P. Lombardi entrevista al Card. De Paolis sobre la Legión de Cristo

Ciudad del Vaticano (Jueves, 09-01-2014, Gaudium Press) Con motivo del Capítulo Extraordinario de los Legionarios de Cristo, que se desarrolla en Roma para elegir superiores y preparar nuevas Constituciones, el Delegado Pontificio a la Legión, Cardenal Velasio De Paolis, concedió una entrevista al P. Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede.

El purpurado hizo un recuento de los hitos principales de sus tres años y medios como Delegado, habló sobre los pasos previos al Capítulo, profundizó sobre el carisma de la Legión y el Movimiento Regnum Christi, y se expresó sobre su futuro en esta misión específica de Delegado, entre otros temas.

A continuación el texto completo de la entrevista:

P. – Eminencia, el próximo 8 de enero inicia el Capítulo de los Legionarios di Cristo; representa un paso ulterior y fundamental del largo camino de renovación que usted ha guiado por encargo del Santo Padre. Quiere resumirnos brevemente los pasos y los eventos principales de este camino de preparación, de su nombramiento hasta el Capítulo…

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Cardenal De Paolis

R. – Quisiera ante todo especificar que este camino no es el inicio del asunto de la Legión y del Regnum Christi, sino una etapa. La primera etapa es el asunto del Fundador; la segunda la visita de los cinco obispos enviados por el Santo Padre para darse cuenta de esta realidad; y la tercera etapa, precisamente, el nombramiento del Delegado Pontificio. Es importante subrayar esto, ¿por qué? Porque la visita de los cinco Visitadores aportó un resultado de reflexión, de evaluación y también de ponderación sobre el futuro.

Cuando el Santo Padre nombró al Delegado Pontificio había ya emitido en el Boletín oficial un juicio severo sobre las acciones del Fundador de la Legión, pero no de tal modo que destruyera la realidad misma de la Legión: si el Papa nombra un Delegado, implícitamente niega que se deba dar un juicio sustancialmente negativo sobre la Legión misma. Él, al inicio de la Bula de nombramiento, dice: «Hay un gran número de sacerdotes con celo y comprometidos en el camino de santidad». Precisamente porque estaba esta premisa de confianza, esta etapa – que comenzó con el nombramiento del Delegado Pontificio – era más un nombramiento positivo, es decir, quería volver a trazar el camino junto a los Legionarios para llevarlos, a través de un periodo de reflexión, de renovación, también penitencial, a revisar el proprio carisma, a reescribir las propias Constituciones y por tanto a retomar el propio lugar positivo en el seno de la Iglesia.

Es necesario decir esto porque se consideraba cerrado, de algún modo, el examen sobre el Fundador; se consideraban también cerradas las visitas en los distintos lugares. Era necesario entonces actuar en el interior del Instituto para hacer reflexionar a las personas y ayudarlas a superar las dificultades. Esta ha sido precisamente nuestra tarea. El Papa dice que, entre tantas tareas, la principal es la revisión de las Constituciones. Tenían unas Constituciones que no habían sido redactadas según los criterios del post-Concilio, sino que tenían aún los criterios tradicionales: un texto muy largo, pesado, también farragoso, donde no se distinguían las normas constitucionales de las otras y se reflejaba también una mentalidad que – a nivel disciplinar – no distinguía tampoco la gradualidad de las leyes, la importancia de las leyes y por lo tanto, tampoco la sustancia de la disciplina, de otras leyes que son útiles, quizás también necesarias, pero no características. Un mar de normas dentro del cual el mismo carisma se diluía, o se hacía al menos difuso y era difícil concentrarlo. Esta era la tarea principal.

P. – ¿Y cómo procedió con sus colaboradores para afrontar la situación?

R. – Se comenzó precisamente recordando a los mismos Legionarios lo que dijeron los Visitadores, porque debíamos empezar desde ahí. De hecho presentamos en varias conferencias a todos los que se encontraban en Roma – en Roma había 400-500, entre estudiantes y sacerdotes – las observaciones que habían hecho los Visitadores. Ellos grababan estas conferencias, que luego eran enviadas a toda la Legión. Cuando empezamos, hubo -podemos decir- una división en dos grupos: uno que acentuaba el hecho de que se había contaminado el gobierno del Instituto, por lo cual -de algún modo-, no se podía esperar nada nuevo; y otro grupo, en cambio, que no lograba captar la novedad porque veían casi todo positivamente, es más, pensaban que su característica que les había impedido caer en los defectos de otros Institutos religiosos, era precisamente la de ser un realidad bien unida. En realidad ellos habían caído en una trampa mucho más peligrosa, que era la del Fundador mismo. Recorrimos este camino encontrando los problemas relativos a las consecuencias del comportamiento del Fundador respecto a las víctimas. Encontramos problemas de orden económico, porque los Legionarios no son tan ricos como se piensa: la situación económica había empeorado, tanto a nivel mundial por la crisis financiera como a nivel institucional para ellos, porque la fama perdida había disminuido los estudiantes en sus colegios y por tanto sus ingresos económicos.

