Santos (Lunes, 23-12-2013, Gaudium Press) Desde el día 8 de diciembre, el Santuario de San Antonio de Valongo, localizado en la ciudad de Santos, en el litoral de San Pablo, Brasil, recibe la 20º Exposición de Pesebres Internacionales.

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Hechos con materiales como cristal, madera, papel, mármol y concha, las cerca de 50 obras de la muestra, venidas de países como Bélgica, Francia, Jordania, Perú y Angola, retratan de diversas formas el nacimiento del Niño Jesús.

Considerada una de las principales atracciones de la exposición, el pesebre de aproximadamente 100 piezas retrata la historia de la salvación, desde la concepción hasta el nacimiento de Jesús en Belén, representando una catequesis.

Además de eso, otras obras en destaque son «Eterna Luz de los Hombres», de Irlanda, hecho en cristal; «Sin Fronteras», de Angola, hecho en madera; «De las tinieblas de la noche surge la luz», de España; y «A Dios, quien busca, él se deja encontrar», de Italia.

La expectativa de la organización es que cerca de 20 mil personas pasen por el lugar hasta el día 26 de enero del próximo año. (LMI)

Fuente:: Gaudium Press

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Durante último domingo de Adviento, Iglesia de San Bernardo celebró ordenación sacerdotal y diaconal, en Chile

San Bernardo (Lunes, 23-12-2013, Gaudium Press) Con la presencia de sacerdotes, religiosos, familiares y comunidades eclesiales, se llevó a cabo la tarde del domingo 22 de diciembre, la Santa Misa en la que el diácono Álvaro Aedo recibió la sagrada orden del presbiterado y el seminarista Matías González la sagrada orden del diaconado respectivamente.

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La celebración se desarrolló en la Iglesia Catedral de San Bernardo y fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Juan Ignacio González. En su homilía el prelado instó a los presentes a «mirar a Jesús y dejarse mirar por Él», y destacó que en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, el Papa Francisco nos invita a «mantener un ideal misionero que se funda en una entrega sin límites».

«Nadie camina sólo, necesitamos de la comunidad cristiana y de nuestros hermanos sacerdotes… Mirar al pueblo y a los que más sufren… Dar ejemplo de una vida santa y entregada…», citó el pastor. Por eso, hizo un llamado a los asistentes a rezar con fervor por las vocaciones al sacerdocio y especialmente por los nuevos ordenados.

Tras las palabras del obispo, Álvaro Aedo y Matías González se postraron en el piso del altar y entonaron las Letanías de los Santos. Luego monseñor González impuso sus manos a los ordenados para finalmente presentarlos a la comunidad, quien los acogió con un prolongado y entusiasta aplauso.

 

 

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«Hay que meterse en la realidad del Belén, ahí no hay discusión, ahí no hay egoísmos»: Cardenal Cipriani

Lima (Lunes, 23-12-2013, Gaudium Press) «Lo más grande que ha ocurrido en la historia de la humanidad es el nacimiento del hijo de Dios, no hay nada más grande. Dios, el autor del mundo, el dueño de la humanidad; ese ser que para algunos será el desconocido, para nosotros los católicos es nuestro padre, para tantos que somos hijos de Dios, bautizados», afirmó el Cardenal Juan Luis Cipriani Torne, Arzobispo de Lima, el pasado sábado 21 de diciembre durante el programa ‘Diálogo de Fe’, donde habló sobre el verdadero sentido de la Navidad.

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Foto: Arzobispado de Lima.

Recordó que Dios se hizo hombre e irrumpió en la historia de la humanidad, una historia que -como afirmó- «podemos revivirla porque sabemos que para Dios no hay pasado ni presente. El hijo de Dios nació en ese momento, pero ese nacimiento de Dios en el alma de cada uno se repite hoy y se repetirá el día 25».

En este sentido, manifestó con tristeza que el mundo de hoy no está reconociendo que en Navidad ocurre el hecho más grande, un acontecimiento que en no pocas ocasiones se vive en un clima de silencio. Por lo que llamó a descubrir lo grandioso que hay en cada instante de la vida. «En lo pequeño de cada día se esconde algo grandioso que le toca a cada uno descubrir (…) Jesús ha querido venir también para resaltar no solo lo divino, también le interesa mucho lo humano, tu vida, tu familia, tu trabajo. Esa mezcla en Navidad hay que rescatarla», continuó.

