Redacción (Jueves, 26-12-2013, Gaudium Press) Al introducirnos en el Antiguo Testamento, quedamos deslumbrados con la grandeza y proximidad con que Dios habla con los hombres sobre todo con el pueblo Hebreo. Es Dios que toma la iniciativa de entrar en contacto, y a pesar de sus continuas infidelidades, no lo abandona, al contrario, lo ama más, enviando a este pueblo sus profetas, los cuales hablaban en nombre del propio Dios.

¡Cuántos milagros, cuánta grandeza, cuánta intimidad! ¿Habrá concluido esto con la venida de Nuestro Señor Jesucristo, Aquel que no quiere el poder temporal, Aquel que dice que no vino a servir sino para ser servido?

En una persona sin profundidad de horizontes, podría surgir la idea de que con la venida de Nuestro Señor Jesucristo y la fundación de la Iglesia, la época de los grandes milagros y de la comunicación cara a cara con Dios, cesó. Esta visión es verdaderamente superficial, pues todo lo que ocurrió en el Antiguo testamento no fue sino una pre-figura, y una imagen de aquello que vendría. Y todas esas pre-figuras se cumplieron en la Persona de Nuestro Señor Jesucristo y en la institución por Él fundada, la Iglesia.

Las siguientes líneas visarán mostrar un pequeño aspecto de apenas una de las innúmeras pre-figuras que se realizan enteramente en la Persona del Divino Maestro. Se trata de Melquisedec.

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1. La historia

A fin de localizarnos en la historia, hagamos una lectura de cómo aparece en la Sagrada Escritura la figura de Melquisedec:

Melquisedec recibe la ofrenda de Abrahán y lo bendice

Cuando Abrahán regresó, después de haber derrotado a Quedorlaómer y a los reyes que estaban de su parte, el rey de Sodoma salió a recibirlo al valle de Savé, que es el valle del Rey. También Melquisedec, que era rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a Abrahán con estas palabras: «Que te bendiga el Dios altísimo, creador del cielo y de la tierra; y alabado sea el Dios altísimo, que te hizo vencer a tus enemigos.» (Gn 14, 17 – 20).

Como vemos tal relato es uno de los más misteriosos del Antiguo Testamento. La figura de un rey-sacerdote venido de Salem, que nunca más aparecerá en la Sagrada Escritura, enciende nuestra curiosidad, y provoca el deseo de conocer mejor lo poco que podemos respecto a ese rey de Salem.

El primer dato que nos ofrece el Génesis, es que era Melquisedec el rey de una tierra llamada Salem. La tradición judaica siempre identificó Salem con Jerusalén, como vemos en el Salmo 76, 3, una identificación de Salem con Sión, la cual es la antigua colina llamada Jerusalén.

Colunga y García Cordero nos explican que Salem podría ser el diminutivo de Yerusalem, pues el Yerusalayim hebraico sería un masorético artificial, inventado por los rabinos a fin de dar más amplitud a la ciudad.

Con relación al nombre Melquisedec, se trata de un nombre cananeo como el de Adonisedec, rey de Jerusalén en los tiempos de Josué (Js 10,1). Melquisedec, como era costumbre entre los cananeos, era al mismo tiempo Sacerdote y Rey. [1]

En el texto bíblico es la primera vez que aparece el término Kohen, que quiere decir sacerdote. Melquisedec, como corresponde a su función sacerdotal, bendice Abrahán y da gracias a Dios por su victoria. Y Abrahán en agradecimiento y reconocimiento del sacerdocio de Melquisedec, le ofrece el diezmo. Es de destacarse un comentario hecho por Colunga y García Cordero, a propósito de ese trecho del Génesis:

«Este reconocimiento del sacerdocio de Melquisedec por Abrahán, es una prueba más de la antigüedad de la tradición sobre el encuentro entre ellos, pues no se concibe que un judío celoso posteriormente haya fingido a su grande patriarca humillándose ante un sacerdote cananeo, reconociéndolo como sacerdote y ofreciéndole el diezmo.» [2]

El hecho de tener tan pocos datos con relación a este trecho del Antiguo Testamento llevó a que los exegetas sacasen de ahí bastantes enseñanzas y alegorías, teniendo la Carta de San Pablo a los Hebreos como el pináculo de tal procedimiento. Es lo que veremos en el próximo tópico, esto es, cuáles las enseñanzas que retiraron, San Pablo y otros doctores, a partir de la figura de Melquisedec.