Después hubo, sobre todo, el problema de las Constituciones, sobre el cual se trabajó más. La cuestión principal era revisarlas, principalmente en algunos puntos centrales. ¿Cuáles eran? La distinción clara, más clara y precisa, del fuero interno y fuero externo, fuero sacramental y fuero, -digamos- disciplinar, externo. Era necesario, en modo particular, reafirmar que la autoridad no es arbitraria, sino que debe actuar en el marco de un Consejo; tenían una cierta constitución de autoridad muy difusa y fraccionada, con muchos elementos de incertidumbre. En suma, recondujimos todo el problema a la elaboración de las Constituciones según las indicaciones del Concilio, del post-Concilio y del Código de Derecho Canónico. Y el trabajo más grande fue precisamente en torno a este tema. Después hubo todo el trabajo para renovar a los superiores, que era muy importante: al inicio dejamos que los superiores permanecieran en su puesto.

Esta era una exigencia necesaria, porque nosotros que entrábamos no podíamos actuar ni gobernar sin conocer la realidad. Nos pareció más útil y más eficaz dejar a los superiores, pero bajo el seguimiento de nuestra presencia; por ello nos esforzamos por estar siempre presentes en las reuniones del Consejo general. Ellos podían disponer de su gobierno, pero no podían decidir nada sin nuestra presencia.

Por lo tanto, se dio esta ósmosis de diálogo continuo; teníamos al menos una vez a la semana la reunión de los dos Consejos; yo tenía mi Consejo y ellos tenían su Consejo. Así iniciamos este diálogo, en el que tratamos todos los grandes problemas: los problemas del Fundador, los problemas de la formación, los problemas del Regnum Christi y también los problemas disciplinares, porque si bien no eran muy numerosos los casos de sacerdotes que se habían manchado con delitos en la Iglesia, también los había en la Legión, como los hay también en otros Institutos. Este es el cuadro general de cómo actuamos.

P. – Creo que el Capítulo ahora tiene fundamentalmente dos tareas: renovar el gobierno con elecciones y la aprobación de las Constituciones. Pero si el trabajo de las Constituciones se ha ya llevado a cabo, ¿en qué cosa debe aún intervenir el Capítulo en lo que a ellas se refiere?

R. – Hemos distinguido tres grandes etapas en el Capítulo. La primera etapa es una verificación del camino recorrido; un examen de conciencia -lo hemos llamado así- hecho ante las acusaciones que han sido dirigidas, cómo las hemos verificado y cuál es el compromiso que tenemos que asumir para superar estas dificultades. Se reconoció también un compromiso penitencial, que debería llevarnos a reconocer, también públicamente, estas responsabilidades, pero como compromiso de cada uno a saber asumir el sufrimiento que deriva de esta situación, como expiación para renovar la Legión y por lo tanto encontrar el lugar adecuado dentro de la Iglesia.

El segundo momento debería ser el nombramiento de nuevos superiores que deberán después gobernar el Instituto. El tercer momento es la revisión de las Constituciones, que debería ser sencillo, precisamente porque hemos trabajado en ello durante estos tres años y medio. Fue consultada toda la Congregación y presentamos a los capitulares un texto de las Constituciones, con el auxilio de las fuentes y del camino recorrido. Es de esperar que ahora no lleve mucho tiempo, aun si el camino -conociendo las situaciones- podría presentar también obstáculos porque todos tienen un poco el deseo de hacer propuestas adicionales. Pero también es cierto que el texto emanado por el Capítulo no será el texto definitivo, porque deberá después presentarse al Santo Padre para la revisión y por tanto, también para la ulterior aprobación definitiva.

P. – Un punto que es muy importante en este asunto es la relación entre el Fundador y el carisma. Normalmente en los institutos religiosos el carisma está vinculado estrechamente a la experiencia y a la figura del Fundador; en cambio en este caso, se necesitaba separarlos radicalmente. A su modo de ver, ¿se ha logrado esto, de tal modo que se pueda identificar un carisma autónomo, distinto respecto a la figura del Fundador?

R. – Este tema en sí nos tocaba solo en parte, porque implícitamente ya había sido juzgado a partir de las conclusiones de los Visitadores y de los actos efectuados sucesivamente. Si hubieran identificado una inseparabilidad entre Fundador e Instituto, el tema se habría concluido; en cambio, el prever que la Congregación continuara adelante su camino con el carisma, admitía implícitamente que tal vez hubiera ya un carisma válido.

