¿Cómo se practica y qué significa el ayuno?

Redacción (Viernes, 06-09-2013, Gaudium Press) La Iglesia Católica recomienda la p?actica del ayuno, junto con la oración y la limosna, como parte del espíritu de sacrificio que debe tener todo creyente. De esta manera está estipulado en el Código de Derecho Canónico y en el Catecismo de la Iglesia Católica, que afirma además que debe estar acompañado de un espíritu de penitencia interior que dé significado a as acciones externas. Siguiendo esta antigua tradición de la Iglesia, recomendada por el mismo Cristo a sus discípulos, el Santo Padre Francisco convocó a una jornada de oración y ayuno por la paz en Siria, que ha despertado la solidaridad de millones de creyentes alrededor del mundo y también la inquietud sobre cómo pueden participar desde sus lugares.

Cómo ayunar

Las disposiciones legales sobre el ayuno, aplicadas para el ayuno obligatorio del Viernes Santo y el Miércoles de Ceniza, imponen esta práctica (con excepción de personas enfermas o mujeres durante el embarazo y la lactancia) a «todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años», mientras que aconsejan que se forme en el espíritu de penitencia a los menores que aún no están obligados.

El ayuno consiste, según afirman reiteradamente diversas Conferencias Episcopales, en tomar una sola comida completa en el día, acompañada de máximo dos comidas ligeras que combinadas no equvalgan a una completa. No se puede tomar alimentos entre comidas, aunque sí se pueden tomar líquidos ligeros y medicinas.

El Papa pide un ayuno más amplio

Para la jornada de oración y ayuno convocada por el Santo padre para el día 07 de septiembre, la Oficina de Celebraciones Litúrgicas difundió una nota explicativa que fue reproducida por la agencia Zenit. El documento explica que el ayuno (que no es obligatorio sino ofrecido voluntariamente en unidad con el Papa) no se limita a las normas jurídicas, sino que debería ser practicado en un sentido más amplia.

Según el documento el Pontífice desea que «implique libremente a todos los fieles: los niños, que voluntariamente cumplen renuncias a favor de sus coetáneos pobres; los jóvenes, muy sensibles a la causa de la justicia y de la paz; todos los adultos, menos los enfermos, sin exclusión de los ancianos».

Sobre la forma de hacer partícipes del ayuno a niños y adultos mayores, el Presidente del Consejo pontificio para la Familia, Mons. Vicenzo Paglia propuso un aplicación práctica: «No tengan miedo de proponer a sus hijos una comida austera y mínima; será motivo para explicarles lo que está sucediendo en el mundo y cómo estos hechos terribles no nos pueden dejar indiferentes. No olviden invitar a los abuelos y ancianos a esta comida, hecha con poco alimento y muchas palabras.»

El sentido del ayuno cristiano

El ayuno hace parte de la tradición de la fe, desde los inicios del plan de salvación de Dios. «Ya en el Antiguo Testamento se encuentran ejemplos donde se recurre al ayuno para prepararse al encuentro con Dios; antes de afrontar una tarea difícil o pedir el perdón de una culpa; para manifestar el dolor causado por una desgracia doméstica o nacional», explicó el documento de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas. «Pero el ayuno, inseparable de la oración y de la justicia, está orientado sobretodo a la conversión del corazón, sin la cual, como denunciaban ya los profetas, no tiene sentido».

Este carácter de penitencia interna es el subrayado por el Catecismo de la Iglesia Católica: «Sin ella, las obras de penitencia permanecen estériles y engañosas; por el contrario, la conversión interior impulsa a la expresión de esta actitud por medio de signos visibles, gestos y obras de penitencia», según afirma el numeral 1430. Con este espíritu, la Iglesia se ha servido del ayuno para facilitar el encuentro con Dios. «Fieles a la tradición bíblica, los santos padres han tenido en gran consideración el ayuno. Según ellos, la práctica del ayuno facilita la apertura del hombre a otro alimento: el de la Palabra de Dios y del cumplimiento de la voluntad del Padre; y en estrecha conexión con la oración, fortifica la virtud, suscita misericordia, implora el socorro divino, conduce a la conversión del corazón», recordó el texto de recomendaciones sobre la jornada convocada por el Santo Padre.

«Con el ayuno aprendemos a conocer y a ordenar nuestros muchos apetitos mediante la moderación del apetito fundamental y vital: el hambre», explicó a Vatican Insider el Prior de la Comunidad monástica de Bose, P. Enzo Bianchi. «Aprendemos de esta manera a regular nuestras relaciones con los demás, con la realidad exterior y con Dios, relaciones siempre tentadas por la voracidad. El ayuno es ascetismo de la necesidad y educación del deseo».

Esta disposición tiene efectivamente una cconsecuencia favorable para la paz, según el religioso. «Cuando ayunamos debemos discernir la calidad de nuestras acciones, las consecuencias de nuestros actos, la violencia que impriminos en nuestras relaciones», explicó. «Para el cristiano, luego, es confesión de fe hecha con el cuerpo, pedagogía que lleva a toda la persona a la adoración de Dios, recuerdo en todo el cuerpo de que no se vive solo de pan, sino de cada una de las palabras que sale de la boca de Dios. Por este motivo, en horas particularmente decisivas y críticas, la Iglesia exhorta a los cristianos a ayunar, para «pensar ante Dios» en las cuestiones cotidianas, para purificar las propias convicciones, convertirse y siempre tomar partido por la vida».

Oración y ayuno (con estas características), sumados a un fuerte llamado por la paz en Siria y todo el mundo, serán las notas fundamentales de una jornada en la que el mundo entero se une al Santo Padre para suplicar la intervención divina en la historia de los hombres.

Con información de Agencia Zenit, Vatican Insider y Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.

 

Fuente:: Gaudium Press

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