2. La figura de Melquisedec en la carta de San Pablo a los Hebreos y en algunos doctores de la Iglesia

En Hebreos capítulo 7, versículos uno a tres, San Pablo afirma: «Este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió al encuentro de Abrahán cuando este regresaba de la derrota de los reyes y lo bendijo, al cual Abrahán ofreció el diezmo de todos sus despojos, es, conforme su nombre indica, primeramente ‘rey de justicia’ y, después, rey de Salem, esto es, ‘rey de paz’. Sin padre, sin madre, sin genealogía, su vida no tiene comienzo ni fin; comparable bajo todos los puntos al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre».

Por Millon Barros

(Mañana: El sacerdocio de Cristo y el sacerdocio de Melquisedec – Singularidad del nombre Melquisedec)

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[1] Cf COLUNGA, Alberto, O.P. ; CORDERO, Maximiliano Garcia, O.P. Bíblia Comentada I – Texto de Nácar-Colunga: Pentateuco. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1960, p.187.

[2] Ídem, p. 188.

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26 de Diciembre de 2013 / 0 Comentarios

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Arzobispo de Pamplona, España, rezará rosario ante primera clínica abortista de Navarra

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Pamplona (Jueves, 26-12-2013, Gaudium Press)
Mañana viernes 27, Víspera de la fiesta de los Santos Inocentes, un hecho de manifestación de la sacralidad de la vida por nacer tendrá lugar en Pamplona, España: El propio Arzobispo de la ciudad, Mons. Francisco Pérez, se hará presente en el rezo del rosario por los no nacidos, según afirman los organizadores del acto.

Esto tendrá lugar frente a la primera clínica abortista de la región de Navarra. Los organizadores están invitando a todas las personas que los quieran acompañar, para que sean «la voz de los que no tienen voz».

El acto ocurrirá a las 20:00 horas locales.

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«No pasemos de largo ante el Niño de Belén»: Papa en la Bendición Urbi et Orbi

Ciudad del Vaticano (Jueves, 26-12-2013, Gaudium Press) Ayer, a las 12:00 horas del mediodía romano, el Papa Francisco se asomó al balcón central de la Basílica de San Pedro, para impartir la solemne Bendición Urbi et Orbi, a la Ciudad y al Mundo.

El Pontífice invitó a los fieles a dejarse conmover por el Niño Dios nacido en Belén, invocó el don de la paz, particularmente en los lugares donde actualmente hay violentos conflictos, y deseó a todos una Navidad.

A continuación, el texto completo del Mensaje Urbi et Orbi del Papa:

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Foto: Radio Vaticano

«Gloria a Dios en el cielo,y en la tierra paz a los hombres que Dios ama » (Lc 2,14).

Queridos hermanos y hermanas de Roma y del mundo entero, ¡feliz Navidad!Hago mías las palabras del cántico de los ángeles, que se aparecieron a los pastores de Belén la noche de la Navidad. Un cántico que une cielo y tierra, elevando al cielo la alabanza y la gloria y saludando a la tierra de los hombres con el deseo de la paz.

Les invito a todos a hacer suyo este cántico, que es el de cada hombre y mujer que vigila en la noche, que espera un mundo mejor, que se preocupa de los otros, intentado hacer humildemente su proprio deber.Gloria a Dios.

A esto nos invita la Navidad en primer lugar: a dar gloria a Dios, porque es bueno, fiel, misericordioso. En este día mi deseo es que todos puedan conocer el verdadero rostro de Dios, el Padre que nos ha dado a Jesús. Me gustaría que todos pudieran sentir a Dios cerca, sentirse en su presencia, que lo amen, que lo adoren. Y que todos nosotros demos gloria a Dios, sobre todo, con la vida, con una vida entregada por amor a Él y a los hermanos.

Paz a los hombres.La verdadera paz no es un equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura «fachada», que esconde luchas y divisiones. La paz es un compromiso cotidiano, que se logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en Jesucristo.

Viendo al Niño en el Belén, pensemos en los niños que son las víctimas más vulnerables de las guerras, pero pensemos también en los ancianos, en las mujeres maltratadas, en los enfermos… ¡Las guerras destrozan tantas vidas y causan tanto sufrimiento!Demasiadas ha destrozado en los últimos tiempos el conflicto de Siria, generando odios y venganzas. Sigamos rezando al Señor para que el amado pueblo sirio se vea libre de más sufrimientos y las partes en conflicto pongan fin a la violencia y garanticen el acceso a la ayuda humanitaria. Hemos podido comprobar la fuerza de la oración. Y me alegra que hoy se unan a nuestra oración por la paz en Siria creyentes de diversas confesiones religiosas. No perdamos nunca la fuerza de la oración. La fuerza para decir a Dios: Señor, concede tu paz a Siria y al mundo entero.

