La XIV Marcha de Adviento de la Diócesis de Ciudad Real reúne a más de 600 jóvenes

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marcha1La Marcha de Adviento de la Diócesis de Ciudad Real se ha convertido, tras catorce años de andadura, en una actividad diocesana que no puede faltar y por la que han pasado miles de jóvenes. Este año, comenzó en la parroquia de Altagracia de Manzanares, trasladándose por la noche a la localidad vecina de Membrilla, cuya patrona acogió a los jóvenes tras dos kilómetros de marcha. La mañana del sábado, tras la acogida en la plaza del Gran Teatro de Manzanares, donde fueron llegando los cientos de jóvenes, comenzó con la oración en la parroquia de Altagracia. Allí, tras las presentaciones del lema y las oraciones, cuatro jóvenes de Alameda de Cervera interrogaron a sus compañeros sobre el modo de vida actual, el consumismo desenfrenado y la elección de lo verdaderamente importante en nuestra vida. A través de un pequeño teatro, con momentos de películas, los actores plantearon preguntas a todos, ofreciendo una vida de “Bienaventurados” que cambie el ciclo que nos aparta de la felicidad. 

Tras la comida en Manzanares, los jóvenes se distribuyeron por diversos talleres, de los que en las redes sociales resaltaban la experiencia de encuentro con Dios desde la problemática del alcohol, así como la pastoral penitenciaria o la labor de Cáritas.Tras los talleres, los jóvenes se dispusieron a caminar desde la plaza de toros de Manzanares a la vecina localidad de Membrilla. Con antorchas, y ya de noche, el camino visto desde la ermita de la Virgen del Espino era un reguero de luces y voces lejanas que, poco a poco, fueron llegando a Membrilla. Mientras caminaban, globos de papel iluminados ascendían al cielo desde la ermita, anunciando al grupo su destino. Al llegar a Membrilla, la Virgen del Espino, portada por los alabarderos, salió al encuentro de los jóvenes que, acompañados de numerosos fieles del pueblo, pudieron escuchar una canción dedicada a la Virgen en un silencio orante y emocionado. Cientos de membrillatos salieron a un encuentro que, habitualmente, solo se produce en la fiesta de los Desposorios en agosto.

Tras este momento llegó la cena y la preparación de la Vigilia. El templo de Santiago el Mayor de Membrilla se quedó pequeño para la oración, que estuvo ambientada por una perfecta iluminación y cantos. El obispo, Mons. Antonio Algora Hernando presidió la Vigilia de oración en la que se dirigió a los jóvenes en torno a la paz que nos trae Cristo: “el Príncipe de la Paz está con nosotros. Apuesta por la paz en una sociedad nueva”.

El domingo, después de la oración y diversos talleres, la Eucaristía servía de broche perfecto a la decimocuarta Marcha de Adviento. En ella, el obispo se dirigió a los jóvenes: “Si quieres, Dios quiere”, decía, en alusión al cambio del mundo que se les pide y a su decisión personal para la vocación que Dios quiere de cada uno de ellos. Todo ello con la tranquilidad y la esperanza que da saber que “en la presencia de Dios, todo queda más desvelado”.  
(Diócesis de Ciudad Real)

Fuente:: SIC

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