También dijo que si algo está en crisis hoy es la verdad, y que Jesús nace y viene para justamente decir: «Traigo la alegría en la verdad, traigo ese silencio para que meditemos estos días con mayor franqueza, traigo la pobreza, en este mundo tan materialista en que todo es regalo».

Al respecto el purpurado añadió: «Veo a los chicos que si no hay un buen regalo están muy tristes; si no hay una fiesta que acaba a las 4 de la mañana es una pésima fiesta; si los papás no les ponen unos vestidos o ropas que faltan el respeto a sus cuerpo, están tristes; los estamos malcriando. Tenemos que ser valientes y darnos cuenta que ese niño no es puro regalo, también es amor, cariño, besos; y también un detalle material».

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Foto: Arzobispado de Lima.

Asimismo, señaló que ve con gozo cómo muchos jóvenes participan de iniciativas solidarias durante Navidad llevándole alegría a los niños, a los enfermos y necesitados; y llamó a todos para que se fortalezca el clima navideño desprendiéndose de cóleras y preocupaciones, y metiéndose «en la realidad del Belén, ahí no hay egoísmos, no hay excusa, déjate estar y que Dios te posea, deja que Jesús de mire».

Finalmente, elevó una oración a Jesús para que bendiga todos y haga a cada quien un poco más sencillo y cercano a la Familia de Nazaret.

Con información del Arzobispado de Lima.

 

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«En la vida del Niño de Belén, la Fe celebra la manifestación de la propia vida y de su sacralidad», afirma Arzobispo de Porto Alegre, Brasil

Puerto Alegre (Lunes, 23-12-2013, Gaudium Press) «Tiempo de expectativa». Este es el título del último artículo de Mons. Jaime Spengler, Arzobispo metropolitano de la Arquidiócesis de Puerto Alegre, en el Estado de Río Grande del Sur, Brasil. En su reflexión, el prelado afirma que nos estamos aproximamos a la fiesta de Navidad, y el tiempo que antecede a la fiesta está marcado por empeños, preparación, organización y programación, además del deseo de encontrar y re-encontrar familiares, amigos y conocidos.

De acuerdo con el Arzobispo, tales actitudes se hacen presentes de forma más intensa y vigorosa en el tiempo que antecede a la Navidad. Para él, son actitudes que, de cierto modo, vienen al encuentro de nuestros anhelos por un mundo de fraternidad, de ternura, de reconciliación y de paz.

Mons. Jaime explica que el período de la Navidad nos recuerda el valor de la convivencia, de la necesidad de cultivar relaciones de familiaridad, de amistad, de ternura; nos recuerda la posibilidad de un mundo marcado por la armonía, por la belleza, por el encanto, por la simplicidad; por el cultivo de la dimensión del encuentro; encuentro entre familiares, amigos y vecinos. «Todo esto se expresa en las tantas cenas navideñas, en el intercambio de regalos, en las visitas, e incluso por las vacaciones», completa.

Pero la Navidad es, sobre todo, una celebración de Fe en la encarnación de Dios, enfatiza el prelado, que además subraya que este es el mayor evento de la historia.

Según él, el acontecimiento del nacimiento de Cristo fue marcado por varios símbolos: las velas, las luces, los ornamentos, el árbol, el buey, el burro, los pastores, la dama María, el varón José y el niño Jesús. «Por atrás de todos estos símbolos está una comprensión velada en torno a la sacralidad de la vida. Ahora, toda vida es sagrada. Por eso, en la vida del Niño de Belén, la Fe celebra la manifestación de la propia vida y de su sacralidad», expresa.

El Arzobispo también resalta que durante ese tiempo, nuestros ojos están dirigidos a la pequeña ciudad de Belén, y con la mirada vuelta hacia allá, recordamos el camino recorrido por el pueblo de Israel.

Conforme Mons. Jaime, este camino fue marcado por la expectativa, por la súplica, por la esperanza de que los Cielos derramasen desde las alturas su rocío, y las nubes lloviesen al Justo.

«¡Y la esperanza no decepcionó! El Justo no solo se hizo carne de nuestra carne, sino pasó a caminar con nosotros; pasó a participar en primera persona de la condición y de la historia humana: ¡él se hizo el Dios con nosotros! No estamos solos», destaca.

Por último, el prelado afirma que somos invitados a hacer el camino de Belén y allí entrar, pues el lugar nos recuerda nuestra humanidad y fragilidad. Él evalúa que es por eso que las festividades navideñas, con su preparación, nos hablan de la condición humana, marcada por nobleza, dignidad, fragilidad y posibilidades, que resucitan la esperanza de un mundo mejor.