Pero también es cierto que el Santo Padre en la Bula de nombramiento habla de revisar en profundidad el carisma, cosa que nosotros intentamos hacer. Insertamos este carisma dentro de una realidad más grande que existía en torno al Fundador: el Regnum Christi. Se identificó un carisma del Regnum Christi, vivido de modo diferente según cada vocación: como laicos, como laicos consagrados y como religiosos sacerdotes. Y nos parece que la identificación sea bastante precisa. Solo que nosotros hemos preferido – yo principalmente – que más que hablar de «carisma», que es una palabra un poco problemática, se siga el Código que habla de «patrimonio», del «patrimonio del Instituto», es decir, de los elementos institucionales, porque si nos detenemos en el carisma en cuanto momento fontal y espiritual, nos encontramos con dificultades. Pero si nosotros pensamos en los aspectos institucionales, es decir, a un carisma entregado a la Iglesia y aprobado por la Iglesia, se puede identificar: son los religiosos sacerdotes, los laicos, los laicos consagrados quienes quieren vivir el Misterio de Jesús que anuncia el Reino con la espiritualidad típica de la realeza de Cristo – realeza de Cristo no bajo el aspecto triunfalista, sino bajo el aspecto de Jesús que triunfa desde la Cruz – y con la piedad eucarística muy acentuada, con la piedad mariana y con el apostolado – es decir, con el anuncio del Reino de Cristo, particularmente a través de la inserción en las universidades y estudios superiores. Si pensamos en todo esto, nos pareció que la fisonomía, la espiritualidad de este Instituto es bastante clara y precisa.

P. – En todo este camino, su evaluación es que el cuerpo de la Legión y del Movimiento Regnum Christi en sus aspectos esenciales haya reaccionado positivamente, con disponibilidad para este camino de renovación, de modo que ahora se pueda tener confianza verdaderamente, o estamos aún un poco en camino…

R. – Quisiera dar como premisa que nuestro trabajo ha sido preponderantemente sobre los superiores, porque este era el tema principal y sobre el cual se había articulado toda la discusión sobre la Legión misma, que se centró en su Fundador, que era superior y ¡superior absoluto! Baste pensar que él -así afirman- que él hacía y deshacía y que ¡ni siquiera se auxiliaba con el Consejo! Por lo tanto el problema era precisamente educarlos en una forma de gobierno donde los superiores fueran transparentes y los superiores fueran observantes del ordenamiento de la Iglesia y respetuosos de las reglas. Bajo esta perspectiva, no pudiendo nosotros tampoco estar en tan poco tiempo presentes en todos los territorios de la Legión y estando ocupados en tantas cuestiones por afrontar, seguimos el camino de cooperar con los superiores, o mejor, de buscar que los superiores cooperaran con nosotros para la renovación, particularmente acerca del ejercicio de la autoridad.

Convencidos de que el camino estaría en marcha una vez que la Legión estuviera dotada de superiores idóneos, y por lo tanto se podría proseguir. Me parece que esto dice también lo que ha sucedido. Se superaron también tensiones internas, que las hubo; ciertamente no han desaparecido, pero la gran mayoría es compacta. Me parece que el Capítulo inicia bajo buenos auspicios, porque habrá aún tendencias de apertura y de cerrazón de algunos, pero la tendencia fundamental es de aceptación del esquema de las Constituciones que se presenta. La característica que hay que subrayar es la de la absoluta obediencia a la Iglesia. Yo recuerdo, desde el inicio, que escribí en una carta que si ellos conservaban esta fidelidad y obediencia a la Iglesia, el camino no podía ser no positivo. A mí me parece que efectivamente ha habido obediencia a la Iglesia: no les he escuchado jamás quejarse contra la autoridad de la Iglesia ni contra nosotros que fuimos puestos ahí. Ciertamente, alguno, pero es normal… Bajo este aspecto podemos esperar que efectivamente estas Constituciones puedan ser adecuadas a su objetivo, sigan la renovación y den buen fruto. Constituciones que, por otro lado, deberán ser aprobadas por la Santa Sede cuando serán emanadas por el Capítulo general.

P. – ¿Con este Capítulo se afrontan los problemas de la renovación de la Legión o también del más amplio conjunto Regnum Christi, que es una muy grande realidad?

R. – Pienso que nuestro camino, bajo este aspecto, haya sido un camino nuevo porque antes el Regnum Christi era como un apéndice de la Legión: en cambio ha crecido la conciencia de que cada grupo tiene su autonomía, su identidad y también su disciplina, pero todos juntos forman -llamémoslo así porque hoy se habla de «movimiento» – un Movimiento, aun cuando es difícil definirlo con la palabra «movimiento», porque se trata de un conjunto de personas que quieren dedicarse al Regnum Christi en la Iglesia según la propia vocación. Por lo tanto esta gran unidad entre laicos, laicos consagrados y religiosos sacerdotes comprometidos en estrecha colaboración son cosas que hay que definir ulteriormente.

Es importante, sin embargo, subrayar que aquello que ha abrumado en cierto modo a la Legión por los escándalos acaecidos no ha tocado a este gran Movimiento del Regnum Christi. Por lo cual hay una gran porción, una gran realidad eclesial que queda intacta y que está sirviendo a la Iglesia, particularmente en el campo de la cultura religiosa, de las universidades católicas y pontificias y que es prometedor.

