacionando Belén con el Calvario y recordándonos que la salvación divina implica la lucha contra el pecado y pasa a través de la puerta estrecha de la Cruz.
Se trata, insistió el Papa, del camino que Jesús indicó claramente a sus discípulos, puesto que quien persevera hasta el fin, será salvado, como afirma el Evangelio. Por esta razón, rezamos de modo particular por los cristianos que padecen discriminaciones a causa del testimonio hecho a Cristo y al Evangelio. De ahí la invitación de Francisco de estar cercanos a estos hermanos y hermanas nuestros que, como San Esteban, son acusados injustamente y hechos objeto de violencias de todo tipo.
El Papa Francisco también dijo que esto sucede especialmente “donde la libertad religiosa aún no está garantiza o no ha sido plenamente realizada”. Sin embargo, añadió, sucede también en países y ambientes en los que se tutelan la libertad y los derechos humanos, pero donde, de hecho, los creyentes, y, especialmente los cristianos, encuentran limitaciones y discriminaciones. Lo cual no asombra a los cristianos, porque Jesús lo preanunció como ocasión propicia para dar testimonio. Mientras en el ámbito civil, “la injusticia debe ser denunciada y eliminada”.
El Santo Padre concluyó pidiendo a María, Reina de los Mártires, que nos ayude a vivir la Navidad con ese ardor de fe y de amor que brilla en San Esteban y en todos los mártires de la Iglesia.
(María Fernanda Bernasconi – RV).

Fuente:: News.va

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familiaDos campañas: una campaña audiovisual, a través de las redes sociales, y otra campaña-concurso son algunos de los medios por los que la Delegación de Actos Públicos del Arzobispado de Madrid pretende motivar la participación de las familias en esta VII edición de la Fiesta de la Sagrada Familia que se celebrará en la Plaza de Colón del 27 al 29 de diciembre.

La campaña Descéntrate 

Se propuso a varias productoras la realización de un vídeo que presentara la esencia de la familia cristiana de una manera novedosa e impactante, Ángel del Palacio, realizador y editor presentó un guion fuera de lo común. “Sentí ese vuelco del corazón que ocurre cuando te presentan una gran idea.: DESCÉNTRATE. Una provocación que valdría para todos, sin embargo era una provocación constructiva, afianzada en estos valores que queríamos transmitir y tocando en cada fotograma los temas que indicamos” dice Mª del Mar Ripoll, coordinadora de DAP.

Un vídeo que ha comenzado a lanzarse en las redes sociales, y que está expandiéndose a muchos españoles católicos y no católicos que se sienten identificados con la realidad familiar que se presenta. Frase tras frase que presenta las diferentes formas de amor que se dan entre los miembros de una familia de una manera original e impactante en menos de un minuto con este texto en voz en off:

“Cuando naces te conviertes en el centro para otras personas. Pacientes, esas personas, te cuidan día a día. Te regalan su amor y su cariño. Te enseñan a compartir. A ser más tú siendo un nosotros. Te dan un hogar donde aprendes a caminar. Donde lloras, ríes y creces. Donde siempre puedes volver. Y es que la familia está formada por “descentrados”. No es que estén despistados. Es que han dejado de ser el centro de su propia vida Para permitir que otros ocupen ese lugar. Es un amor generoso, al ritmo del más lento. Pero vivir “descentrado” lleva toda una vida. Porque en el día a día hay momentos difíciles Que empujan a centrarse en uno mismo. Por eso, todos nosotros, necesitamos “descentrados” que nos ayuden a seguir adelante”. “¡Descéntrate!”

Una iniciativa que invita a descentrarse, es decir a salir de uno mismo para darse a los demás, acción que se da en una familia continuamente.

