Como uno de nosotros
Dios viene para estar con nosotros: Él es «Dios-con-nosotros». Y para que la gente fije bien en el corazón esta realidad el Papa Francisco pidió a los fieles —reunidos el miércoles 18 de diciembre, por la mañana, en la plaza de San Pedro para la habitual cita de la audiencia general— repetirlo juntos más veces: «Dios-con-nosotros». Y la plaza le seguía, repitiendo al unísono estas tres palabras.
La Navidad, explicó luego el Pontífice, recuerda precisamente la elección de Jesús de habitar en nuestro mundo real, marcado por «divisiones, maldad, pobreza, prepotencias y guerras». Actuando así Él se hace «como uno de nosotros». Ésta, continuó el Obispo de Roma, es «la manifestación de que Dios “tomó partido” una vez para siempre de la parte del hombre, para salvarnos, para levantarnos del polvo de nuestras miserias, de nuestras dificultades, de nuestros pecados». He aquí por qué la fiesta de Navidad es una «fiesta de la confianza y de la esperanza» que va más allá de «la incertidumbre y del pesimismo».
En este espíritu navideño tuvo lugar el último encuentro semanal del Papa con los fieles en el año que está por concluir: las audiencias generales, en efecto, se suspenden y se retoman el miércoles 8 de enero de 2014. Con este espíritu se ha de leer también el gesto de delicada atención del Papa Francisco respecto a su predecesor Benedicto XVI, con quien mantuvo ayer un coloquio telefónico, intercambiando palabras de saludos y de felicitación.
En la catequesis, el Pontífice insistió en particular en la necesidad de vivir la Navidad haciéndose «pequeños con los pequeños y pobres con los pobres». Porque es «algo feo —destacó— cuando se ve a un cristiano que no quiere abajarse, que no quiere servir». La actitud justa es, en cambio, prestar atención a quienes están solos, marginados, pasando hambre, sin techo, sufriendo o probados por la guerra, en especial los niños. A todos ellos debemos abrir «nuestro corazón de modo que participen en nuestra alegría», dijo al término de la audiencia: dejemos para ellos —ha sido su invitación para una santa Navidad— «un sitio libre en la mesa de la cena de Nochebuena».
Fuente:: News.va