P. – Una última pregunta. Este asunto dio inicio con un mandato del Pontífice Benedicto XVI; ahora bien, durante este tiempo, aconteció también un cambio de Pontificado y ahora tenemos al Papa Francisco. El Papa Francisco ha entrado en pleno conocimiento de este asunto: ¿os sentís acompañados por él? ¿está bien informado de los que sucede?

R. – En estos tres años y medio me referí varias veces al Santo Padre Benedicto XVI e hice informes puntuales. El último informe, sin embargo, nos tomó fuera de lugar porque el Papa renunció poco después de que yo lo entregara. Cuando fue nombrado el nuevo Papa, sentí el deber de presentarle este informe a él, quien me llamó inmediatamente y después de algunos días me escribió también una carta, en la cual me confirmaba en mi trabajo, aprobaba el programa que le presentaba, que era precisamente el programa de las del Capítulo General, y me pedía que lo informara sobre el camino de preparación del Capítulo. Al final del mes de noviembre, a inicios de diciembre, entregué al Santo Padre el material de preparación. El Papa estuvo muy atento, muy cercano y quiere justamente seguir el camino que estamos recorriendo, porque – estas son sus palabras – «siente la gran responsabilidad, como Sucesor de Pedro, de dar seguimiento a la vida religiosa y consagrada».

P. – Con el Capítulo se prevé que se elija un nuevo gobierno del Instituto. ¿Se puede ya prever que si todo se desarrolla como se desea, se concluya después el mandato del Delegado, o es posible que el Delegado deba acompañar ulteriormente el camino?

R. – El mandato del Delegado, dado por Benedicto XVI, no tenía tiempos, pero el término estaba vinculado a la celebración del Capítulo extraordinario. Celebrado el Capítulo extraordinario, el mandato habría terminado.

Con información de Radio Vaticano

 

 

Fuente:: Gaudium Press

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Mixco-Guatemala (Jueves, 09-01-2014, Gaudium Press) Educación, alimento, abrigo y, sobre todo, cariño, es el que reciben unos 180 niños guatemaltecos que han padecido el abandono, el abuso y las consecuencias de la pobreza extrema, gracias a la labor que un grupo de religiosas de la Comunidad Pequeñas Apóstoles de la Redención en el Hogar Nuestra Señora Consoladora, situado en Mixco, Guatemala.

Desde hace 33 años, cuando fue fundado el Hogar, niños y adolescentes -a partir de los 3 años de edad hasta que cursan primaria- reciben protección de parte de las religiosas, gracias también a la generosidad de los guatemaltecos, quienes aportan víveres, recursos didácticos y económicos.

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El Horar atiende a 180 menores en situación de abandono.

«Aquí asistimos a los adolescentes de familias desestructuradas, niños abusados, abandonados y pobres; mientras que en las otras sedes en Santa Rosa y Sumpango, tratamos de darles, aunque sea mínimamente, un poco de amor de madre», expone la hermana María Eva Amórtegui, subdirectora del Hogar, quien fue citada por la agencia Fides.

El hogar, que funciona como internado, también recibe niños externos quienes frecuentan la escuela en jornada matutina. Asimismo, cuenta con un comedor para los niños de la calle donde reciben el almuerzo de lunes a sábado, durante todo el año.

Desde su fundación, como destaca Fides, unos 10 mil huérfanos se han beneficiado del hogar, lugar donde lograron mejorar notablemente su calidad de vida y tener la posibilidad de recibir acompañamiento, puesto que los menores, al cumplir los 13 años, son trasladados a un centro de formación profesional, donde continúan sus estudios e, incluso, pueden ser adoptados por algunas familias.

Unas 28 religiosas que viven en el instituto, así como 7 novicias y aspirantes, son las encargadas de acompañar a los menores e impartir las lecciones. La comunidad religiosa también está a cargo de otros dos hogares en Guatemala: el Hogar de la Niña Santa Rosa de Lima las Américas, donde atienden a niñas desde temprana edad, y otro dedicado a niños que padecen de VIH-Sida.

La Congregación Pequeñas Apóstoles de la Redención, fue fundada en 1949 en Italia por el sacerdote Arturo D’Onofrio, en el contexto de la posguerra y al encontrarse con las tristes consecuencias de la orfandad.

Hoy la comunidad tiene presencia en más de 7 países, entre ellos Guatemala, construyendo hogares para atender a la infancia desfavorecida, particularmente a los huérfanos. Su lema es «Educa a los niños hoy, y no será necesario castigar a los hombres mañana».

Con información de Fides y diario Siglo21.

 

Fuente:: Gaudium Press

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«Lectionautas»: iniciativa on-line para que los jóvenes oren con las Sagradas Escrituras

Redacción (Jueves, 09-01-2014, Gaudium Press) Con el objeto de capacitar a los jóvenes en el ejercicio de la lectura orante de la Sagrada Escritura -Lectio Divina- el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), desde el Centro Bíblico Pastoral para América Latina (CEBIPAL), y en unión con la ‘American Bible Society’, ha desarrollado la iniciativa on-line «Lectionautas».