Concede la paz a la República Centroafricana, a menudo olvidada por los hombres. Pero tú, Señor, no te olvidas de nadie. Y quieres que reine la paz también en aquella tierra, atormentada por una espiral de violencia y de miseria, donde muchas personas carecen de techo, agua y alimento, sin lo mínimo indispensable para vivir. Que se afiance la concordia en Sudán del Sur, donde las tensiones actuales ya han provocado víctimas y amenazan la pacífica convivencia de este joven Estado.Tú, Príncipe de la paz, convierte el corazón de los violentos, allá donde se encuentren, para que depongan las armas y emprendan el camino del diálogo. Vela por Nigeria, lacerada por continuas violencias que no respetan ni a los inocentes e indefensos. Bendice la tierra que elegiste para venir al mundo y haz que lleguen a feliz término las negociaciones de paz entre israelitas y palestinos. Sana las llagas de la querida tierra de Iraq, azotada todavía por frecuentes atentados.

Tú, Señor de la vida, protege a cuantos sufren persecución a causa de tu nombre. Alienta y conforta a los desplazados y refugiados, especialmente en el Cuerno de África y en el este de la República Democrática del Congo. Haz que los emigrantes, que buscan una vida digna, encuentren acogida y ayuda. Que no asistamos de nuevo a tragedias como las que hemos visto este año, con los numerosos muertos en Lampedusa.Niño de Belén, toca el corazón de cuantos están involucrados en la trata de seres humanos, para que se den cuenta de la gravedad de este delito contra la humanidad. Dirige tu mirada sobre los niños secuestrados, heridos y asesinados en los conflictos armados, y sobre los que se ven obligados a convertirse en soldados, robándoles su infancia.

Señor, del cielo y de la tierra, mira a nuestro planeta, que a menudo la codicia y el egoísmo de los hombres explota indiscriminadamente. Asiste y protege a cuantos son víctimas de los desastres naturales, sobre todo al querido pueblo filipino, gravemente afectado por el reciente tifón.Queridos hermanos y hermanas, en este mundo, en esta humanidad hoy ha nacido el Salvador, Cristo el Señor. No pasemos de largo ante el Niño de Belén. Dejemos que nuestro corazón se conmueva, se enardezca con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias. El amor de Dios es grande; a Él la gloria por los siglos. Dios es nuestra paz: pidámosle que nos ayude a construirla cada día, en nuestra vida, en nuestras familias, en nuestras ciudades y naciones, en el mundo entero. Dejémonos conmover por la bondad de Dios.

Saludo navideño del Papa Francisco

A todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, venidos de todas partes del mundo a esta Plaza, y a cuantos desde distintos países se unen a nosotros a través de los medios de comunicación social, les deseo Feliz Navidad. En este día, iluminado por la esperanza evangélica que proviene de la humilde gruta de Belén, pido para todos ustedes el don navideño de la alegría y de la paz: para los niños y los ancianos, para los jóvenes y las familias, para los pobres y marginados. Que Jesús, que vino a este mundo por nosotros, consuele a los que pasan por la prueba de la enfermedad y el sufrimiento y sostenga a los que se dedican al servicio de los hermanos más necesitados. ¡Feliz Navidad!

Con información de Radio Vaticano

 

Fuente:: Gaudium Press

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Toronto (Jueves, 26-12-2013, Gaudium Press) Una encuesta recientemente publicada en Canadá comprobó que el número de ciudadanos que celebra la Navidad con un sentido religioso y participa en una celebración de culto a Dios asciende a unos diez millones de personas, un número superior a quienes vieron por televisión las finales de los torneos deportivos más populares. Según el canal católico Salt + Light, los resultados son especialmente interesantes para la Iglesia.

Estadísticas en Canadá: La Navidad atrae a Dios a los alejados
Eucaristía de Navidad en la Catedral María, Reina del Mundo, en Montreal, Canadá.

«Alrededor del 23 por ciento de los católicos fuera de Quebec asiste normalmente a los servicios (Eucaristía dominical – n. de t.)», expuso el medio de comunicación en su blog oficial. «Pero esa cantidad aumenta más del doble al 48 por ciento» en las Eucaristías de la Solemnidad del Nacimiento del Señor. Incluso en ciudades donde la participación regular en la Eucaristía ha decrecido en los últimos años, la cifra de católicos presentes es alrededor del doble del habitual.

Otros resultados interesantes es que este aumento en la participación en Navidad es similar para hombres y mujeres y que la mayoría de estos fieles que retornan a la Iglesia con motivo de la Solemnidad tienen una componente juvenil un siete por ciento superior al que asiste regularmente a las Eucaristías.