Te presento a mi familia

Otra campaña promocional, propuesta por la agencia COMUNICA+A, consiste en un concurso en el que las familias que quieran podrán enviar fotos o vídeos presentando cómo es su familia. De esta manera se busca empatizar con todas las familias que irán a la celebración y con las que todavía se lo están pensando. Una manera divertida de presentar a la familia cristiana en la grandeza de su vida cotidiana y mostrando la gran pluralidad de familias que con un mismo objetivo, seguir a Cristo, se concentran para celebrar la Fiesta de la Sagrada Familia. El vídeo o foto más visitado o votado por el “me gusta” de las redes sociales será el ganador del concurso, la familia ganadora se encargará de presentar las ofrendas en la Misa del 29 de diciembre en Colón. También durante los actos previos a la Misa se proyectarán en las pantallas instaladas en Colón todos los vídeos y fotos que hayan participado.

Objetivos y público al que se dirige

El contenido del que han partido estas novedosas iniciativas, está basado en la moral social y familiar cristiana: mostrar el matrimonio cristiano como patrimonio de la humanidad, la apertura a la vida, la educación de los hijos en la fe como elemento básico, el noviazgo humano y cristiano, y los “descartes” de los que habla el Papa Francisco: los ancianos y los jóvenes como miembros fundamentales en la familia y a veces olvidados.

En ediciones anteriores se recurrió a la comunicación por medios convencionales e internet, y a través de los anuncios de las familias en las parroquias los días previos a la fiesta. Pero en esta VII edición, además de recurrir a estos medios, había que mostrar esta celebración de una forma novedosa y de una manera que se pudiera llegar a las personas que no van a la iglesia y que nunca sabrían de este evento ni verían el cartel. Por eso, estas iniciativas a través de las redes sociales hacen que católicos y no católicos sean conscientes de la importancia de esta fiesta, saliendo así a las periferias como insiste tanto el Santo Padre. A la vez, desde la DAP se espera que la comunicación a través de Descéntrate y Te presento a mi familia se obtengan unos objetivos: la difusión de los valores humanos, y por tanto cristianos, relacionados con la familia; sembrar un mensaje esperanzador y alegre a las familias; y mostrar a la familia como cobijo y solución de la crisis.

(Arzobispado de Madrid)

Fuente:: SIC

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taizeMás de 200 jóvenes valencianos participarán a final de año en un encuentro europeo de oración en Estrasburgo convocado por la comunidad ecuménica de Taizé.Está previsto que el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, presida mañana, jueves, una misa de despedida para los jóvenes participantes, que tendrá lugar a las 20:30 horas, en la Basílica de la Virgen.
La salida en autobús tendrá lugar el próximo viernes, día 27, a las 12 del mediodía desde el Puente del Mar de la Alameda, desde donde partirán este año tres autobuses, según han indicado hoy a la agencia AVAN fuentes de la Acogida de Taizé de Valencia que ha preparado la peregrinación desde Valencia. Igualmente, varios jóvenes acudirán a Estrasburgo por cuenta propia, en vehículos o en avión.

El encuentro europeo de oración en Estrasburgo se celebrará del 28 de diciembre al 1 de enero de 2014, y está dirigido a jóvenes de entre 17 y 35 años.

La programación incluye oraciones comunitarias “en las iglesias de la ciudad francesa y en su Feria de Muestras” y celebraciones en las parroquias de acogida, así como talleres “para profundizar en la fe, la vida interior, sobre la solidaridad y fraternidad”.

Igualmente, durante su estancia en Estrasburgo, los participantes valencianos, al igual que el resto, “serán acogidos por familias”. Los jóvenes regresarán el día 2 de enero.

La Comunidad de Hermanos de Taizé fue fundada en esta localidad francesa en 1940 y organiza cada año, entre otras actividades, encuentros internacionales de oración. En la actualidad, en Valencia, numerosos jóvenes se reúnen mensualmente en la llamada “oración al estilo de Taizé”, en el colegio de San José de Calasanz de los escolapios. Además, celebran una oración itinerante mensual, que recorre diferentes localidades valencianas el último domingo de cada mes.

(Arzobispado de Valencia)

Fuente:: SIC

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