«El nombre de Lectionautas evoca el ámbito bíblico neotestamentario del mar que acompaña la formación de los discípulos de Jesús y la hazaña misionera de los apóstoles. Además, es una palabra compuesta: Nautas, que significa «navegantes» y Lectio, que hace referencia a la Lectura Orante de la Palabra de Dios. Así, un lectionauta es un navegante del amplio y fascinante océano de la Palabra de Dios, que guiado por la brújula de la Biblia, sigue la trayectoria que le sugiere el método de la Lectio Divina», como expone la iniciativa desde su página web.

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«Con la Lectio Divina comprendemos los mensajes que Dios nos da a través de la Sagrada Escritura y los llevamos a nuestra vida diaria», comenta uno de los usuarios de esta iniciativa que fue entrevistado por Rome Reports.

Otro de los propósitos de este proyecto on-line es el de unir los esfuerzos de la Pastoral Juvenil con la Animación Bíblica Pastoral por medio de la formación de los jóvenes, enriqueciendo con la lectura orante de las Sagradas Escrituras a los movimientos, grupos y comunidades juveniles.

Para hacer uso de la herramienta virtual, los usuarios deben ingresar al site www.lectionautas.com, y registrarse en la sección «Mi Cuenta», donde luego se podrá escuchar o leer la Lectio Divina de cada domingo y consultar la Biblia virtual.

A través de esta iniciativa, que se extiende más allá del ámbito virtual, unos 3.500 jóvenes reciben formación cada año. Son ellos los que luego llevan la Palabra de Dios a sus grupos, movimientos y comunidades parroquiales.

Al ser un proyecto liderado por el CELAM, «Lectionautas» está presente en todos los países de América Latina y El Caribe, y se ha extendido a los Estados Unidos.

Con información de Lectionautas.com y Rome Reports.

 

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Johannesburgo (Jueves, 09-01-2014, Gaudium Press) La capital de la República de Kenia, Nairobi, será sede entre los días 20 y 27 de julio de este año de la 12ª Asamblea General de la Orden Dominica Interafricana, con el tema «los desafíos de la misión dominica en África hoy».

El evento fue organizado a través de una reunión del Comité de coordinación en Johannesburgo, Sudáfrica. En la época, fueron trazados los preparativos para el evento.

El Comité dedicará amplio espacio de la Asamblea para la programación de las iniciativas en virtud del Jubileo de la Orden de los Dominicos, que en 2015, celebrará 800 años de su fundación por Santo Domingo de Guzmán. (LMI)

De la redacción, con informaciones de la Radio Vaticana.

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Ginebra (Jueves, 09-01-2014, Gaudium Press) Los cristianos sirios están preocupados con el rumbo que tome la próxima Conferencia de Ginebra 2, conferencia internacional sobre Siria a ser celebrada el próximo 22 de enero en la localidad suiza de Montreux.

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Mons. Hindo

Los cristianos sirios «esperan que la Conferencia de Ginebra 2 abra perspectivas de democracia, libertad e igualdad para Siria», y rechazan la posible imposición de la sharia (Derecho islámico) como la fuente de la jurisdicción actual, reduciendo la comunidad cristiana a la condición de «minoría protegida». Son estas las declaraciones de Mons. Jacques Behnan Hindo, arzobispo siro católico, titular de la eparquía de Hassaké-Nisibis.

«Los cristianos», expresa Mons. Hindo en declaraciones a la Agencia Fides «se alegrarán si la mencionada revolución abrirá el camino hacia la democracia y la libertad. Pero ahora incluso los grupos de la oposición vinculados al Free Syrian Army – que se presentan como moderados en comparación con las formaciones yihadistas – se han unido bajo la bandera de los islamistas, y dicen que en la nueva Siria será aplicada la ley Sharia, porque eso es lo que quiere la mayoría. Esta es una perspectiva que los cristianos no pueden aceptar».

«Estados Unidos, Arabia Saudita, Turquía promueven o aceptan una repetición en Siria de lo sucedido en Egipto, y hemos visto como terminó eso», expresa.

«En Siria», insiste Mons. Hindo «los cristianos siempre han sido una parte integral de la patria común, ciudadanos de pleno derecho, y no ‘minoría’. Después del protectorado francés, los sirios habían elegido un sistema laico y democrático, antes del inicio del régimen impuesto por el Partido Baath».

Fuente:: Gaudium Press

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Cardenal Scherer habla de las relaciones entre la justicia, la fraternidad y la paz

San Pablo (Jueves, 09-01-2014, Gaudium Press) En su primer artículo del año, el Arzobispo de San Pablo, Cardenal Odilo Pedro Scherer, habló de las relaciones entre entre paz, justicia y solidaridad, refiriéndose a ésta última como «fundamento» y «camino».

«No deja de ser verdadero que ‘la paz es obra de la justicia’; pero la justicia fría, sin la marca de la fraternidad, no es capaz de edificar la paz verdadera», escribió.

