Santa Sede reitera su llamado al desarme nuclear, especialmente en la región de Oriente Medio

Santa Sede reitera su llamado al desarme nuclear, especialmente en la región de Oriente Medio

Ciudad del Vaticano (Viernes, 20-09-2013) El Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, Mons. Dominique Mamberti, renovó en su intervención ante la Conferencia General de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, el pasado 16 de septiembre, el llamamiento de Juan XXIII para poner fin a la fabricación de arsenales nucleares en el mundo, expresado en la Cara Encíclica Pacem in Terris hace cincuenta años.

Según el Pontífice, «la justicia, la recta razón, y el reconocimiento de la dignidad del hombre claman insistentemente por el fin de la carrera armamentista (…). Las armas nucleares deben ser prohibidas». Estas palabras, recordadas por el Secretario de Estado, fueron aplicadas al momento actual y en especial a la región de Oriente Medio. «Debemos preguntarnos si realmente vivimos en un mundo más seguro hoy que comparado con el de hace unas pocas décadas», expresó Mons. Mamberti.

El prelado reconoció los avances en los usos seguros y benéficos de la tecnología nuclear en medicina, hallazgo de yacimientos de agua y otros campos, pero insistió en la necesidad del cumplimiento de los protocolos internacionales sobre el desarme nuclear y el monitoreo del arsenal existente.

Medio Oriente libre de armas nucleares

La propuesta de la Santa Sede, además de este llamamiento general, incluyó una aplicación específica para Medio Oriente. «Mi delegación quisiera recalcar la profunda preocupación de la Santa Sede sobre los trágicos desarrollos recientes en Medio Oriente y reafirma su fuerte apoyo a los esfuerzos por establecer una zona libre de armas nucleares y todas las demás armas de destrucción masiva en Medio Oriente», declaró Mons. Mamberti. Sobre este tema el Secretario para la Relación con los Estados reiteró la convicción de que la manera adecuada para conseguirla es a través de los canales diplomáticos y el diálogo con las naciones.

El Arzobispo cuestionó si en las complejas situaciones de interdependencia actuales el uso de la fuerza se presenta aún como una solución sostenible en el tiempo. «Parece, en realidad, que sólo incrementa la desconfianza mutua y se refiere a un sentido distorsionado de las prioridades que compromete recursos significativos en una forma corta de visión», comentó. Mons. Mamberti concluyó su intervención con una llamado a redefinir las prioridades de forma que estos recursos se empleen «hacia objetivos de desarrollo moral, cultural y económico, ya que el desarrollo, la solidaridad y la justicia no son otra cosa que el verdadero nombre de la paz, una paz duradera en el tiempo y el espacio».

Con información de Secretaría de la Santa Sede para la Relación con los Estados.

 

Fuente:: Gaudium Press

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