“Quizá tendríamos que buscar un lenguaje más sencillo, más comprensible”, dice el Cardenal de Barcelona
Del 22 al 25 de octubre pasado, se han celebrado en Cáceres las Jornadas Nacionales de Liturgia. Más de 150 personas reflexionaron sobre la Constitución Sacrosanctum Concilium, de la que se conmemora el 50 aniversario. El Arzobispo de Barcelona, Cardenal Lluis Martínez Sistach, Presdiente de la Comisión Episcopal de Liturgia, inauguró estas Jornadas, ocasión que aprovechó la Hoja Diocesana Iglesia en Coria-Cácerespara hacerle unas preguntas.
-¿Queda mucho por aplicar del Concilio Vaticano II en cuanto a la Liturgia?
–Se ha aplicado mucho la constitución de Liturgia. Me atrevería a decir que es de los documentos del Vaticano II que se ha tocado más, dado que toca aspectos de la celebración de la fe, la Eucaristía, los sacramentos… que se viven constantemente. Pero quedan aspectos por aplicar, tanto en la misma constitución sobre la Sagrada Liturgia, y estas jornadas tratan de esto, como en otros documentos conciliares. Se han dado pasos muy importantes. Los que no somos tan jóvenes hemos vivido el anteconcilio y sin duda han cambiado bastante las celebraciones litúrgicas.
-¿Qué es lo que falta entonces?
–Quizá lo que sucede es que es un contenido muy cerebral, quizá falta algo más de corazón. Quizá se ha querido simplificar muchísimo, sin caer en un barroquismo, que existía antes, y entonces pueda parecer un poco fría la celebración. Esto lo notamos en Barcelona, con la inmigración, ya que los católicos que vienen de América quieren celebraciones que toquen un poco más el corazón y el sentimiento.
-¿Adaptar el lenguaje es el camino a seguir en los próximos 50 años?
–Lo que sucede hoy es que en muchos campos de la técnica, las redes sociales, hay un argot que a veces desconozco. Digamos que cada especificidad tiene su lenguaje. Quizá tendríamos que buscar un lenguaje más sencillo, más comprensible, pero tendría que ir variando porque el lenguaje de las masas también va cambiando con cierta periodicidad. Alguien ha dicho, hasta cierto punto, que ahora que tenemos la liturgia en lengua vernácula, necesitamos muchas moniciones, cuando parecería que no. Es un problema del lenguaje y es un problema más hondo. El contenido del rito, el sentido de la celebración. Cuando una persona conoce más el contenido, lo vive mejor y quizá el lenguaje ya le es más familiar
(Iglesia en Coria-Cáceres – diocesiscoriacaceres.es)
Fuente:: SIC