El desafío de convocar a los alejados

En un balance general, el sociólogo Reginald Bibby, de la Universidad de Lethbridge, afirmó a Salt + Light que el porcentaje de canadienses que celebra la Navidad con un sentido claramente cristiano es notable: «En tiempo de Navidad, el 14% de los canadienses que rinde culto regularmente se encuentra compartiendo el lugar con otro 18% que normalmente está en algún otro sitio, reuniendo un total de un 32%», explicó. Un tercio de la población en un país notablemente secularizado representa para el experto una «cuota de mercado» nada deshonrosa.

Por supuesto para los católicos estas cifras marcan un desafío antes que un logro. «El hallazgo de que dos de cada tres personas no están en los servicios religiosos de Navidad es también un recordatorio de la realidad religiosa actual canadiense», comentó el diácono Pedro Guevara Mann, productor del canal televisivo canadiense. «Algunos valoran la fe, otros no, y hay muchas personas ambivalentes, ‘indecisos religiosamente’, que están en la mitad».

La posibilidad de atraer un gran número de no practicantes en una solemnidad importante muestra para el sociólogo Bibby: «Hay mucha fe latente en Canadá», comentó, al tiempo que señaló el hecho que marca el desafío. «La valoración de la fe sobrepasa claramente la participación activa». En lugar de usar este conocimeinto para lamentar la inasistencia regular de una parte de los fieles, el sociólogo motivó ver en los resultados las posibilidades para la Iglesia. «Provee un recordatorio de lo que es posible».

Este fue el sentir del diácono Guevara, quien destacó el diagnóstico como «una notable oportunidad y necesidad» de la Iglesia en Canadá y una evidencia para los católicos de la «urgencia por respuestas que entreguen la vida» por parte de quienes viven su fe con un mayor compromiso.

Con información de Salt + Light.

 

Fuente:: Gaudium Press

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muxiaUn rayo habría impactado contra un transformador cercano. El fuerte viento que sopla en la zona están dificultando las tareas de extinción

El Santuario de A Virxe da Barca en Muxía ha amanecido el día de Navidad bajo un gran manto de llamas. El 112 recibió el avisó de incendio a las 08.29 de la mañana. La causa más probable que se baraja es que un rayo hubiese impactado contra un transformador cercano. Bomberos y Protección Civil de la toda la comarca trabajan en su extinción pero el fuerte viento que sopla en la zona están dificultando las tareas. Las intensas llamas han destrozado todo el Santuari, salvandose apenas algunas imágenes, y con el retablo principal totalmente calcinado.

El Santuario de A Virxe da Barca fue sometido hace tan solo unos meses a un tratamiento específico para acabar con los males que acababan con la salud de la piedra.

Fuente:: SIC

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urbietorbi2013El papa Francisco ha tenido especialmente presentes a todos aquellos, cristianos y no creyentes, que se encuentran en medio de dificultades y conflictos en estas fechas. En su mensaje Urbi et Orbi, que ha pronunciado este mediodía en San Pedro, el Santo Padre ha invitado a todos a no pasar “de largo ante el Niño de Belén. Dejemos que nuestro corazón se conmueva, se enardezca con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias”. 

El Papa ha recordado especialmente los conflictos bélicos que azotan las regiones de Siria, República Centroafricana y República del Congo y ha invitado, asimismo, a los no creyentes a ser constructores de la Paz en el mundo entero. 

Texto completo del Mensaje Urbi et Orbi del Papa Francisco

«Gloria a Dios en el cielo,y en la tierra paz a los hombres que Dios ama » (Lc 2,14).
Queridos hermanos y hermanas de Roma y del mundo entero, ¡feliz Navidad!Hago mías las palabras del cántico de los ángeles, que se aparecieron a los pastores de Belén la noche de la Navidad. Un cántico que une cielo y tierra, elevando al cielo la alabanza y la gloria y saludando a la tierra de los hombres con el deseo de la paz.

Les invito a todos a hacer suyo este cántico, que es el de cada hombre y mujer que vigila en la noche, que espera un mundo mejor, que se preocupa de los otros, intentado hacer humildemente su proprio deber.Gloria a Dios.

A esto nos invita la Navidad en primer lugar: a dar gloria a Dios, porque es bueno, fiel, misericordioso. En este día mi deseo es que todos puedan conocer el verdadero rostro de Dios, el Padre que nos ha dado a Jesús. Me gustaría que todos pudieran sentir a Dios cerca, sentirse en su presencia, que lo amen, que lo adoren. Y que todos nosotros demos gloria a Dios, sobre todo, con la vida, con una vida entregada por amor a Él y a los hermanos.
Paz a los hombres.La verdadera paz no es un equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura “fachada”, que esconde luchas y divisiones. La paz es un compromiso cotidiano, que se logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en Jesucristo.