De acuerdo con el purpurado, «la fraternidad es camino para la paz», pues, si deseamos tener la paz, debemos promover la fraternidad en nuestro medio.

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«Muchas son las razones para edificar la paz en la fraternidad, recorriendo los caminos de la fraternidad: el hombre no está hecho para el odio, sino para el diálogo y la convivencia. Incluso si hay alguna filosofía que afirma que son la violencia y el odio las tendencias básicas del ser humano («homo hominis lupus»), no es así que el cristianismo ve al hombre», explicó.

Mons. Odilo recordó que todos somos miembros de la gran familia humana, hijos amados del único Dios y Padre. «Somos hermanos en Jesucristo. Y, porque somos ‘hijos en el Hijo’, tenemos acceso a Dios y estamos delante de Dios con igual dignidad».

Para el Arzobispo, la solidaridad expresa de forma concreta la fraternidad y traduce el interés de unos por los otros.

«La fraternidad es necesaria para vencer la pobreza; la vida económica precisa dejarse revitalizar por el oxígeno de la fraternidad, para no ser victimazada por la concentración asfixiante de bienes y oportunidades».

El Cardenal finalizó su artículo recordando que los casos de corrupción y crimen organizados manchan la fraternidad.

«Finalmente, recuerda el Papa: la naturaleza será cuidada y preservada, si tenemos en cuenta que no somos sus únicos beneficiarios; la ecología también requiere actitudes y comportamientos más fraternos», concluyó Mons. Odilo. (LMI)

De la redacción, con informaciones de la Arquidiócesis de San Pablo.

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Cerca de 5 mil fieles prestaron homenaje a Santo Tomás de Canterbury, en Camaçari, Brasil

Camaçari (Jueves, 09-01-2014, Gaudium Press) Más de 5 mil fieles homenajearon al Patrono de la Diócesis de Camaçari, en Bahía: Santo Tomás de Canterbury. Después de nueve días de celebraciones, la tradicional procesión por las principales calles y avenidas de Camaçari, seguida por la Santa Misa campal y presentaciones musicales encerraron los festejos.

El Obispo de la Diócesis de Camaçari y Presidente de la Comisión Episcopal Pastoral para la Vida y la Familia de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil, Mons. João Carlos Petrini, presidió la Misa festiva y resaltó que los devotos bahianos admiran «la personalidad y la fortaleza de Santo Tomás», diciendo que «podemos aproximarnos a su grandeza humana si recorremos un camino de Fe semejante al suyo».

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La procesión se inició en la Parroquia Nuestra Señora de Santa Ana, situada en el barrio Gleba A, y siguió por la Avenida del Canal, terminando en frente a la Catedral Santo Tomás de Canterbury, en la Plaza Desembargador Montenegro, donde sucedió la celebración.

De acuerdo con los datos de la Policía Militar y la Secretaria de Tránsito y Transporte, la procesión fue seguida por cerca de 2,5 mil fieles. (LMI)

Biografía

Una de las más adivinadas elecciones del gran soberano inglés, Enrique II, fue la de su canciller en la persona de Tomás Becket. Había nacido en Londres en 1118 de padre normando, y fue ordenado archidiácono y colaborador del arzobispo de Cantorbery, Teobaldo. Como canciller del reino, Tomás se sentía perfectamente a sus anchas: tenía ambición, audacia, belleza y un destacado gusto por la magnificencia. Cuando era necesario sabía ser valiente, sobre todo cuando se trataba de defender los buenos derechos de su príncipe, de quien era íntimo amigo y compañero en los momentos de descanso y de diversión.

El arzobispo Teobaldo murió en 1161, y Enrique II, gracias al privilegio que le había concedido el Papa, pudo elegir a Tomás como sucesor para la sede primada de Cantorbery. Nadie, y mucho menos el rey, se imaginaba que un personaje tan «mencionado» se iba a transformar inmediatamente en un gran defensor de los derechos de la Iglesia y en un celoso pastor de almas. Pero Tomás le había advertido a su rey: «Señor, si Dios permite que yo sea arzobispo de Cantorbery, perderé la amistad de Vuestra Majestad».

Ordenado sacerdote el 3 de junio de 1162 y consagrado obispo al día siguiente, Tomás Becket no tardó en enemistarse con el soberano. Las «Constituciones» de 1164 habían restablecido ciertos derechos abusivos del rey caídos en desuso. Por eso Tomás Becket no quiso reconocer las nuevas leyes y escapó a las iras del rey huyendo a Francia, en donde pasó seis años de destierro, llevando una vida ascética en un monasterio cisterciense.

Restablecida con el rey una paz formal, gracias a los consejos de moderación del Papa Alejandro III, con quien se encontró, Tomás pudo regresar a Cantorbery y fue recibido triunfalmente por los fieles, a quienes él saludó con estas palabras: «He regresado para morir entre ustedes». Como primer acto desautorizó a los obispos que habían hecho pactos con el rey, aceptando las «Constituciones», y esta vez el rey perdió la paciencia y se dejó escapar esta frase imprudente: «¿Quién me quitará de entre los pies a este cura intrigante?».

