La promoción del aborto y el resurgir de expresiones anticlericales en España

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Madrid (Viernes, 10-01-2013, Gaudium Press) En medio de la presión en contra de la actual legislación que permite el aborto en España (rechazo impulsado principalmente por la opinión pública católica), un fenómeno despierta preocupación: el progresivo aumento de expresiones anticlericales entre los opositores a la defensa de la vida y la familia. En este sentido se expresó el doctor en Periodismo y profesor emérito de la Universidad Internacional de Catalunya, Salvador Aragonés, en un artículo divulgado por la plataforma Aleteia.

Un regreso al pasado

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La reciente beatificación de 522 mártires españoles del siglo XX en la ciudad de Tarragona recordó las duras circustancias que atravesó la Iglesia durante la Guerra Civil. Foto: Parroquia San Lorenzo.

España tiene antecedentes desafortunados relacionados con el rechazo e incluso persecución de la Iglesia, expuso Aragonés. Desde la marginación de la Iglesia de las funciones sociales como la salud y la educación en el siglo XIX – y la expropiación de los bienes eclesiásticos relacionados con estas actividades para hacer efectivo el reemplazo por parte del estado – hasta los numerosos actos de violencia durante el siglo XX, el anticlericalismo en el país llegó a límites insospechados.

«Se llegó a la quema de conventos y de riquísimas obras de arte religiosas, así como a la matanza de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, por odio a la fe», recordó Aragonés, «un hecho prácticamente único en la historia, pues habría que remontarse el Imperio Romano para encontrar algo parecido».

Pese a que las acusaciones más comunes contra la Iglesia carecen de fundamento, como una pretendida búsqueda de poder temporal o el disfrute de supuestos privilegios, «el anticlericalismo y el odio a la religión se manifiestan de nuevo aquí y allá en España, con insultos barriobajeros como se puede ver en las redes sociales y en algunos medios de comunicación, y también con violencia», denunció el profesor.

Los autores de dichos comentarios prestan poca atención a la extendida labor social de la Iglesia y el servicio pastoral incluso a quienes consideran sus víctimas, como sería el caso de las madres que enfrentan situaciones difíciles durante su embarazo. En su lugar, su posición significa en opinión del autor «una vuelta al pasado, un pasado que ya se creía superado por la historia y por la praxis actual de la Iglesia».

Expresiones anticlericales y aborto

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El ataque con explosivos caseros a la Basílica del Pilar fue respondido espontánemente en redes sociales con el lema #elpilarnosetoca y la difusión de imágenes que ilustran la belleza del templo. Fotos: Instagram

«Así se han llegado a interrumpir Misas del Gallo en la pasada Nochebuena por parte de manifestantes abortistas», denunció Aragonés. «Mujeres abortistas gritaron en las Cortes y en los templos a favor del aborto, e incluso se han colocado sendos artefactos explosivos o incendiarios en iglesias y basílicas dedicadas a la Virgen María (todo un símbolo), como la catedral de la Almudena en Madrid, el templo del Pilar de Zaragoza y el de la Virgen de Misericordia en Reus, y también en la iglesia más antigua de Sevilla, Santa Marina, del S. XIII, que ya fue completamente incendiada el año 1936 y reconstruida 30 años más tarde».

Al recuento de afrentas podrían sumarse otras que no entran en el análisis del autor, quien se limita a España. La dolorosa escalada de profanaciones registrada en Argentina, que incluyó la pintura de mensajes en favor del aborto en el interior de varios templos, graves actos en contra de los símbolos sagrados y agresiones a fieles que pretendían defender el patrimonio sagrado, y actos análogos a los de España en varias ciudades europeas expresan un mismo sentir en grupos radicales en otras latitudes.

Aragonés lamentó que las opiniones radicales hayan encontrado eco en un sector de la opinión pública: «Estos días se ve como personas, incluso cultas, se dejan llevar por la pasión y la intolerancia con insultos a la Iglesia y a sus representantes» a causa de la propuesta de límites a la aborto en la ciudad de Madrid. «¿Por qué insultan a sus contrarios quienes defienden el aborto?», cuestionó.

El autor recordó que se ha respetado la libertad de expresión de quienes han promovido el supuesto derecho al aborto, pero que los católicos han enfrentado discriminación en este mismo campo. «Los que están a favor de la vida por el contrario, reciben críticas amargas, insultos e improperios de todo tipo por defender sus ideas». Ante esta situación, Aragonés revirtió la calificación de «retrógrados» de quienes buscan preservar el derechoa a la vida, puesto que el anticlericalismo es auténticamente regresivo. «¿Quién vuelve al pasado, los que quieren más aborto o los que defienden la vida?»

«La Iglesia siempre ha estado a favor de la vida y contra el aborto, al igual que la gran mayoría de las grandes religiones», concluyó el autor. «¿A qué viene ahora tanto anticlericalismo y tanta intolerancia para quien piensa lo contrario que yo?».

Con información de Aleteia.

 

Fuente:: Gaudium Press

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