«A través de la misma, somos invitados a preparar los caminos del Señor e ir a su encuentro. De Él que se hace carne de nuestra carne, dejándose revestir de los paños de nuestra fragilidad, para mostrarnos siempre y de nuevo, que en la vida de un niño se manifiesta la propia Vida y la comunicación del propio Misterio», concluye. (FB)

 

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En el seno de la Virgen María nos encontramos con Dios, afirma Obispo de Córdoba, España

Córdoba (Lunes, 23-12-2013, Gaudium Press) En su carta pastoral semanal, el Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, resaltó que «el misterio de la Navidad consiste en la proximidad de Dios que entra en nuestras vidas».

«El niño que nacerá no es un niño cualquiera. Es el Hijo eterno de Dios. Él existe desde siempre, con el Padre y el Espíritu Santo», explicó el prelado destacando que nuestra primera actitud delante de este niño es de adoración. «Nos prostramos profundamente delante de aquel que nos supera y nos transborda, porque él es el creador de todo y en él fuimos pensados y creados desde toda la eternidad».

«¿Cómo iríamos imaginar que Dios se aproximaría tanto, al punto de hacerse uno de nosotros, para que lo pudiésemos acoger en nuestros brazos?», dijo.

Recordando las palabras de San León Magno, Mons. Demetrio Fernández explicó que la Navidad «es el misterio del Hijo de Dios que se hizo hombre, para que los hombres sean hechos hijos de Dios. He aquí la raíz más profunda de toda la dignidad humana y de todos los derechos humanos. La persona vale porque está hecha a imagen y semejanza de Dios».

El Obispo de Córdoba afirmó también que «el lugar del encuentro de Dios con los hombres y de los hombres con Dios es realizado en el seno virginal de María».

Al final del mensaje, el prelado pidió a los fieles para que vivan la Navidad con la alegría y sorpresa de los niños, aproximándose al Hijo de Dios que se hizo hombre. (EPC)

Con informaciones de ACI.

Fuente:: Gaudium Press

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Puerto Príncipe (Lunes, 23-12-2013, Gaudium Press) Una invitación a vivir la Navidad con esperanza y a través del encuentro fraterno es la que ha hecho la Conferencia Episcopal de Haití (CEH) en su mensaje para este fin de año.

En el texto, que fue publicado en francés, los Obispos de Haití también hacen referencia al drama sociopolítico que coexiste aún en varios países, entre ellos el país caribeño, y señalan que este drama «es similar en muchos aspectos al de la tierra de Jesús», ya que «el trágico destino de nuestro pueblo está marcado por grandes sufrimientos y situaciones de conflicto que impactan la vida de los haitianos», sobre todo tras el devastador terremoto que afectó a millones en enero de 2010, y del que aún se viven las consecuencias.

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Foto: Noticelam.

Recordando que el Niño Jesús fue víctima de amenazas y de exclusión cuando José y María debieron huir a Egipto, comparan esta situación con la de muchas familias haitianas: «el Niño fue víctima de amenazas y exclusión. María y José huyeron con él a Egipto. Como él, muchas familias haitianas siguen huyendo afrontando el mar, arriesgando sus vidas cruzando la frontera, sufriendo humillación, rechazo, exclusión y la negación de sus derechos fundamentales. En sus viajes al extranjero en busca de una vida mejor se encuentran con el abuso, la degradación, la xenofobia e incluso la muerte».

Aunque el contexto de la Navidad llama a la esperanza, los Obispos haitianos también describen la difícil realidad que sigue afectando a Haití: «hoy en día, seguimos creando situaciones de desconfianza y exclusión que paralizan nuestro presente, amenazan nuestro futuro y contribuyen a enajenar nuestras relaciones con Dios, con nosotros mismos, con los demás y con el medio ambiente».

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Foto: Caritas.

Situaciones que los prelados enumeran: «Las intestinas e interminables luchas por el poder; la falta de respeto a los demás, las normas y las leyes; la crítica negativa y destructiva; la decadencia moral y la decadencia de la moral; la mala gestión y la corrupción administrativa; la polarización política, a causa de bloqueo; el aumento de la intolerancia, desprecio por los demás; la brecha abierta cada vez más entre los que tienen y los que no tienen».