Hubo quien se encargó de eso. Cuatro caballeros armados salieron para Cantorbery. Se le avisó al arzobispo, pero él permaneció en su puesto: «El miedo a la muerte no puede hacernos perder de vista la justicia». Recibió a los sicarios del rey en la catedral, revestido con los ornamentos sagrados. Se dejó apuñalar sin oponer resistencia, murmurando: «Acepto la muerte por el nombre de Jesús y por la Iglesia». Era el 23 de diciembre de 1170. Tres años después el Papa Alejandro III lo inscribió en la lista de los santos.

De la redacción, con informaciones de la Diócesis de Camaçari – Biografía tomada de catholic.net

Fuente:: Gaudium Press

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Washington (Jueves, 09-01-2014, Gaudium Press) Después de los graves atentados registrados en Irak durante la fiesta de Navidad, el director del Proyecto sobre Libertad Religiosa en el Centro Berkley de la Universidad de Georgetown en Estados Unidos, Thomas Farr, explicó al informativo National Catholic Register algunos aspectos de lo que significa la presencia de los cristianos en Medio Oriente y algunas causas de su persecución. Sus palabras profundizan los planteamientos del reciente congreso «Cristiandad y Libertad: Perspectivas históricas y contemporáneas» llevado a cabo en Roma en el mes de diciembre.

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Dos niños iraquíes sostienen las velas durante una oración por la paz en Irak y Siria en la Iglesia Católica Caldea en Amán, Jordania, en diciembre de 2012. Foto: Salt+Light.

A pesar de la violencia y la marginación, la Iglesia en Tierra Santa ha reiterado que la fe cristiana debe permanecer en los territorios como un testimonio y un aporte insustituibles. Farr explicó por ejemplo cómo la presencia cristiana es un obstáculo para los grupos radicales. «El Patriarca Sako (de Babilonia de los Caldeos) dijo que los extremistas islámicos no quieren sociedades libres. Creo que está en lo correcto», declaró el experto.

Para él, un primer objetivo de la violencia es expulsar a quien no comparte la ideología radical y un segundo fin es sabotear el proceso de recuperación del orden. «Los extremistas entienden que Irak está llegando a ser una sociedad democrática funcional. Los cristianos juegan un papel sustantivo. Causar que los cristianos huyan de Irak es socavar los prospectos de una democracia irakí estable», describió Farr. Según el experto, una situación similar se puede encontrar en Egipto, donde la minoría cristiana constituye «los bloques de construcción» de una sociedad estable, con un gobierno limitado, participación social y económica y, por supuesto, libertad religiosa.

Pero la defensa de la libertad religiosa por parte de los cristianos no es producto simplemente de su condición de minoría en varias regiones, aclaró Farr. «La idea de la libertad religiosa como intrínseca a cada persona y la exigencia de que se protegida por la ley deriva de la tradición cristiana», comentó. «Las raíces de la idea se encuentran, por ejemplo, en el Nuevo Testamento, los Padres de la Iglesia como Tertuliano y Lactancio, la escolástica Medieval», entre otros. La certeza de la dignidad del hombre como imagen y semejanza de Dios, y el deseo de Dios de ser amado libremente sustentan el derecho a no sufrir coerción en materia religiosa «de parte de cualquier agente humano, especialmente los gobiernos», afirmó.

Por este motivo, «el éxodo de los cristianos es un serio golpe a los prospecto de libertad religiosa » en Medio Oriente en opinión del experto, no sólo porque se trate de una religión minoritaria cuya presencia significa pluralismo, sino porque «los fieles cristianos están capacitados naturalmente para defender la libertad religiosa de todos», expuso. «Su tradición se los exige».

El Director de Proyecto recordó a los católicos en Occidente que su compromiso es necesario para presionar el respeto de la libertad religiosa en el mundo, exigiendo a los gobernantes verdaderas acciones al respecto. También recordó que, aunque los cristianos no sufren persecución violenta en otras regiones, se debe prestar atención a la disminución de su libertad para manifestar públicamente su fe. «La presencia pública y la influencia de las ideas cristianas está disminuyendo rápidamente» en Occidente, alertó.

Con información de National Catholic Register.

 

Fuente:: Gaudium Press

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«La misericordia es el pilar y el fundamento de la paz, porque ella coloca al otro en el centro», afirma el arzobispo de Londrina, Brasil

Londrina (Jueves, 09-01-2014, Gaudium Press) En su más reciente artículo, Mons. Orlando Brandes, arzobispo de Londrina, en el estado de Paraná, Brasil, afirmó que la paz de la consciencia es la mejor almohada y protege contra los desgastes emocionales. Para él, la paz interior, paz del corazón, coincide con nuestra autoestima positiva y con el perdón dado setenta veces siete, o sea, siempre y de todo corazón.