Viendo al Niño en el Belén, pensemos en los niños que son las víctimas más vulnerables de las guerras, pero pensemos también en los ancianos, en las mujeres maltratadas, en los enfermos… ¡Las guerras destrozan tantas vidas y causan tanto sufrimiento!Demasiadas ha destrozado en los últimos tiempos el conflicto de Siria, generando odios y venganzas. Sigamos rezando al Señor para que el amado pueblo sirio se vea libre de más sufrimientos y las partes en conflicto pongan fin a la violencia y garanticen el acceso a la ayuda humanitaria. Hemos podido comprobar la fuerza de la oración. Y me alegra que hoy se unan a nuestra oración por la paz en Siria creyentes de diversas confesiones religiosas. No perdamos nunca la fuerza de la oración. La fuerza para decir a Dios: Señor, concede tu paz a Siria y al mundo entero.

Concede la paz a la República Centroafricana, a menudo olvidada por los hombres. Pero tú, Señor, no te olvidas de nadie. Y quieres que reine la paz también en aquella tierra, atormentada por una espiral de violencia y de miseria, donde muchas personas carecen de techo, agua y alimento, sin lo mínimo indispensable para vivir. Que se afiance la concordia en Sudán del Sur, donde las tensiones actuales ya han provocado víctimas y amenazan la pacífica convivencia de este joven Estado.Tú, Príncipe de la paz, convierte el corazón de los violentos, allá donde se encuentren, para que depongan las armas y emprendan el camino del diálogo. Vela por Nigeria, lacerada por continuas violencias que no respetan ni a los inocentes e indefensos. Bendice la tierra que elegiste para venir al mundo y haz que lleguen a feliz término las negociaciones de paz entre israelitas y palestinos. Sana las llagas de la querida tierra de Iraq, azotada todavía por frecuentes atentados.

Tú, Señor de la vida, protege a cuantos sufren persecución a causa de tu nombre. Alienta y conforta a los desplazados y refugiados, especialmente en el Cuerno de África y en el este de la República Democrática del Congo. Haz que los emigrantes, que buscan una vida digna, encuentren acogida y ayuda. Que no asistamos de nuevo a tragedias como las que hemos visto este año, con los numerosos muertos en Lampedusa.Niño de Belén, toca el corazón de cuantos están involucrados en la trata de seres humanos, para que se den cuenta de la gravedad de este delito contra la humanidad. Dirige tu mirada sobre los niños secuestrados, heridos y asesinados en los conflictos armados, y sobre los que se ven obligados a convertirse en soldados, robándoles su infancia.

Señor, del cielo y de la tierra, mira a nuestro planeta, que a menudo la codicia y el egoísmo de los hombres explota indiscriminadamente. Asiste y protege a cuantos son víctimas de los desastres naturales, sobre todo al querido pueblo filipino, gravemente afectado por el reciente tifón.Queridos hermanos y hermanas, en este mundo, en esta humanidad hoy ha nacido el Salvador, Cristo el Señor. No pasemos de largo ante el Niño de Belén. Dejemos que nuestro corazón se conmueva, se enardezca con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias. El amor de Dios es grande; a Él la gloria por los siglos. Dios es nuestra paz: pidámosle que nos ayude a construirla cada día, en nuestra vida, en nuestras familias, en nuestras ciudades y naciones, en el mundo entero. Dejémonos conmover por la bondad de Dios.

Saludo navideño del Papa Francisco

A todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, venidos de todas partes del mundo a esta Plaza, y a cuantos desde distintos países se unen a nosotros a través de los medios de comunicación social, les deseo Feliz Navidad. En este día, iluminado por la esperanza evangélica que proviene de la humilde gruta de Belén, pido para todos ustedes el don navideño de la alegría y de la paz: para los niños y los ancianos, para los jóvenes y las familias, para los pobres y marginados. Que Jesús, que vino a este mundo por nosotros, consuele a los que pasan por la prueba de la enfermedad y el sufrimiento y sostenga a los que se dedican al servicio de los hermanos más necesitados. ¡Feliz Navidad!