Finalmente, dando una voz de aliento, lo Obispos recuerdan: «La celebración del Emmanuel, que da a las familias la oportunidad de encontrarse, tanto para nosotros los haitianos, hombres y mujeres, hijos e hijas de la misma tierra», es «la posibilidad de un encuentro fraterno para salir de nuestras noches de miedo, de desconfianza, de exclusión, de confrontación».

Con información de Radio Vaticano, Fides y Aleteia.

 

Fuente:: Gaudium Press

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Del 24 al 30 de diciembrePrevisiones de la semana
(RV).- (Con audio) Del 24 al 30 de diciembre El martes 24 de diciembre, a las 21.30 el Papa Francisco presidirá en la Basílica Vaticana la Santa Misa de la Noche en la Solemnidad de la Navidad del Señor.
Por la tarde se inaugurará el Pesebre de la Plaza de San Pedro. Y al término de la ceremonia, el Santo Padre suele encender la “Luz de la Paz” que se coloca en la ventana de su estudio privado.
El miércoles 25 de diciembre, Navidad del Señor, no tendrá lugar la audiencia semanal. A mediodía el Papa Francisco dirigirá desde el Balcón de la Bendición el tradicional Mensaje natalicio a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro y a cuantos lo escuchen a través de la radio y la televisión, e impartirá, al término, su Bendición Apostólica “Urbi et Orbi”, es decir, a la ciudad y al mundo.
Por su parte, en la Basílica de San Pedro, el Cardenal Arcipreste Angelo Comastri, presidirá la Santa Misa del día a las 10.30.

En Belén, el Patriarca Latino de Jerusalén, Su Beatitud Fouad Twal, presidirá la Santa Misa en a Basílica de la Natividad.
El jueves 26 de diciembre, en la memoria litúrgica de San Esteban, primer mártir, el Papa Francisco rezará a mediodía la oración del Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
El viernes 27 de diciembre, memoria litúrgica de San Juan Apóstol y evangelista, en la Basílica romana de San Pablo Extramuros a las 17.30 se celebrarán las Primeras Vísperas en su honor. El predicador será el P. Edmund Power, O.S.B. Abad de San Pablo Extramuros. Se trata de la quinta y última cita de la serie de Vísperas en honor de los Evangelistas y de San Benito en el ámbito de las iniciativas organizadas por la Comunidad monástica benedictina de esa Basílica con motivo del Año de la fe recién concluido. Estas Vísperas estarán acompañadas por pasajes de música sacra.
El domingo 29 de diciembre el Papa Francisco rezará a mediodía el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
El lunes 30 de diciembre se celebra a la Sagrada Familia de Jesús, María y José.
Producción de María Fernanda Bernasconi. (hispano@vatiradio.va)
El espacio “Previsiones de la semana”, se transmite los lunes en la emisión informativa de las 11,30 UTC.

23 de diciembre

Fuente:: News.va

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Face_navidad_2013

Fuente:: SIC

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Con María y José caminamos juntos a Belén, recuerda el Papa a la hora del Ángelus del IV domingo de Adviento
(RV).- El Santo Padre Francisco rezó la oración mariana del Ángelus con los miles de fieles y peregrinos que se habían dado cita en la Plaza de San Pedro en el IV Domingo de Adviento. Antes de invocar a la Madre de Dios, el Obispo de Roma recordó que en esta ocasión el Evangelio nos relata los hechos que precedieron al nacimiento de Jesús, y que el evangelista Mateo nos los presenta desde el punto de vista de San José, el esposo prometido de la Virgen María.
Se trata de un Evangelio que nos muestra toda la grandeza de espíritu de San José. Puesto que para él, que estaba siguiendo un buen proyecto de vida, Dios le reservó una misión más grande. El Papa también destacó que José “era un hombre que escuchaba siempre la voz de Dios”, “un hombre atento a los mensajes que le llegaban de lo profundo de su corazón y de lo alto”. Y dijo que “no se obstinó en perseguir su proyecto de vida”, ni “permitió que el rencor le envenenara el ánimo”, sino que estuvo dispuesto a la novedad que, “de modo desconcertante”, se le presentaba.
Por esta razón, dijo Francisco, San José se volvió “más libre y grande aún”. Libertad que, como afirmó el Papa Bergolio, “nos interpela” a todos y nos muestra el camino. De ahí que el Pontífice afirmara que nos disponemos entonces a celebrar la Navidad contemplando a María y a José: María, la mujer llena de gracia que tuvo el valor de encomendarse totalmente a la Palabra de Dios, y José, “el hombre fiel y justo”, que prefirió “creer al Señor en lugar de escuchar las voces de la duda y del orgullo humano”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).

