Los niños pueden hacer mucho
Mons. Braulio Rodríguez Queridos amigos, los niños y chavales de la Diócesis de Toledo. Os saludo ahora, en esta ocasión, de un modo especial, porque quiero invitaros a celebrar la Jornada de la Infancia Misionera. A los que podáis venir a la Catedral, os invito a celebrar la Misa conmigo a las 12´15. Saldremos en Televisión y nos oirán por Radio Santa María; a los que estéis más lejos, os invito también de otro modo: celebrar la Eucaristía en vuestra parroquia, con otros chavales, porque es el momento más grande del domingo. Los que ya habéis comulgado por primera vez, porque no seréis nunca buenos cristianos sin celebrar la Misa del domingo y, confesando los pecados, si lo necesitáis, recibir a Cristo; los que estáis iniciando para celebrar el Domingo, la Misa dominical y la Primera Comunión, pues para eso: para acostumbraros a dejar otras cosas, pero no la Misa del domingo. ¿Vale?
¿Qué es eso de la Infancia Misionera? Aprender a compartir todo lo que tienes, orando por los misioneros que están cerca y lejos; compartir también la fe, sobre todo sabiendo que a tantos niños en el mundo les falta casi todo y, lo que es peor, no conocen a Jesús ni su amistad. «Muchos niños –dijo el Papa Francisco–, en las parroquias, son protagonistas de gestos de solidaridad hacia los de su misma edad, y así amplían los horizontes de su fraternidad. Queridos niños y muchachos, con vuestra oración y vuestro compromiso colaboráis en la misión. Os doy las gracias por esto y os bendigo» (Ángelus del 6 de enero 2014). Es interesante lo que dice el Papa. El año pasado, en el palacio donde viven los Reyes de España, les explicábamos a los Príncipes todo lo que se hace en la Jornada misionera de la Infancia: que no es sólo una obra social, sino una obra de evangelización. Sí, se puede y se debe ayudar mucho con bienes materiales, pero no hay que olvidar las oraciones para que la acción misionera de la Iglesia siga adelante. Y aquí está la diferencia.
Es algo muy bonito, porque es una educación de los niños, para ser de mayores, y ahora mismo, unas personas responsables en la sociedad y en la Iglesia. Hay que cambiar la mentalidad y no seguir pensando que únicamente me tengo que preocupar de mi futuro, ignorando lo que les pasa a los demás: ¿Hay situaciones que impiden que haya más igualdad y fraternidad, que se respete la dignidad de todos los niños? Sin duda. ¿Tienen todos los niños la posibilidad de estar cerca de Jesús y así lo conozcan de verdad? No del todo. Me parecen geniales estas palabras del Papa Francisco: «Me gustaría decir a aquellos que se sienten alejados de Dios y de la Iglesia –decirlo respetuosamente-, decir a aquellos que son temerosos de Dios: el Señor te llama también a ti, te llama a formar parte de su pueblo y lo hace con gran respeto y amor» (Evangelii Gaudium 113).
Seguramente muchos habéis podido ver un vídeo llamado La revolución de Jeferson, que ha hecho las Obras Misionales Pontificias. Os cuento: ambientado en un colegio de una ciudad española, el vídeo cuenta la historia de Adela, una niña de 9 años que inicia una revolución en su clase. Tras la visita de un misionero, conoce la vida de Jeferson, un niño de su edad que vive en Centroamérica, y Adela decide ayudarle, pues carece de casi todo, pero no alegría y de amor. Poniendo en marcha su imaginación, logra involucrar a toda la clase en ayuda de Jeferson y su familia. Poco a poco, lo que empezó siendo un juego, se convierte en oración y en una pequeña aportación económica para ayudar a los niños del mundo. Adela y sus amigos demuestran así cómo vosotros podéis cambiar el mundo con pequeños gestos. Os contaría otros muchos casos como el de Adela y sus amigos. Necesitamos que os mováis y hagáis algo para que el mundo cambie. ¿Os atrevéis? Seguro.
X Braulio Rodríguez Plaza
Arzobispo de Toledo
Primado de España
Fuente:: Mons. Braulio Rodríguez
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