(RV/ Foto: L’Osservatore Romano)

Fuente:: SIC

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urbietorbi2013El papa Francisco ha tenido especialmente presentes a todos aquellos, cristianos y no creyentes, que se encuentran en medio de dificultades y conflictos en estas fechas. En su mensaje Urbi et Orbi, que ha pronunciado este mediodía en San Pedro, el Santo Padre ha invitado a todos a no pasar “de largo ante el Niño de Belén. Dejemos que nuestro corazón se conmueva, se enardezca con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias”. 

El Papa ha recordado especialmente los conflictos bélicos que azotan las regiones de Siria, República Centroafricana y República del Congo y ha invitado, asimismo, a los no creyentes a ser constructores de la Paz en el mundo entero. 

Texto completo del Mensaje Urbi et Orbi del Papa Francisco

«Gloria a Dios en el cielo,y en la tierra paz a los hombres que Dios ama » (Lc 2,14).
Queridos hermanos y hermanas de Roma y del mundo entero, ¡feliz Navidad!Hago mías las palabras del cántico de los ángeles, que se aparecieron a los pastores de Belén la noche de la Navidad. Un cántico que une cielo y tierra, elevando al cielo la alabanza y la gloria y saludando a la tierra de los hombres con el deseo de la paz.

Les invito a todos a hacer suyo este cántico, que es el de cada hombre y mujer que vigila en la noche, que espera un mundo mejor, que se preocupa de los otros, intentado hacer humildemente su proprio deber.Gloria a Dios.

A esto nos invita la Navidad en primer lugar: a dar gloria a Dios, porque es bueno, fiel, misericordioso. En este día mi deseo es que todos puedan conocer el verdadero rostro de Dios, el Padre que nos ha dado a Jesús. Me gustaría que todos pudieran sentir a Dios cerca, sentirse en su presencia, que lo amen, que lo adoren. Y que todos nosotros demos gloria a Dios, sobre todo, con la vida, con una vida entregada por amor a Él y a los hermanos.
Paz a los hombres.La verdadera paz no es un equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura “fachada”, que esconde luchas y divisiones. La paz es un compromiso cotidiano, que se logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en Jesucristo.

Viendo al Niño en el Belén, pensemos en los niños que son las víctimas más vulnerables de las guerras, pero pensemos también en los ancianos, en las mujeres maltratadas, en los enfermos… ¡Las guerras destrozan tantas vidas y causan tanto sufrimiento!Demasiadas ha destrozado en los últimos tiempos el conflicto de Siria, generando odios y venganzas. Sigamos rezando al Señor para que el amado pueblo sirio se vea libre de más sufrimientos y las partes en conflicto pongan fin a la violencia y garanticen el acceso a la ayuda humanitaria. Hemos podido comprobar la fuerza de la oración. Y me alegra que hoy se unan a nuestra oración por la paz en Siria creyentes de diversas confesiones religiosas. No perdamos nunca la fuerza de la oración. La fuerza para decir a Dios: Señor, concede tu paz a Siria y al mundo entero.

Concede la paz a la República Centroafricana, a menudo olvidada por los hombres. Pero tú, Señor, no te olvidas de nadie. Y quieres que reine la paz también en aquella tierra, atormentada por una espiral de violencia y de miseria, donde muchas personas carecen de techo, agua y alimento, sin lo mínimo indispensable para vivir. Que se afiance la concordia en Sudán del Sur, donde las tensiones actuales ya han provocado víctimas y amenazan la pacífica convivencia de este joven Estado.Tú, Príncipe de la paz, convierte el corazón de los violentos, allá donde se encuentren, para que depongan las armas y emprendan el camino del diálogo. Vela por Nigeria, lacerada por continuas violencias que no respetan ni a los inocentes e indefensos. Bendice la tierra que elegiste para venir al mundo y haz que lleguen a feliz término las negociaciones de paz entre israelitas y palestinos. Sana las llagas de la querida tierra de Iraq, azotada todavía por frecuentes atentados.

Tú, Señor de la vida, protege a cuantos sufren persecución a causa de tu nombre. Alienta y conforta a los desplazados y refugiados, especialmente en el Cuerno de África y en el este de la República Democrática del Congo. Haz que los emigrantes, que buscan una vida digna, encuentren acogida y ayuda. Que no asistamos de nuevo a tragedias como las que hemos visto este año, con los numerosos muertos en Lampedusa.Niño de Belén, toca el corazón de cuantos están involucrados en la trata de seres humanos, para que se den cuenta de la gravedad de este delito contra la humanidad. Dirige tu mirada sobre los niños secuestrados, heridos y asesinados en los conflictos armados, y sobre los que se ven obligados a convertirse en soldados, robándoles su infancia.