Fuente:: News.va

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Redacción (Domingo, 22-12-2013, Gaudium Press)

«El Creador que tiene todo en sus manos, del que todos nosotros dependemos, se hace pequeño y necesitado del amor humano».
Benedicto XVI, Homilía de Nochebuena, 2008.

Ya habrían pasado unos novecientos años después de que el profeta Elías había descubierto la presencia de Dios no en la tormenta, ni en el poder del terremoto, sino en una brisa suave y apacible cuando acudió al encuentro del Señor en el monte Horeb. En el corazón de Belén, Dios, Creador del universo, Todopoderoso, el Señor de los Ejércitos, descendía al encuentro del hombre. Pudo elegir llegar con la música celestial del coro de los ángeles, vestido de gloria y majestad. Pudo revelarse con el poder para regirlo todo y atraer de manera irresistible a la totalidad del género humano a sus pies. Pero en la noche de Navidad, nuevamente Dios no estaba en la tormenta, ni en el terremoto. El Señor se hacía visible a los ojos de los hombres pequeño, desnudo e indefenso.

El misterio de la Encarnación de Dios está revestido de silencio. El arcángel ya había anunciado a la Santísima Virgen el extraordianrio privilegio de su elección como Madre del Mesías con una perfecta discresión. San José, su esposo, también recibió la explicación del milagro en sueños, en medio del silencio de Santa María y el propio silencio con que pretendía repudiarla. La Sagrada Familia había llegado a Belén sin anuncio alguno, sin preparativos dignos de la presencia real de Cristo entre los hombres. Y, finalmente, la siempre Bienaventurada encontró refugio en una cueva, en el silencio de las entrañas de la tierra, para dar a luz la Luz verdadera que ilumina a todo hombre.

Dios se presenta pequeño, dependiente, necesitado del hombre. El pueblo elegido recibía a su Rey y su Libertador, quien venía a gobernar a todos los pueblos con justicia, el nombre sobre todo nombre, ante quien toda rodilla se dobla. Pero Dios, el Amor, parecía necesitar del amor de los humanos. El amor de una Madre que lo alimentara y le diera abrigo. El amor de un padre adoptivo que lo protegiera y trabajara con esfuerzo para proveer sus necesidades. El amor de los pastores y los reyes que con corazón puro venían a adorarlo y a regalarle lo mejor en sus obsequios, ricos o sencillos.

El Papa Benedicto XVI, en su homilía de Nochebuena de 2008, recordó el pensamiento del teólogo Guillermo de S. Thierry, quien en el siglo XII retrató esta particular revelacion del Todopoderoso: «Dios ha elegido una nueva vía. Se ha hecho un niño. Se ha hecho dependiente y débil, necesitado de nuestro amor. Ahora -dice ese Dios que se ha hecho niño- ya no podéis tener miedo de mí, ya sólo podéis amarme».

Ese ciertamente parece ser el mensaje del Divino Infante cuando nos inclinamos ante su presencia en la noche de Navidad. El Niño, un pequeño bebé, se deja cargar en nuestros brazos débiles, busca las caricias de nuestras manos indignas. El Dios que sostiene la creación entera se muestra como la más pequeña de sus creaturas y sin recurrir a la irresistible fuerza que doblegaría al instante cualquier voluntad, seduce al alma humana y la gana para sí por la fuerza de su belleza pura, de su encanto.

El Cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York, relataba en su libro «La Verdadera Libertad» cómo los niños recién nacidos rompen por completo la pesada cadena del egoísmo humano: «Nada cambia la vida tanto como un bebé; nada transforma más del egoísmo a la entrega desinteresada como lo hace un bebé, nada nos llama de nuestra narcisista auto absorción en un universo de uno a un mundo de solidaridad como lo hace un bebé», describía el Purpurado. «»Esta nueva vida, tan inocente y tan extremadamente dependiente de los otros, es el catalizador perfecto para mover a una pareja a darse de sí mismos de una manera completa a otro».

En el plan de salvación trazado por Dios, el rostro del Niño en el pesebre de Belén contenía una lección fundamental. El misterio insondable de la divinidad se hizo visible, palpable, evidente a los sentidos humanos. Pero más aún. Se hizo amable, entrañable. En la desnudez del nacimiento de Jesucristo, Dios eligió vestirse del amor de los hombres.

Gaudium Press / Miguel Farías.

 

Fuente:: Gaudium Press

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