Las cosas “nuevas” de un año que empieza

Dios se esconde en un niño

Mons. Braulio Rodríguez PlazaMons. Braulio Rodríguez      Comienza un nuevo año. Mi deseo es que sea Año del Señor para todos vosotros, que nos ayude a seguir la ruta marcada: la nueva evangelización, la llamada a la santidad, la necesaria valorización de los fieles laicos en su cometido en la comunidad cristiana y en la vida pública. Pero parece que en año nuevo hay cosas “nuevas”. Haberlas “haylas”, pero es preciso que nos determinemos a ponerlas en circulación. Está la fraternidad, concepto en torno al cual el Papa Francisco ha construido su Mensaje para la XLVII Jornada Mundial de la Paz. El espanto de la guerra continúa y también el ataque violento contra los cristianos. El Santo Padre aporta “novedades” importantes para favorecer la paz en el mundo. ¿Se tendrán en cuenta?

“Cosas nuevas” Son las II Jornadas de Pastoral (10-12 de enero), pues quieren reflexionar y gozar con la vocación de los fieles laicos, la gran mayoría en la Iglesia. Deberían no ser tan nuevas, pero es grande en cualquier caso empezar con renovado vigor la revitalización del laicado católico. Nuevo es también el anteproyecto del Gobierno acerca de la defensa de los no nacidos y de las mujeres embarazadas. Nuevo y viejo, muy viejo todo este asunto del aborto que indica un termómetro de la salud de nuestra sociedad española y europea.

Es tan profunda la mentalidad abortista en España y en Europa que ha bastado que el Gobierno presente un contenido distinto de la discutidísima ley del aborto de 2010, con la declaración del aborto como derecho de la mujer, para que la mentalidad abortista más rampante se haya manifestado del todo indignada, pues piensa que el Gobierno ha osado traspasar las líneas rojas que le traza el progresismo contemporáneo. Motón de muestra: hasta la ministra de Derechos de las mujeres del Gobierno francés se ha permitido la injerencia de criticar un anteproyecto de Ley de otro país.

¿Estoy haciendo una defensa del anteproyecto de ley que el Congreso de Ministros ha presentado, entrando yo, Obispo, en debate político? No es así; no entro en el debate político; pues no es mi tarea; pero, por añadidura, es que veo que este Anteproyecto “sigue adaptando el alma humana a la mentalidad abortista”, palabras de un comentarista católico. Esa mentalidad abortista es la que preocupa y está en los predios de la izquierda española y también en los de la derecha. Parece incluso que los que no aceptamos la mentalidad abortista pertenecemos a la extrema derecha. ¿Cuándo se sacarán de la estrechez de la ideología política los problemas humanos verdaderamente importantes? La educación, la dignidad de la persona humana para resolver el paro, el aborto o la defensa de la vida, la complementariedad entre mujer y varón son algunos de estos problemas humanos, que no tienen por qué ser considerados ni de izquierdas ni de derechas, ni igualmente problemas estrictamente religiosos católicos. Son problemas que sin partidismos ideológicos podrían ser resueltos mejor. He ahí lo que interesa a la gente.

“Aborto libre” gritó un joven el otro día al verme en el patio del Arzobispado. ¿Quería afirmar su progresismo o reforzar su postura política ante el aborto? Sencillamente me dio pena. Es cierto, el cristianismo es un acontecimiento religioso que afecta no sólo a los creyentes; es una manera también de comprender la vida social, que aboga por la condición libre de todos los seres humanos, con una fuerza moral que estoy cada vez más convencido de que ha contribuido a acrecentar el bien común. La calidad del mensaje del Cristianismo ha proporcionado durante veinte siglos, aún en medio de los pecados de los hijos de la Iglesia, no sólo la esperanza de la redención sino, la voluntad de instaurar la justicia y la fraternidad de la tierra.

X Braulio Rodríguez Plaza

Arzobispo de Toledo

Primado de España

Fuente:: Mons. Braulio Rodríguez

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