De acuerdo con el prelado, la paz en la familia se sustenta con diálogo verdadero y con gestos de amabilidad. Mons. Orlando cree que la paz con los otros y con el mundo, comienza dentro de nosotros mismos y, por tanto, convivir con las diferencias, requiere espíritu de tolerancia y reconciliación.

Según el arzobispo, Jesús abatió el muro de la enemistad y abrió las puertas de la reconciliación. Él destaca que la ley del más fuerte es la ley de la selva y la guerra es siempre una derrota de toda la humanidad, pero el espíritu de pertenencia común, la creencia en la dignidad e igualdad humanas, el buen sentido superan la lógica de la fuerza y dan espacio a la fuerza del derecho y de la sabiduría de los pueblos. Conforme el prelado, esta sabiduría está en el diálogo y la fuerza del amor es más duradera que la del terrorismo y de la prepotencia, pues es la omnipotencia del amor que vence el imperio del mal.

La paz tiene gran precio, sin embargo se manifiesta en pequeños gestos: en el apretar de manos, en la sonrisa, en el abrazo, en la mirada, en la forma de atender el teléfono. Así, encontramos personas de paz, gestos de paz, comunidades de paz para una cultura de paz: ‘O vivimos como hermanos, o morimos como locos’ (M. L. King). Vuestras lanzas y espadas se tornen hoces y arados dicen las Sagradas Escrituras. Precisamos ser testigos de la paz, instrumentos de la paz y educadores de la paz», resalta.

Además de eso, Mons. Orlando resalta que la paz está hecha de pequeños gestos y de grandes decisiones. Para él, los pequeños gestos pueden ser: evitar la prisa, oír con paciencia, saber consolar, hacer con amor algo difícil, ser gentil, adaptarse a las situaciones, abstenerse de juzgar, alegrarse con el éxito ajeno, aproximarse a alguien, elogiar e incentivar a las personas. «La paz tiene cuatro ‘c’: concordia, cuidado, compasión, consciencia», completa.

En relación a las grandes decisiones en favor de la paz, el prelado afirma que ellas pueden ser: respetar la sacralidad de vida, aceptar la diversidad y la diferencia, unir libertad y responsabilidad, creer en el diálogo, reverenciar la dignidad de la persona, seguir la recta razón, salvar el medio ambiente, abrirse al Dios de la paz. «Vale para la conquista de la paz la llamada ley de oro: hagas a los otros lo que quieres que te hagan a ti.

Por último, el arzobispo enfatiza que la condición indispensable para la paz se llama capacidad de perdonar. Él evalúa que los sentimientos de odio, venganza, decepción, resentimiento son destructivos y explosivos, y que Jesús recomienda el perdón setenta veces siete, por tanto, perdón inmediato, total, incansable, incondicional y cordial. Para Mons. Orlando, el nuevo nombre de la paz se llama perdón.

«La paz del mundo comienza en mí, dice un dictado popular. El instinto de la destructividad y la cultura de la muerte son un regreso de la humanidad. El mundo nuevo que está contenido en el reino de Dios, consiste en hacer del otro, un prójimo, un igual, un hermano, un amigo. La misericordia es el pilar y el fundamento de la paz, porque la misericordia coloca al otro en el centro», concluye. (FB)

Fuente:: Gaudium Press

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Herencia-Ciudad Real (Jueves 09-01-2014, Gaudium Press) El Centro Internacional Teresiano y Sanjuanista de Ávila, en unión con la Orden del Carmelo Descalzo Seglar «San José», de Herencia, en Ciudad Real, ha organizado para este mes de enero una muestra temporal que hace memoria de la vida y obra de Santa Teresa de Jesús, fundadora de las Carmelitas Descalzas.

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La muestra temporal, que tiene lugar en la Parroquia de Herencia, está dividida en dos partes donde están representadas de manera gráfica dos de las obras principales de la santa española, mística y Doctora de la Iglesia Universal.

La primera de ellas, «Las Moradas», recorre el itinerario de vida espiritual y «Castillo Interior», al que la santa hace referencia en su obra. Este documento es catalogado como su mejor obra, siendo una de las obras cumbres de la mística cristiana, así como de la prosa española del Siglo de Oro.

La segunda parte de la muestra, «Camino de Perfección», destaca la guía espiritual que Santa Teresa dirigió a las religiosas del Monasterio de San José de Ávila, que luego se convirtió en guía espiritual para la Congregación de las Carmelitas, así como para los seglares.

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Estos dos recorridos, que estarán abiertos al público durante una semana cada uno, constan de 20 paneles que explican el contenido espiritual y literario de las obras maestras de la santa carmelita, así como un gran tríptico que reúne los principales contenidos de las mismas.

La exposición está enmarcada en el 5º centenario de nacimiento de Santa Teresa de Jesús que la Iglesia conmemorará en 2015, y también en el jubileo por los 300 años de la consagración del Templo Parroquial de Herencia, Jubileo herenciano, que se conmemorarán especialmente el próximo 22 de febrero.

Con información de SIC.

 

Fuente:: Gaudium Press

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