Niños que ayudan otros niños

Mons. Jaume Pujol

Mons. Jaume PujolMons. Jaume Pujol     Hay una bella historia en el origen de la Jornada de la Infancia Misionera que se celebra este domingo 26 de enero.

Comienza en Francia y tiene como protagonista a Carlos Augusto Forbin-Janson, un joven de origen noble que lo tenía todo para triunfar en la vida. A los 21 años Napoleón le nombró auditor del Consejo de Estado, pero él antepuso a los honores su vocación de sacerdote. Fue ordenado a los 33 años y después nombrado obispo.

Desde el primer momento empleó su fortuna en ayudar a los niños pobres, pero su pasión, alimentada por noticias horrendas que le llegaban, fue la de evangelizar China y ayudar a la infancia de aquel país también en sus necesidades materiales.

Le ocurrió como a san Francisco Javier: tenía el pensamiento puesto en China, pero nunca pudo ir allí. Dios le inspiró, sin embargo, una obra de gran trascendencia: la Infancia Misionera. Comenzó pidiendo a los niños que estaban a su alrededor que rezaran una avemaría diaria y ofrecieran una limosna mensual.

La Jornada de la Infancia Misionera se celebra hoy en muchos países alrededor del mundo. Pero no se reduce a un día al año. En Tarragona los grupos de Infancia Misionera se reúnen quincenalmente en horario extraescolar. Lo forman alumnos de cuarto, quinto y sexto de primaria; tienen actividades, juegos, excursiones y participan en iniciativas como “Sembradores de Estrellas”, con repercusión ciudadana.

Se trata de que trabajen valores como la paz, la solidaridad, el cuidado de la creación, y  todo ello en el marco del crecimiento de la fe, como un don de Dios, desde la alegría que es propia de esta edad. La mentalidad misionera les ayuda a abrirse a las necesidades de otros niños que viven en países lejanos con quienes desean compartir al mejor amigo: Jesús.

Juan Pablo II llamaba a los niños de la Infancia Misionera “los pequeños grandes colaboradores de la Iglesia y del Papa”, y el actual papa Francisco les pone a la Virgen como modelo. En un mensaje, recuerda los párrafos del Evangelio en los que se narra que María acudió deprisa a ayudar a su prima Isabel cuando supo que esperaba un niño. No pensó -dice el Papa- que tendría amigas más cerca que ya cuidarían de ella. Sintió la necesidad de ir, y pronto. Con esta prontitud con que los niños hacen las cosas. La experiencia nos muestra que mientras los mayores vamos andando, los niños van corriendo.

+ Jaume Pujol Bacells

Arzobispo de Tarragona y primado

Fuente:: Mons. Jaume Pujol

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