Señor, del cielo y de la tierra, mira a nuestro planeta, que a menudo la codicia y el egoísmo de los hombres explota indiscriminadamente. Asiste y protege a cuantos son víctimas de los desastres naturales, sobre todo al querido pueblo filipino, gravemente afectado por el reciente tifón.Queridos hermanos y hermanas, en este mundo, en esta humanidad hoy ha nacido el Salvador, Cristo el Señor. No pasemos de largo ante el Niño de Belén. Dejemos que nuestro corazón se conmueva, se enardezca con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias. El amor de Dios es grande; a Él la gloria por los siglos. Dios es nuestra paz: pidámosle que nos ayude a construirla cada día, en nuestra vida, en nuestras familias, en nuestras ciudades y naciones, en el mundo entero. Dejémonos conmover por la bondad de Dios.

Saludo navideño del Papa Francisco

A todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, venidos de todas partes del mundo a esta Plaza, y a cuantos desde distintos países se unen a nosotros a través de los medios de comunicación social, les deseo Feliz Navidad. En este día, iluminado por la esperanza evangélica que proviene de la humilde gruta de Belén, pido para todos ustedes el don navideño de la alegría y de la paz: para los niños y los ancianos, para los jóvenes y las familias, para los pobres y marginados. Que Jesús, que vino a este mundo por nosotros, consuele a los que pasan por la prueba de la enfermedad y el sufrimiento y sostenga a los que se dedican al servicio de los hermanos más necesitados. ¡Feliz Navidad!

(RV/ Foto: L’Osservatore Romano)

Fuente:: SIC

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Hagamos nuestro el deseo de la Paz , augurio de Francisco al Mundo
(RV).- (Con audio) Hagamos nuestro el deseo de la Paz , augurio de Francisco al MundoPuntualmente al mediodía del miércoles 25 de diciembre el Obispo de Roma se asomó al balcón central de la Basílica de San Pedro (conocido como balcón de las bendiciones) para saludar e impartir su bendición a todo el mundo. “Hoy ha nacido el Salvador, Cristo el Señor”, proclamó Francisco. «No pasemos de largo ante el Niño de Belén. Dejemos que nuestro corazón se conmueva, se enardezca con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias. El amor de Dios es grande; a Él la gloria por los siglos». Recordándonos los actuales conflictos en diversas partes del planeta, el Papa insistió en que Dios es nuestra paz: «pidámosle que nos ayude a construirla cada día, en nuestra vida, en nuestras familias, en nuestras ciudades y naciones, en el mundo entero. Dejémonos conmover por la bondad de Dios». Deseando a todos una feliz Navidad, el Santo Padre pidió que Jesús, que vino a este mundo por nosotros, consuele a los que pasan por la prueba de la enfermedad y el sufrimiento y sostenga a los que se dedican al servicio de los hermanos más necesitados.
Texto completo del Mensaje Urbi et Orbi del Papa Francisco

«Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que Dios ama » (Lc 2,14).
Queridos hermanos y hermanas de Roma y del mundo entero, ¡feliz Navidad!
Hago mías las palabras del cántico de los ángeles, que se aparecieron a los pastores de Belén la noche de la Navidad. Un cántico que une cielo y tierra, elevando al cielo la alabanza y la gloria y saludando a la tierra de los hombres con el deseo de la paz.
Les invito a todos a hacer suyo este cántico, que es el de cada hombre y mujer que vigila en la noche, que espera un mundo mejor, que se preocupa de los otros, intentado hacer humildemente su proprio deber.
Gloria a Dios.
A esto nos invita la Navidad en primer lugar: a dar gloria a Dios, porque es bueno, fiel, misericordioso. En este día mi deseo es que todos puedan conocer el verdadero rostro de Dios, el Padre que nos ha dado a Jesús. Me gustaría que todos pudieran sentir a Dios cerca, sentirse en su presencia, que lo amen, que lo adoren.
Y que todos nosotros demos gloria a Dios, sobre todo, con la vida, con una vida entregada por amor a Él y a los hermanos.
Paz a los hombres.
La verdadera paz no es un equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura “fachada”, que esconde luchas y divisiones. La paz es un compromiso cotidiano, que se logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en Jesucristo.
Viendo al Niño en el Belén, pensemos en los niños que son las víctimas más vulnerables de las guerras, pero pensemos también en los ancianos, en las mujeres maltratadas, en los enfermos… ¡Las guerras destrozan tantas vidas y causan tanto sufrimiento!
Demasiadas ha destrozado en los últimos tiempos el conflicto de Siria, generando odios y venganzas. Sigamos rezando al Señor para que el amado pueblo sirio se vea libre de más sufrimientos y las partes en conflicto pongan fin a la violencia y garanticen el acceso a la ayuda humanitaria. Hemos podido comprobar la fuerza de la oración. Y me alegra que hoy se unan a nuestra oración por la paz en Siria creyentes de diversas confesiones religiosas. No perdamos nunca la fuerza de la oración. La fuerza para decir a Dios: Señor, concede tu paz a Siria y al mundo entero.
Concede la paz a la República Centroafricana, a menudo olvidada por los hombres. Pero tú, Señor, no te olvidas de nadie. Y quieres que reine la paz también en aquella tierra, atormentada por una espiral de violencia y de miseria, donde muchas personas carecen de techo, agua y alimento, sin lo mínimo indispensable para vivir. Que se afiance la concordia en Sudán del Sur, donde las tensiones actuales ya han provocado víctimas y amenazan la pacífica convivencia de este joven Estado.
Tú, Príncipe de la paz, convierte el corazón de los violentos, allá donde se encuentren, para que depongan las armas y emprendan el camino del diálogo. Vela por Nigeria, lacerada por continuas violencias que no respetan ni a los inocentes e indefensos. Bendice la tierra que elegiste para venir al mundo y haz que lleguen a feliz término las negociaciones de paz entre israelitas y palestinos. Sana las llagas de la querida tierra de Iraq, azotada todavía por frecuentes atentados.
Tú, Señor de la vida, protege a cuantos sufren persecución a causa de tu nombre. Alienta y conforta a los desplazados y refugiados, especialmente en el Cuerno de África y en el este de la República Democrática del Congo. Haz que los emigrantes, que buscan una vida digna, encuentren acogida y ayuda. Que no asistamos de nuevo a tragedias como las que hemos visto este año, con los numerosos muertos en Lampedusa.
Niño de Belén, toca el corazón de cuantos están involucrados en la trata de seres humanos, para que se den cuenta de la gravedad de este delito contra la humanidad. Dirige tu mirada sobre los niños secuestrados, heridos y asesinados en los conflictos armados, y sobre los que se ven obligados a convertirse en soldados, robándoles su infancia.
Señor, del cielo y de la tierra, mira a nuestro planeta, que a menudo la codicia y el egoísmo de los hombres explota indiscriminadamente. Asiste y protege a cuantos son víctimas de los desastres naturales, sobre todo al querido pueblo filipino, gravemente afectado por el reciente tifón.
Queridos hermanos y hermanas, en este mundo, en esta humanidad hoy ha nacido el Salvador, Cristo el Señor. No pasemos de largo ante el Niño de Belén. Dejemos que nuestro corazón se conmueva, se enardezca con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias. El amor de Dios es grande; a Él la gloria por los siglos. Dios es nuestra paz: pidámosle que nos ayude a construirla cada día, en nuestra vida, en nuestras familias, en nuestras ciudades y naciones, en el mundo entero. Dejémonos conmover por la bondad de Dios.
Saludo navideño del Papa Francisco
A todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, venidos de todas partes del mundo a esta Plaza, y a cuantos desde distintos países se unen a nosotros a través de los medios de comunicación social, les deseo Feliz Navidad. En este día, iluminado por la esperanza evangélica que proviene de la humilde gruta de Belén, pido para todos ustedes el don navideño de la alegría y de la paz: para los niños y los ancianos, para los jóvenes y las familias, para los pobres y marginados. Que Jesús, que vino a este mundo por nosotros, consuele a los que pasan por la prueba de la enfermedad y el sufrimiento y sostenga a los que se dedican al servicio de los hermanos más necesitados. ¡Feliz Navidad!
(RC-RV)

Fuente:: News.va

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cine espiritualMás de trescientos alumnos de secundaria de varios centros educativos de Tarragona han participado en la IV Semana del cine espiritual, organizada por la Delegación diocesana de pastoral de juventud, con el lema «Infinitas dimensiones». Del 10 al 19 de diciembre, los alumnos han visto la película «La vida de Pi”, que sitúa al espectador ante la pregunta sobre el sentido de la vida, colocando Dios y las religiones en la entraña de la realidad. Una invitación a la contemplación de la existencia y el misterio que nos rodea. También se ha proyectado la película “Maktub”, un cuento de Navidad que trata grandes temas vitales y enseña a vivir esperanzados a pesar de las dificultades.

Un año más se ha celebrado en el Centro Tarraconense y han participado las escuelas del Sagrado Corazón de Jesús, Virgen del Carmen, Santo Domingo de Guzmán, El Carmen y San Pablo apóstol.

(Archidiócesis de Tarragona)

Fuente:: SIC

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